martes, 29 de octubre de 2013

La pedorreta: Edward y Blas


Ésta no cuenta como entrada completa del blog, volveremos a los temas tradicionales en la próxima, que será nuestra... creo que 18ª entrada sobre hechos curiosos de la historia.



Hace unos días tuve la oportunidad de pasar un fin de semana en Londres con unos magníficos amigos, sufridores habituales de mis batallitas del abuelo. En esta ocasión, además, sufrieron mi obsesión por hacer una visita un tanto peculiar en una ciudad tan extraordinaria como Londres: yo tenía la firme intención de hacerle una pedorreta al monumento al Almirante Vernon, sito en la abadía de Westminster. No, no parece éste un deseo de un ciudadano adulto con cierto saber estar, es verdad, lo admito, pero uno, a veces, debe permitirse ciertos comportamientos algo infantiles para mantener joven el encéfalo. 

Evidentemente, el interés deriva de la entrañable amistad que se generó entre Vernon y Blas de Lezo en los escasos meses en que mantuvieron relaciones de proximidad, allá por 1741.

Bien, antes de ir a Londinium no tuve mucho tiempo para preparar el viaje y lo único que sabía es que este monumento (que no tumba) no era en absoluto de los más vistosos de la abadía y que estaba en el brazo norte de la cruz que forma la planta de la Iglesia. Bueno, no puede ser tan difícil. La iglesia de la abadía no es desmesuradamente grande y además teníamos a Vernon acorralado en uno de los brazos cortos de la cruz...¡ya eres nuestro, Vernon!

Dibujo del monumento a Vernon
Nunca hay que cantar victoria antes de tiempo (que se lo digan a Vernon, jejejejeje) y este es un caso claro. Hacía mucho que no entraba en Westminster y no recordaba que fuera tal lío de monumentos colocados sin ton ni son. Por un lado está muy bien eso de recordar el pasado glorioso o dizqueglorioso de un país, pero me parece que a estos británicos se les ha ido la mano y el interior de la iglesia parece ahora un pastiche bastante irregular de placas, estatuas y recuerdos de los que muy pocos se salvan (la lápida del soldado desconocido, el monumento a Newton y poco más). Para acabar de rematar la faena, Londres estaba invadido por hordas de turistas y Westminster no iba a ser menos, así que andar por las naves era un suplicio. Por supuesto, nada de todo esto iba a hacerme desistir de mi tarea, así que mientras mis amigos curioseaban siguiendo la audioguía, yo me dediqué a husmear por el North Transept, en busca de don Edward

Tras una primera inspección, el Almirante no había dado aún la cara pero, por fortuna, en Westminster hay numerosos voluntarios dispuestos a consultar en un librillo cualquiera de tus preguntas así que me aproximé a uno, que me redirigió a otro, que llamó a un tercero que tenía el librillo. Consultamos juntos el mapa y resulta que Vernon está justo a la izquierda de la entrada para los que pagan en metálico (hay dos entradas, una para pago en metálico y otra para pago con tarjeta, yo había pagado con tarjeta), exactamente en la esquina noreste del crucero norte. Ahora sí...¡ya eres nuestro, Vernon!

Volví a la zona indicada abriéndome paso entre la corriente de turistas en dirección contraria y rogando a otro par de voluntarios que se quedaran con mi cara ya que para llegar a la esquina de Vernon tenía que saltarme un cordón de seguridad a la ida y, lo que más me preocupaba, a la vuelta. Bien, por fin había llegado a la esquina en la que sabía estaba el monumento pero ¿donde está exactamente? En la esquina en cuestión había ... UNA TAQUILLA. En efecto, dentro de la Abadía, justo en esa esquina, está ubicada la taquilla en la que se compran las entradas si pagas en metálico, como os he dicho antes. Como en tantos otros sitios, no se trata más que de una estructura de dos paredes de madera con una puerta y una ventana por la que atienden a los visitantes y que cubre una superficie de unos 5 m2, más o menos. Según el plano que me habían enseñado, Vernon estaría DENTRO de la taquilla. Afortunadamente para mí, la puerta estaba entreabierta, así que me acerqué, miré y... en efecto, allí estaba el monumento y la placa con el texto que ya antes había leído y del que entresaco:

