viernes, 26 de abril de 2013

Una larga hoja de servicios: Juan del Águila (I)

Hace más o menos un mes fue el día de San Patricio y una vez más medio mundo se tiñó, literalmente,  de verde. No deja de sorprenderme y, en cierto modo, causarme envidia ver como determinados paisanos son capaces de exportar sus fiestas, jolgorios, gastronomía y, en fin, marca. Vamos al ejemplo de nuestros amigos irlandeses; una taberna irlandesa suele ser un sitio bastante agradable, por lo general tirando a oscuro, ni muy tranquilo ni muy ruidoso, con una oferta cervecera decente, pero manifiestamente mejorable y algo de manduca básica, de mera subsistencia, vamos...Sin embargo no hay barrio, casi manzana, que se precie en el mundo que no goce de la presencia de una. Ahora es cuando voy a desvariar y, tal vez, confundir mis gustos con los del resto de la población del mundo civilizado, pero ¿quién querría ir a uno de esos tugurios si tuviera al lado una una taberna como Dios manda, con sus tapas elaboradas y sus jamones colgando (por no hablar de una buena bodega, tanto de botella como de barril)?

Tal vez deberíamos haber intentado en algún momento formar una buena sociedad con ellos para haber tenido lo mejor de ambos mundos y aprendido a vender mejor nuestros antros, que el paño, por muy bueno que sea, en el arca no se vende. Digo esto porque aparte de las ya conocidas andanzas del rompecorazones Cuéllar por la bella Eire, españoles e irlandeses han tenido contacto en bastantes ocasiones, compartir fe es lo que tiene en un mundo como el nuestro...

No todos los protagonistas de las entradas de profundosoconfusos han pasado a la historia como grandes triunfadores. Ya hemos hecho la crónica de algún fracaso o, al menos, semifracaso que, a pesar de todo, mostró tintes de grandeza que le hicieron merecedor de ser recordado. Hoy nos vamos a enfrentar a uno de esos casos siguiendo las andanzas de un (otro, ya vamos conociendo unos cuantos) típico servidor de su católica Majestad.

Antes de comenzar con la historia propiamente dicha he de mostrar mi agradecimiento al amable lector y navegante que me informó de la existencia de este personaje. Espero que el artículo esté a la altura.

Juan Del Águila

Nuestro protagonista de hoy nació en 1545 en... ¡vaya!¡en Ávila! qué casualidad, y vivió la segunda mitad del siglo XVI dando vueltas por el mundo al servicio de Felipe II y Felipe III tras alistarse en 1563. A lo largo de su vida participó en numerosas campañas en media Europa, tantas que no tendríamos megas suficientes para relatarlas, casi ni para enumerarlas, pero creo que merece la pena mencionar algunas:

Amberes, 1576

En el último tercio del siglo XVI el flujo de riquezas desde América era constante, pero también el desgaste que para las arcas de la Corona suponían las distintas guerras en las que andábamos metidos. Lección básica de economía: si tus gastos superan a tus ingresos, tarde o temprano tendrás un problema serio... y lo tuvimos. España ha sido la primera en muchas cosas, entre otras tiene el dudoso honor de ser la primera nación moderna en suspender pagos en 1557. Desgraciadamente no sería la última (por si os lo estáis preguntando, que sé que sí, el último impago de deuda por parte de España fue en 1939... de momento) y en 1575 volvió a suceder. Esa segunda bancarrota nos pilla con una considerable cantidad de soldados en Flandes que, de repente, se quedan sin cobrar. Supongo que os haréis cargo: un ejército bastante fiero y bien entrenado que no cobra sus pagas puede convertirse en un problema bastante gordo. Para acabar de redondear el lío, la situación en Flandes era de lo más complicado. 

A finales de 1576 unos 20.000 holandeses entraron en la ciudad de Amberes y asediaron su castillo, defendido por Sancho Dávila (otro abulense, vaya rachita llevamos). Mientras tanto, unos 1.600 soldados de los tercios que estaban amotinados en Aalst, negándose a obedecer orden alguna hasta cobrar los atrasos, decidieron por su cuenta y riesgo partir a carajo sacado hacia Amberes (unos 60 km de marcha) para socorrer a los sitiados. Una cosa es protestar y otra dejar tirados a unos compatriotas. Igualito que hoy en día, vamos. Consiguieron atravesar las líneas enemigas y entrar en el castillo. Una vez dentro no se les ocurrió otra cosa que... volver a salir, más cabreados que una mona y con ganas de guerra, nunca mejor dicho. Resultado: las tropas de asedio, que eran enormemente superiores en número, pusieron pies en polvorosa y se refugiaron en el ayuntamiento; a partir de ahí, digamos que la cosa se desmadró un poco y la liberación del asedio se convirtió en el saqueo de Amberes, del 4 al 7 de Noviembre de 1576. Este episodio no es, dese luego, de los que provocan demasiado orgullo, aunque habría que verlo con la perspectiva adecuada, no creo que los flamencos fueran repartiendo golosinas, precisamente. Además, dio origen a la expresión "la furia española", que no es que fuera una alabanza, como podéis comprender. 

Pero...¿qué tuvo que ver Juan del Águila con todo esto? Pues por esa época dirigía una compañía en el Tercio de Julián Romero y se dice que fue el que convenció a los sublevados para que marcharan hacia Amberes.

Empel, 1585

Los tercios enfrentados a su final en Rocroi. Cuadro ESPECTACULAR
de Ferrer-Dalmau. No procede mucho cuando aún estamos hablando
de mucho antes, pero es tan bueno...
Casi diez años después la guerra continuaba en Flandes. Y lo que le quedaba...En 1584 Juan del Águila había sido ascendido a Maestre de Campo, tras la muerte en Terramunda (actual Dendermonde, en Bélgica) del entonces Maestre Pedro de Paz. Ernesto de Mansfeld, que años más tarde sería gobernador de los Paises Bajos sucediendo a Farnesio, comandaba un ejército compuesto por tres tercios, uno de los cuales estaba a cargo del Maestre de campo Bobadilla, otro al de Juan del Águila. Este ejército había participado en el sitio de Amberes (nada que ver con el hecho anterior), que había durado algo más de un año, y a finales de otoño de 1585 se dirigía hacia el norte. Al llegar al rio Mosa, Mansfeld ordenó al tercio de Bobadilla que cruzara el río y se asentara en la isla de Bommel, formada por el propio Mosa y el Waal (un brazo del Rhin). Los otros dos tercios de su ejército acamparon en la margen izquierda del Mosa, sin cruzar a la isla. Cuando los holandeses vieron esa maniobra se relamieron de gusto, ya que la isla de Bommel es en realidad un terreno muy bajo que podía ser inundado fácilmente rompiendo los diques de ambos ríos  Tal vez pueda parecer salvaje ahogar a 5.000 soldados enemigos pero, no nos engañemos, la guerra es la guerra y no un club de lectura para jubilados. En fin, que los holandeses no comprendían bien el significado de la frase "al enemigo, ni agua" y abrieron todos los diques que pudieron, con lo que la isla de Bommel se convirtió en un inmenso lago salpicado de islotes formados por los puntos más elevados del terreno. Para acabar de complicar las cosas, el ejército de Holak disponía de casi 100 naves de muy bajo calado que se movían por el terreno inundado con suma facilidad:

"... Y aprestada una armada de casi cien vasos, los más de quillas chatas, desde Dordrecht por el Mossa se arrima à Bommel: y abiertos por algunos lugares los diques, echó el río casi sobre toda la isla, con tanta presteza, que apenas tuvo tiempo Bobadilla para llevar tras el Mosa al lugar de Emple, y a otros de la vecindad, las tropas, Artillería y vituallas. Pero ni aquí los dejó libre la crecida de el Rio. Porque si bien los Españoles havian tomado los pueblos mas altos, sin embargo porque el campo desde la isla de Bommel hasta Bolduque (Nota: Den Bosch) era algo mas baxo, facilmente llamó a si las aguas derivadas, y menos unas assomadas, a que havian subido los soldados, el otro campo cerca del Rio parecía un mar hinchado."
 "Guerras de Flandes. Segunda década", Famiano Estrada, historiador jesuita (vaya racha).
Una vez más nos encontramos en profundosoconfusos a un grupo de españoles en una situación manifiestamente mejorable. Como suele ser habitual, para salir de esta tuvieron que echar mano de todo su arrojo, una buena dosis de astucia, bastante de sugestión y su poquito de suerte, aparte de mucha cabezonería, por no decir inconsciencia. Holak, mientras tanto, seguro de la victoria y/o rendición de Bobadilla estaba ya buscando acomodo para tanto prisionero... y a partir de aquí comienza el mito. La situación era desesperada, pero Holak ofreció una capitulación dizque honrosa a lo que se supone que Bobadilla contestó con la famosa frase:

"Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos"
que, unida a la de "¡Contad los muertos!" supuestamente pronunciada tras Rocroi definen el espíritu mítico de los tercios. En cualquier caso, de estos tipos se podían esperar salidas como esta así que, de nuevo, se non è vero è ben trovato.

En resumidas cuentas: bravuconadas aparte, no se rindieron, eso no es discutible. Tenemos a 5000 tíos ateridos de frío, calados hasta los huesos, con escasez de armas y provisiones, hacinados en varios diques e isletas y hostigados por el enemigo. Al tiempo, los tercios que no habían cruzado el Mosa intentaban ayudar a sus compañeros:


"Y aunque este aviso se rechazó con igual audacia y desdén, hizo sin embargo mayor herida en los pechos de aquellos fuertes varones, quanto se veían cada día destituidos, mas no solo de socorro, pero aun de esperanza. Porque los barcos luengos despachados con cartas para el Príncipe de Parma (Nota: Farnesio) los havia puesto su audacia, ò su poca suerte, en manos del enemigo: y Mansfeld por una parte, de otra Águila con los de Bolduque, haviendo intentado llegarse a los Españoles, fueron dos veces repelidos"
La foto no tiene resolución suficiente, pero me da que esos que caminan
sobre el hielo en Holanda no son nuestros tercios.

El día 7 de diciembre de 1585, uno de los soldados sitiados (de los afortunados, este estaba en la zona más amplia de las ocupadas) se puso a cavar un agujero para guarecerse del frio cerca de la iglesia de Empel y se topó con una tabla flamenca de la Virgen, justo el día de la vigilia de la Concepción de María. Gran alborozo. Querría pensar que los mandos, informados del hallazgo, decidieron usarlo para insuflar algo de valor a la tropa, pero no sé yo si, en realidad, estaban convencidos de lo que decían. El hecho es que el hallazgo de la Virgen fue tomado como una señal divina de apoyo y supongo que reconfortó los ánimos. Lo que ya no es tan normal es lo que sucedió esa misma noche: de repente llegó el más crudo de los inviernos. Las temperaturas descendieron bruscamente y el agua que rodeaba al ejército comenzó a congelarse. Los holandeses, temerosos de que sus naves quedaran bloqueadas por el hielo comenzaron a sacarlas hacia la corriente principal del Mosa. Al amanecer, el agua que cubría la isla estaba congelada, las naves holandesas en retirada y los cazados pasaron a ser cazadores: Los soldados españoles salieron de las isletas y diques y comenzaron a hostigar la flota holandesa con todo lo que pudieron:

"...unos corrían armados sobre el dique de Emple, para ver si algunas naos enemigas se movían tardas para el Mosa por las mismas bocas de los diques, y las fatigaban con continuas cargas. Otros, estimulandoles, y prestandoles vigor, la ira repressada por mucho tiempo, saltando de los diques, por los campos inundados y endurecidos con el yelo, de qualquiera modo que pudiessen, se abalanzavan contra el enemigo: y hazian prueva de que estaban vivos y con brios para vengarse"

O sea, que salieron con el cuchillo entre los dientes y se cobraron la mala semanita que les habían hecho pasar, supongo que con creces, en sangre, saqueos y capturas.