"In the war with Spain of MDCCXXXIX he took the Fort of Porto Bello with six ships, a force which was thought unequal to the attempt. For this he received the thanks of both Houses of Parliament. He subdued Chagre, and at Carthagena conquered as far as naval forces could carry victory"
(En la guerra con España de 1739 tomó el fuerte de Portobelo con seis barcos, una fuerza que se estimó insuficiente para el intento. Por ello recibió el agradecimiento de ambas cámaras del Parlamento. Sometió Chagres y en Cartagena llegó tan lejos como las fuerzas navales podían alcanzar la victoria)

El monumento está justo detrás del taquillero, que tenía su hombro derecho prácticamente apoyado sobre la obra del escultor Michael Rysbrack. Mientras pensaba si sería conveniente saltarme las estrictas normas de la Abadía y hacer una foto de la impagable escena que presenciaba, se me acercó uno de los vigilantes, afortunadamente antes de que intentara siquiera sacar la cámara. Obviamente no era normal que alguien se quedara en ese punto mirando al interior de una taquilla por la que miles de personas pasan cada día y pagan 18 GBP por barba. Ante la mirada inquisidora del vigilante (recordad que minutos antes le había pedido que se quedara con mi cara para dejarme volver a la nave principal), volví lentamente a la marea de visitantes en busca de mis compañeros de viaje, mientras silbaba "El puente sobre el río Kwai".

Mira que hay monumentos en la Abadía, mira que hay espacio y puertas y recovecos en los que poner una taquilla y la han tenido que poner justo ahí, tapando el monumento dedicado al protagonista de uno de los mayores ridículos de la historia del Reino Unido. ¿Casualidad?¿Maquiavelismo?¿Justicia poética?

Y ahora os preguntaréis ¿y la pedorreta? Pues no la hubo, ni real (que no la hubiera habido en cualquier caso), ni simbólica. Mientras dudaba si sacar o no la cámara, pensaba que Vernon, en el fondo, no fue más que un soldado, como tantos otros que han defendido con mayor o menor acierto a sus patrias. Es cierto que hizo un ridículo difícilmente superable, no por fallar en la conquista, sino por vender la piel de don Blas antes de cazarlo, pero no lo es menos que, aún suponiendo que este hecho merezca alguna chufla, bastante deshonor es tener un monumento en la Abadía de Westminster y que éste sea el único de las docenas que allí hay que está permanentemente oculto tras un armazón de madera. Al menos su estatua tiene la compañia permanente del taquillero y de un pequeño radiador que le quite el frío los húmedos días de invierno londinense.

Y ahora, para compensar, os dejo con uno de los múltiples momentos brillantes de otro almirante (vale, no fue almirante, pero sí primer Lord del Almirantazgo) británico admirable que, además, demuestra que se puede dirigir un país en las circunstancias más complicadas con un pedo de colores una ligera dificultad para una locución inteligible:





domingo, 13 de octubre de 2013

Un viaje infructuoso, pero con rima: Ruy González de Clavijo

Anda en las noticias en los últimos días el enderezamiento del famoso crucero Costa Concordia, en su día el barco más grande construido en Italia y que el ya famoso capitán Schettino aparcó en un arrecife en la isla de Giglio. Esta nave es una de las muchas que se dedican a hacer cruceros de placer por los mares del mundo, en concreto por el Mediterráneo. Por cierto, "crucero de placer" es una contradictio in terminis, tanto como el lema cubano "socialismo o muerte" es una redundancia. El mar es una cosa demasiado seria como para tomársela a cogna, hay que dejárselo a los profesionales: pescadores, marinos mercantes, armada y tal...el resto, especialmente los de tierra adentro, alejarse. Aún así, hoy en día no es difícil encontrar docenas de opciones diferentes de diversos cruceros que tocan tierra en Barcelona, Marsella, Palma de Mallorca, Cagliari, Palermo... y permiten a los insensatos que se embarcan en ellos ver ruinas de día y bailar la conga de noche. 