A este hecho, acaecido hace 400ypico años,  se debe que la Inmaculada sea la patrona de los pisahormigas la gloriosa infantería española.

La guerra en Flandes seguiría desangrando a la corona aún muchos años y Juan del Águila sirviendo a su rey y engrosando su hoja de servicios, pero para conocer algo más de sus aventuras habrá que esperar a la siguiente entrada... porque os estaréis preguntando qué tenía que ver la entradilla de Irlanda con todo esto ¿no?

sábado, 6 de abril de 2013

En busca del agua: Pedro Páez

Dicen que Juan de Rhebiner, el embajador del emperador Rodolfo II en la corte de España, se refería al majestuso río que cruza Madrid como el único río de Europa navegable a caballo, e incluso en coche. No se sabe muy bien si la definición tenía solo animus iocandi o incluía también algo de animus iodiendi, pero los madrileños hemos de reconocer que puestos a presumir de algo (y en eso somos unos maestros), mejor no hacerlo de río, no vaya a ser que nos baje los humos cualquier arroyuelo de tercera división de algún país en el que sí sepan lo que es un río comilfó. 

No es de extrañar, por tanto, que para muchos españoles, especialmente para los mesetarios, el paraíso sea un sitio donde haya mucha agua y que nos quedemos bastante atontados mirando verdes praderas o, sencillamente, un río como es debido. Hoy vamos a hablar de un personaje que de haber nacido en nuestro tiempo habría tenido el inmenso honor de ser madrileño, pero en su época debió conformarse con ser castellano, el pobre... don Pedro Páez, natural de Olmeda de las Cebollas, hoy Olmeda de las Fuentes, municipio de la casi desconocida Alcarria madrileña. Don Pedro fue jesuita  con lo que enlazamos con nuestra anterior entrada, pero obviamente no es por eso por lo que le recordamos...

Las Crecidas


La presa de Asuán es, en sí misma, una maravilla de la ingeniería, pero es que además comportó actuaciones muy lucidas para hacer reportajes de National Geographic y tal. Adicionalmente, a los españoles nos supuso el regalo por parte del gobierno egipcio del templo de Debod, aquí presente. No fuimos los únicos agraciados con la pedrea de templos, otros tres fueron regalados a los EEUU, Italia y Holanda y todos ellos se encuentran en distintos museos. De los más de 2000 años que tiene el templo lleva solo 40 en su actual ubicación, desde el 18 de Julio de 1972.


Trabajo de reconstrucción del templo de Ramsés II
La imagen más espectacular de la construcción de la presa tuvo lugar, sin embargo, muchísimos km al sur de Assuan, en Abu Simbel, (Profanation, qué tiempos los del Spectrum) donde se trasladaron dos templos para salvarlos del ahogamiento. En Abu Simbel había dos templos excavados en la roca, uno dedicado a Ramsés II y otro a su esposa Nefertari. Ahora sigue habiendo dos templos, pero ya no están ni excavados en la roca ni en su emplazamiento original. Como os iba diciendo, la presa de Asuán fue un obrón incluso visto desde la España de inicios del siglo XXI, aquella en la que construíamos y construíamos y construiamos... Se inició en 1960, se terminó en 1970 y se llenó del todo en 1976 (169.000.000.000 m3 de agua tardan en conseguirse...para que os hagáis una idea, abastecería el caudal medio del Ebro a su paso por Zaragoza durante... 21 años! Vale, reconozco una pequeña trampa, he usado la capacidad total, no la de agua, que será mucho menor por los limos y otras zarandajas). La presa en sí mide casi 4 km y tiene en su base un espesor de casi 1000 metros. Cuando por fin alcanzó su máxima producción de electricidad suministraba el 50% de la energía eléctrica producida en Egipto. Sin embargo, a pesar de esa fantástica cifra, la presa de Asuán no se construyó primariamente para ser una central hidroeléctrica....

Desde tiempos inmemoriales la vida en Egipto giraba en torno a un hecho que sucedía todos los años con machacona regularidad: a principios de verano el nivel del gran río que cruzaba el desértico territorio egipcio comenzaba a subir. Aquí jugaba fuertemente a favor de los egipcios de entonces un hecho del que tal vez no eran conscientes: los habitantes de Egipto no eran españoles. De haberlo sido, probablemente habrían construido sus casas en la zona arrasada por la riada, con lo que habrían tenido que reconstruirlas cada año y se habrían quedado sin tiempo para levantar templos y pirámides. Afortunadamente no era así y los poblados se construían en zonas más o menos seguras, mientras que las zonas anegadas año tras año se usaban como tierras de cultivo. Lo sorprendente del caso era que en Egipto no llovía nada; tampoco había que ser muy listo para saber que en algún lugar aguas arriba sí llovía. Y bastante. Mucho. Un egg, vamos. Pero...¿donde?

De Olmeda de las Cebollas al reino de Saba


Pedro Páez nació en Olmeda en 1564 y estudió para jesuita en Belmonte, en la Universidad de Alcalá de Henares y en Coimbra. A don Pedro le llamaban las misiones desde jovencito, así que en 1588, antes incluso de ser ordenado sacerdote, partió desde Lisboa hacia oriente. Estando, como estaba, vinculado con la parte portuguesa de la Compañía, era lógico que su destino fuera Asia y no América, así que tras un nada cómodo viaje llegó a Goa, con la intención original de continuar hacia China y Japón, donde tal vez habría acabado coincidiendo con los mártires o, incluso, dada la capacidad de adaptación y comprensión que después demostró, cambiando la historia...De momento, nada más llegar a Goa, intensificó sus estudios para ser ordenado lo antes posible mientras preparaba sus siguiente salto. En ese trance estaba cuando le llegó una petición, cuando menos, sorprendente...

El reino del Preste Juan

El Preste en su reinado
La primera cruzada hizo de Oriente Próximo un lugar bastante entretenido a finales del siglo XI y marcó (para el resto de Europa, nosotros ya sabíamos de qué iba la vaina desde el 711) el inicio de la hostilidad cristiano-musulmana. Las cruzadas las libraron un conglomerado de reinos, condados, imperios y hasta comunidades de vecinos cristianas contra varias dinastías y califatos musulmanes. En esas circunstancias, aglomerar al máximo de naciones cristianas era esencial y aquí hace su aparición la leyenda del Preste Juan, que controlaba un reino cristiano aislado de los reinos europeos. Las leyendas, leyendas son y una de sus características es que crecen y se hacen fuertes en la mente de la población. La leyenda del Preste Juan apareció en torno al siglo XII y fue tomando forma con los años, siendo tal vez la más extendida la de un potentísimo reino cristiano al sur de Egipto. Numerosos exploradores y expedicionarios intentaron localizar este reino y obtener su apoyo. 

En Etiopía había cristianos desde el siglo IV, con la llegada de San Frumencio y su hermano Edesio, que convirtieron al cristianismo al rey de la zona. Puesto que, además, los etíopes se consideraban descendientes de Yul Brinner y Gina Lollobrigida, estooooo.... de Salomón y la reina de Saba, quería decir, se creó una mezcla curiosa de religiones entre judaísmo y cristianismo (respetaban, por ejemplo, tanto sábado como domingo, así que tal vez fueran los inventores a los que debemos el weekend ¡un hurra por los etíopes!). Esto, unido a su remota ubicación y consecuente evolución independiente, hizo que, aún manteniéndose la esencia cristiana de la religión, fuera separándose de la practicada en Europa. Como nota cultureta y apunte de otro viaje deseable, no dejéis de buscar información o documentales (hay muchos) sobre las iglesias del Lalibela.