Enrique III de Castilla (de la wiki)
Sin embargo, muchos años antes de la impresionante bronca del oficial de Falco al jeta Schettino, ya había paisanos que se lanzaban al mar en viajes raramente de placer y cruzaban el Mediterráneo en barquichuelos algo menos confortables que el Costa Concordia. Hoy, en concreto, vamos a recrearnos en el viaje de un madrileño hasta Samarcanda. Como es propio de un blog tan poco profundo como este, nos valdremos del propio relato del viajante, que ya nos da el trabajo hecho: Embajada a Tamorlán, de Ruy González de Clavijo.

Un viejo conocido: Enrique III de Castilla

Hace unos meses conocimos en profundosoconfusos la historia de Pero Niño y su pelota, recogida en "El Victorial". Pues bien, nuestra historia de hoy no solo coincide cronológicamente con aquella, sino que el inspirador es el mismo. 

Enrique III "el Doliente" fue hermano de leche de Pero Niño, ya que la madre de este (Inés Laso) fue elegida como ama de cría del futuro rey de Castilla. Enriquito subió al trono a la tierna edad de 11 años, tras la muerte en Alcalá de Henares de su padre, Juan I de Castilla, como consecuencia de la caida de un caballo. A los 12, Enriquito ya asumió plenamente la corona y comenzó a encargar tareas, entre otros, a su hermano de leche -Pero- que, como vimos en aquella entrada, dio vueltas y más vueltas por España, Francia, Inglaterra, el norte de África...

No sé si Enrique III usó la estratagema de madar lejos a la gente que le podía hacer pupa (táctica esta asaz utilizada en la historia de la humanidad) o, sencillamente, confiaba en la diligencia de Pero y de nuestro personaje de hoy para encargarles estos asuntillos. Supongamos que fue lo segundo. En cualquier caso, "el Doliente" se mostraría muy aficionado a lo largo de su reinado en mandar a la gente a hacer puñetas. En forma de embajadas, expediciones, etc, se entiende. En concreto hoy nos vamos a centrar en la segunda de las dos embajadas que envió a tomar contacto con Tamerlán, que por entonces dominaba casi toda Asia central.

Batalla de Angora, de la wiki.
Pero claro, como casi todo en esta vida, las cosas comienzan mucho antes de que nos demos cuenta. Para comprender el inicio de esta historia nos vamos a ir primero a... Bulgaria, orillas del Danubio, en concreto a la ciudad de Nicópolis, hace justo 617 años, a finales de septiembre de 1396. Allí, el ejército otomano de Bayaceto I masacró literalmente al combinado cristiano de cruzados del Sacro Imperio, de Francia, de Hungría, de Bulgaria... los turcos ya eran una amenaza enorme, pero ahora lo parecían aún más, metiendo miedo a toda Europa desde el este. Claro, que más al este aún se estaba gestando otro potencial imperio, el de Tamerlán, y a los enemigos de nuestros enemigos es mejor hacerlos nuestros amigos, así que nada más empezar el siglo XV, Enrique III mandó su primera embajada a... no se sabe muy bien si a Tamerlán o a Bayaceto. El caso es que Payo Gómez de Sotomayor y Hernán Sánchez de Palazuelos se plantaron en Angora (actual Ankara) en 1402 y tuvieron la ocasión de presenciar como Tamerlán se pasó por la piedra obtuvo una contundente victoria sobre las tropas otomanas en la batalla de Angora en Julio de ese año. La batalla debió ser acongojante, con entre 40.000 y 3 millones de soldados participando (sí, ya sé, una horquilla demasiado amplia, pero no paraban de moverse y no se dejaban contar, los tíos...) y acabó con Bayaceto capturado y, dice la leyenda, encerrado en una jaula que usaba Tamerlán como escabel para subirse al caballo. Eso es tender la mano a los vencidos y lo demás son tonterías. Fuera o no así, Bayaceto no fue humillado durante mucho tiempo ya que se murió enseguida, el pobre.

Don Payo y don Hernán consiguieron acceder a Tamerlán y éste les entregó cartas para su rey (o sea, el nuestro, el de Castilla), aparte de algunos presentes con los que se volvieron a casa. Entre los "presentes" había dos o tres doncellas, las fuentes difieren, así como también difieren sobre su nombre, aunque parece claro que eran de origen húngaro. Don Payo mostró ser un tío CASI completamente íntegro, pues en todo el viaje desde Angora hasta Alcalá de Henares, donde fueron a encontrarse con el rey, CASI respetó el honor de la doncella, pero ya CASI llegando, a la puerta de casa como quien dice, en la jienense localidad de Jódar, se la pasó por la piedra cayó prendado de la muchacha:

En la fontana de Xodar
vi la niña de ojos bellos
e finque ferido de ellos
sin tener de vida una hora
Qué romántico... Menos mal que en profundosoconfusos buscamos siempre diversas fuentes. He aquí como describe el episodio el historiador gallego Vasco de Aponte en su "Recuento de las casas antiguas del Reyno de Galicia" (principios del XVI):

"Este moro embió dos sobrinas al rey, que se las casase en España. Payo Gómez, viniendo por el camino, empreñó una dellas. Cuando el rey lo supo quisiérale degollar; mas todos rogaron por él y casólo el rey con ella, y mientras el rey fue vivo, no la alejó"
Si, la historia será la misma, pero no sé por qué me creo más la versión del historiador gallego.

Ahora que caigo, este artículo haría las delicias del gran Carlos Herrera, inspirador del título de este blog. Entre Bayaceto el otomano, Clavijo, lo de Jódar... menos mal que los seguidores de Tamerlán no son conocidos como Tamerlones...

Pues eso, nos vamos con Clavijo. Sin rima.

Madrid-Samarcanda-Madrid


Vista del Bósforo, de la wiki
Una vez superado el cabreo y las pulsiones degolladoras, Enrique III debió comprender que la embajada no había ido mal del todo y que el negocio había que cerrarlo bien cerrado, así que preparó una segunda embajada. En este caso iría encabezada por fray Alfonso Páez de Santamaría y Ruy González de Clavijo, que fue el que pasó a la historia, aunque los dos fueron, los dos volvieron y hay incluso quien opina que el relato lo escribió Santamaría, no Clavijo. Por cierto, el diario del viaje al que hacemos referencia está disponible en numerosas fuentes tanto físicas como digitales y no os resultará difícil encontrarlo si le queréis echar un vistazo. Es muy preciso y puntilloso en las descripciones de lo que fueron haciendo cada día. Es curioso, desde luego, aunque a mi me ha costado la misma vida localizar con cierta precisión la mayoría de los puntos por los que pasaron. Puntilloso que es uno...

El 22 de mayo de 1403 los embajadores salieron del Puerto de Santa María y se adentraron en el Mediterráneo, deteniéndose, entre otros lugares, en Málaga, Ibiza, Gaeta (puerto al sur de Roma), Sicilia, Rodas, Constantinopla (Estambul)... ¡un momento! ¡pero si el itinerario es digno de cualquiera de los cruceros de hoy en día! Estoy empezando a pensar que entre Clavijo y Santamaría se camelaron a Enrique III para que les pagara un peaso viaje de placer...

En esa primera parte del camino los embajadores describen un par de tornados cerca de la costa, pasan por Stromboli (a la que llaman Strangol) que "tiene una boca por do salía el humo y fuego, y en la noche salió grandes llamas de fuego por la dicha boca con grandisimo ruido" mucho antes de que Axel y su tío Otto retornaran por allí a la superficie tras su paseo subterráneo, por Ischia, mucho antes de que los Carlucci tuvieran su panteón familiar...