Bien, ya sabemos que durante siglos corrió la leyenda de un reino cristiano aislado del resto y que efectivamente existía algo parecido a ello en Etiopía. Además ahora añado que los portugueses, deseosos de hacer su ruta hacia oriente lo más segura posible, habían mandado embajadas a Etiopía ya en el siglo XV (Alfonso de Paiva, en 1487) y que los propios jesuitas habían llegado a mediados del siglo XVI.

En ese entorno, no es que fuera obvio, pero al menos no era tan sorprendente que se pidiera a Pedro Páez que no marchara hacia Oriente, sino hacia Etiopía.


Primer intento: agua (es un decir)

El minarete de adobe más alto del mundo
em Tarim (Yemen)
El 2 de febrero de 1589 Pedro Páez sale de Goa acompañando al catalán (de Vic) Antonio de Montserrat, experimentado viajero por la India y aledaños. El viaje comenzó por la costa india de forma más o menos controlada, pero saltar a la península arábiga era ya algo más complicado. Se disfrazaron de armenios e intentaron seguir su viaje navegando hasta Iraq, para pasar de allí a Siria, Egipto y por fin Etiopía. Un rodeíllo de nada, reconocedlo. Ese plan falló y el siguiente intento fue navegar hasta la costa de Somalia, pero fueron capturados por piratas, aunque puestos en libertad en breve. Previo pago, claro. Tercer intento: seguro que estabais echando de menos el huracán ¿no? Pues eso, tempestad que les impide llegar a Somalia. Lo que es peor, en todo este proceso son identificados como portugueses y los turcos, que andaban por allí, los trincan  y trasladan primero a Dhofar y luego a Tarim, en Yemen (por cierto, apuntaos Yemen en la ya larga lista de viajes deseables, bien que "peligrosillos"). De allí siguen a Ma'rib y San'a cruzando parte del desierto de Rubalcaba, quicir, Rub'al Khali en condiciones lamentables para después pasar unos mesecitos en Moca, todo ello como prisioneros, no os olvidéis. Tras todas estas idas y venidas Felipe II autoriza pagar rescate por ellos y son devueltos a Goa, donde llegan en ¡1596! Siete años de penurias que Páez aprovechó para aprender árabe y persa, para comprender mejor a los turcos, árabes y todos aquellos con los que se encontró y para ser de los primeros europeos en probar y describir el café. Montserrat, ya mayor, falleció al poco, pero para Páez la vida no había hecho más que empezar y siete años de desierto y cautiverios no iban a apartarle de la misión encomendada...

Segundo intento: agua (esta vez NO es un decir)

Como os podéis imaginar los dos viajeros llegaron a Goa bastante perjudicados, pero Pedro se recuperó tras una larga convalecencia y varias recaídas. En cuanto estuvo en condiciones volvió a intentar llegar a Etiopía y finalmente lo consiguió via Massawa, en la actual Eritrea y de ahí a Fremona, que era la base de los misioneros católicos en la zona y donde había muerto el misionero, también jesuita, Andrés de Oviedo (que era de Illescas, Toledo, como su propio nombre indica) en 1577.

Imagen de Lalibela robada de aquí
Pero, si ya había habido numerosos misioneros en Abisinia, y desde hacía bastante tiempo, ¿qué hizo que Páez fuera tan importante? Supongo que el carácter abierto y la enorme inteligencia de Páez le vinieron de serie, pero no hay duda que su duro cautiverio en Arabia antes de llegar a Abisinia le permitió alcanzar experiencias y conocimientos de valor incalculable. Para empezar decidió aprender, más que aprender, dominar, la lengua local, el ge'ez. Ya hasta el nombre era raro... Al mismo tiempo, Páez no se lanzó inmediatamente a la evangelización radical, sino que se esforzó por comprender la cultura local y la visión que tenían del cristianismo, de modo que pudo ir adaptando su estrategia. Finalmente consiguió conocer y ganarse el respeto de tres reyes sucesivos:  Za Denghel, Yaqob y Socinios. Este último fue acercándose al catolicismo y llegó a hacer oficial su conversión en 1622. Es cierto que aparte de la labor de persuasión de Páez hubo componentes políticos en la decisión puesto que Socinios esperaba obtener el apoyo de la corona Española en sus aspiraciones territoriales, ya que el enemigo común eran los otomanos. Pabernos matao; imaginaos abrir, en medio de la Guerra de los treinta años, un nuevo frente ¡en Etiopía! Eso aparte de los esfuerzos en América y Asia, claro.