A finales de Julio dejan atrás Sicilia y la región de Calabria, de donde saltaron al Peloponeso: Navarino (hoy Pilos), isla de Sapiencia y rumbo a las Cícladas tras doblar el cabo Matapán. Pasaron por Centuriona (Santorini), Milos y Naxos y el 4 de agosto llegaron a Rodas, donde no fueron capaces de entrevistarse con el Gran Maestre de la orden de los caballeros de Rodas (entonces aún no eran de Malta, tuvo que llegar el emperador Carlos para que eso pasara). Aún así, se quedaron un tiempo por allí, intentando obtener noticias de Tamerlán de los muchos viajeros que pasan por ese "hub" de comunicaciones, que diría un engolado político actual. El 30 de agosto parten en una nueva nave hasta la isla de Chíos y desde allí, tras cambiar de nuevo de embarcación salen hacia Constantinopla, donde llegan el 28 de octubre.

De la importancia de la embajada da fe el hecho de que fueron recibidos por el emperador Manuel II y su familia el mismo día de su llegada, el domingo 28 de octubre, tras oír misa. Durante unos días se dedican a hacer turismo por Constantinopla y por la vecina Pera (que es donde estaban alojados). Al mismo tiempo comienzan a buscar una nueva nave que les lleve hacia el este, a Trebisonda, donde habrían de comenzar la parte realmente chunga del viaje. No consiguen encontrar embarcación hasta el 13 de Noviembre y por fin parten el 14, peeeeeeeeeero.... españoles, mar, viajes, ¿qué echabais de menos? En efecto: Tempestad. Naufragan nada más salir y se salvan de milagro. Para mi sorpresa, no sé si también la vuestra, el mar Negro es bastante peligroso durante el invierno, así que nuestros colegas embajadores deciden quedarse tranquilitos en Pera que tarde no es y prisa no tenemos.

Don Ruy y fray Alfonso retomaron el viaje el 20 de marzo de 1404 y llegaron sin demasiado problema a Trebisonda el 11 de Abril. Trebisonda, Trapisonda o Trabzon era en aquel momento capital del Imperio de Trebisonda y se habían aliado con Tamerlán contra Bayaceto (que te meto), así que los embajadores estaban en territorio amigo. De nuevo en esta ocasión fueron recibidos por el emperador local (Manuel III de Trebisonda, nada que ver con el Manuel II de Constantinopla que hemos mencionado antes), que les echó una manilla en los preparativos de la parte pedestre de su viaje. El domingo 27 de abril partieron de Trebisonda acompañados por soldados del emperador que les guiaron y ayudaron hasta que se volvieron por miedo a sus enemigos... el lunes por la mañana. Una de dos: o el "Imperio" de Trebisonda es liliputiense o el valor de la escolta era, como poco, manifiestamente mejorable.

Sí amiguitos, sí... Noé tenía un hermano gemelo y en realidad hubo
 DOS arcas, pero la historia la escriben los vencedores...
Esta parte del camino discurrió entre montañas y nieve. El 4 de mayo llegaron a Arsinga, donde se quedaron unos días disfrutando de la hospitalidad del señor de la zona. Por cierto, por esta zona nace el Éufrates. El día de san Isidro salieron hacia Erzurum, cruzando una zona montañosa y sufrieron grandes nevadas. Al menos, toda esta zona era ya dominio de Tamerlán, así que el viaje era bastante seguro. Eligieron un magnífico día (el 29 de mayo justo 567 años antes de otro gran acontecimiento histórico para el planeta, que diría Leyre) para llegar a Calmarin, ya en la actual Armenia:

"Y otro día jueves, veinte y nueve días del dicho mes de Mayo, a hora de medio día fueron en una grande ciudad que ha nombre Calmarin, y de allí cuanto a seis leguas apareció la montaña alta en que el arca de Noé apareció cuando el Diluvio. Y esta ciudad estaba en un llano, y de la una parte la pasaba grande río que le dicen Corras, y de la otra parte había un valle muy hondo en unas peñas, y tan ancho cuanto una ballesta podría echar un viraton, que cercaba la ciudad en derredor hasta juntar con el río: el cual valle y río hacía muy fuerte la ciudad, que no había combate ninguno salvo de donde se comenzaba el río: y el valle tenía una entrada, y aquél era el combate que había; pero encima de esta entrada había un castillo muy fuerte de grandes torres y altas, y había dos puertas una ante otra: y esta ciudad de Calmarin fue la primera ciudad que fue hecha en el mundo después del Diluvio, que la edificaron los del linaje de Noé"

Sí, nada menos que la ciudad más antigua del mundo, la primera fundada después del diluvio y, evidentemente, la primera en disponer de un zoológico, claro.

Desde allí el camino les llevó hacia el sur, adentrándose en el actual Irán hasta llegar a Khoy, el 11 de junio, a  Tauris (Tabriz) y el 26 a Soltania (Soltaniyeh, patrimonio de la humanidad). En esta ciudad fueron recibidos por el hijo mayor de Tamerlán: Miaxa Mirassa, que no es que fuera demasiado brillante, el pobre:

"Y esta ciudad de Soltania es de tan gran meneo, que rinde al Señor de cada año muy gran cuantía, y esta ciudad de Soltania y de Tauris, con el Imperio de la Persia, solía ser de este dicho Mirassa Miaxa, hijo mayor del Tamurbec, y ahora habíaselo quitado por estas razones que se siguen. Este Mirassa Miaxa, siendo Emperador y Señor de esta tierra, tenía consigo muchos Caballeros y hueste que el padre le había dado, y estando en la ciudad de Tauris tomóle un antojo, y mandó derrocar y deshacer cuantas casas y mezquitas y grandes edificios que había, y fue deshecha una gran partida de ellos, y otrosí partió de allí y vino a esta ciudad de Soltania, y mandó otro tal hacer: y entró en el castillo, y el tesoro que su padre ahí tenía tomó mucho de ello, y partiólo por sus Caballeros y gente...
...y cuando al hijo le dijeron que el su padre venía, echóse una soga a la garganta y fuese para el padre, y demandóle perdón, y el padre quisiéralo matar, salvo que le demandaron merced por él sus parientes y Caballeros, e hicieron tanto con él que lo perdonó; pero quitóle la tierra y señorío que le había dado, y la gente que lo guardaba. Y de que se lo hubo quitado llamó a un su nieto, hijo de este Miaxa Mirassa, que había nombre Aboaquer Mirassa, y díjole: Pues tu padre me ha errado, toma tú su sierra y señorío. Y el nieto le dijo: Señor, nunca Dios quiera que yo tome lo que mi padre tenía, mas vos perderéis la saña de él, y se lo tornaréis. Y de que no lo quiso tomar llamó a otro su nieto, hijo de este Mirassa Miaxa, y tomó el señorío y la hueste del padre"
Ten hijos para esto...

Si cruzando Anatolia habían visto grajos en vuelo rasante, del frío que hacía, a partir de Soltania la cosa iba a cambiar drásticamente, tanto que en Teherán (6 de julio) tuvieron que dejar a parte de los expedicionarios que se habían resquebrajado con tanto cambio de temperatura. El 17 de julio llegan a Damonga y a finales de mes, en Nixaor (Nishapur, aún en Irán) fallece el guarda real Gómez de Salazar. A estas alturas viajaban de noche para evitar ser horneados a fuego lento.. y ¡aún les quedaban más de 1000 km de desierto! A finales de Julio recibieron a una delegación de otro hijo de Tamerlán: Xaharoc Mirassa, que les pidió fueran a visitarle en su lugar de residencia (Herey, la actual Herat, en Afganistán. Volveremos sobre esto), pero los embajadores andaban con prisa y se excusaron.