Páez no sólo se ganó la confianza de tres emperadores de Etiopía, sino que en los 19 años que pasó allí se dedicó a observar, a aprender y a escribir, resultado de lo cual fue su Historia Aethiopiae (¡Toma ya enlace culto!¡En latín (y portugués)! aunque ahora ya está editado en español), un estudio global sobre la historia, la geografía y los usos y costumbres que conoció. Resulta curioso observar que el manuscrito en sí fue casi olvidado hasta el siglo XX y sólo conocido por referencias de referencias, por ejemplo:

"Los Jesuitas atribuyen el honor de este descubrimiento al Patriarca de Abisinia Paez, que dexó escritos dos tomos en folio sobre las cosas de la Abisinia. No he podido ver esta relación en su original, pero el P. Kirker publicó una descripción de las fuentes del Nilo, que dice había sacado de la historia de Paez. Es cosa bien extraña que los Jesuitas no hayan publicado este descubrimiento de Paez que hace tanto honor á su Sociedad y a la nacion Española"
Esta referencia le he encontrado en "El viajero Universal, o noticia del mundo antiguo y nuevo", cuaderno XXV, obra recopilada de los mejores viajeros por D.P.E.P. Publicado en Madrid en 1797, Pedro Estala.

Lo que nos lleva a lo más llamativo, aunque en absoluto lo más importante, de la vida de Páez: el día en que se adelantó en "solo" 150 años al escocés con cara de pánfilo James Bruce de Kinnaird, que hizo honor a su careto dedicando 12 años a buscar las fuentes del Nilo Azul, a las que llegó en 1770. Como premio a su denodado esfuerzo descubridor (fina ironía, por si no la habéis captado), en su tierra no le creyó nadie. Mientras, él se dedicaba a restar crédito a Páez y a Lobo, otro jesuita que siguió a don Pedro. Un crack, el Bruce. Bien, leamos de la misma fuente que la cita anterior:

"Los Ethiopes dan el nombre de Abaoi al Nilo: este rio nace en el Reyno de Gojam, y en el distrito de Sabala (Sacala) cuyos habitantes se llaman Agous. El nacimiento del Nilo está en la parte occidental de Gojam, y en el parage mas elevado de un valle que se parece a una gran llanura, rodeada de altas montañas. Hallándome, dice Paez, en este pais el 21 de Abril de 1618 con el Rey y el exército, subí hasta el parage en que está el nacimiento de este río, y lo observé todo con atención. Descubrí primeramente dos fuentes redondas, cada una de las quales tendria como quatro palmos de diámetro, y contemplé con el mayor placer lo que ni Ciro, ni Cambyses, ni Alexandro ni Cesar pudieron descubrir. El agua sale de la montaña que domina á la llanura, y los naturales dicen que está llena de agua. Los Agous habitan en la parte inferior á esta montaña hacia el occidente á una legua de estas fuentes, y este lugar se llama Geesh, que estará a un tiro de cañón de la montaña"
Cito a Estala que cita a Kirker, que cita a Páez 
La importancia que dio Páez a este descubrimiento fue relativa: llegó, vio, reflexionó, contó y se marchó.

Páez murió en Etiopía en Mayo de 1622 y está enterrado en una tumba casi olvidada por aquella zona. Su labor también fue enterrada pronto ya que ni sus sucesores ni los de Socinios tuvieron las ganas ni la capacidad de mantener en marcha la labor comenzada.

El Nilo, sin embargo, sigue fluyendo desde las fuentes que Páez describió, precipitándose en las cataratas de Tis Abay y haciendo fértiles las tierras de Egipto con sus crecidas, ahora contenidas por la presa de Assuán

Cataratas del Nilo Azul.