Cruzaron el rio Viadme (Oxus, actual Amu Daria) a la altura de Termez el 21 de agosto y de ahí a Samarcanda ya fue un paseíto para estirar las piernas. Este río, el Amu Daria, es de lo más curioso, ya que a lo largo de la historia ha desembocado en dos mares difrentes. Mejor dicho, en TRES mares diferentes: en el de Aral, en el Caspio y en el Mar de Aral del sur que es uno de los restos que quedan del mar de Aral original. Impresionante lo del mar de Aral, por cierto.

Los últimos 4105 km del viaje de Clavijo. Algunas ciudades (de las que he puesto en el mapa y de las que no) han sido endiabladamente complicadas de localizar.

Como decíamos, a finales de agosto de 1404, la embajada llegó a las inmediaciones de Samarcanda y el 8 de Septiembre, 475 días después de partir del Puerto de Santa María, el gran Tamerlán, Tamorlán, Tamurbec, Timur Lenk... aceptó recibirles. En la recepción hubo muy buenas palabras, pero poco o ningún resultado práctico. Tamerlán andaba  preparando su más importante conquista, la de China, hacia donde finalmente iba a partir ese mismo otoño, así que ordenó que la embajada de Clavijo y otras que estaban en Samarcanda abandonaran la ciudad. El 21 de Noviembre comenzaron el viaje de vuelta, pero ya que habían pasado casi tres meses en Samarcanda, al menos Clavijo y Páez la describen con profusión de detalles en su relato.

Tamerlán nunca llegó a la China, enfermó y murió poco después de abandonar Samarcanda.

Los otomanos siguieron incrementando su poder y Constantinopla cayó en otro 29 de mayo capital para la historia, el de 1453. Con los años, los turcos llegaron a las puertas de Viena y gracias a ello comemos cruasanes.

El viaje de regreso no fue tampoco un paseo para los embajadores. Pasaron todo el frío del mundo cruzando las montañas de Irán y Anatolia, emplearon todo el 1405 (atento a ese balón que le centro, don Herrera Carlos) en el viaje y llegaron a la corte en Alcalá de Henares el 24 de marzo de 1406. Enrique III suponemos que escucharía atentamente el relato, recibiría los regalos y olvidaría el asunto casi de inmediato.

Clavijo en el siglo XXI


La historia de Clavijo y Páez es bastante poco conocida, aunque últimamente ha sido rescatada por aventureros varios. A Clavijo le dedicaron una calle en Samarcanda y poco más.

Durante la descripción del viaje hemos mencionado Herat; tal vez el nombre os suene. En esa ciudad está la base de las fuerzas españolas en Afganistán desde mayo de 2005, actualmente en proceso de repliegue. Unos 150 km al NE de Herat hay otra población, llamada Qala-i-Naw, en la que hasta hace literalmente 3 semanas seguía ondeando la bandera española en un no tan pequeño destacamento que llegó a albergar 1000 soldados. El pasado 25 de Septiembre, el ministro de Defensa español presidió el acto de entrega de la base al ejército Afgano. Desconozco si los afganos conservarán el nombre que la base ha tenido durante estos años, el de un español que pasó por esas tierras hace más de 600 años, un tal Ruy González de Clavijo.

Para terminar, os dejo unas magníficas fotillos de la zona suministradas por uno de los que allí estuvieron (muchísimas gracias). No, no fue Clavijo, que se dio cuenta de que se había dejado la cámara en casa pasado Constantinopla, pero por exactamente esos paisajes pasó la embajada a Tamerlán.





PS: Como hoy hacía una tarde estupenda en Madrid, me he acercado a plaza de la Paja a hacerle la foto correspondiente a la placa que puso el Ayto. en la casa de Clavijo. Hela:



PS2: me recuerda "Garganta Profunda" otra coincidencia funesta entre las tropas españolas en Asia central y el viaje de Clavijo: el famoso accidente del Yak 42 acaeció en la fase de aproximación al aeropuerto de Trebisonda, donde iba a hacer escala. Gracias de nuevo.

PS3: Una lectora impenitente y subjetiva me hace llegar unas fotos tomadas por ella misma en el lugar de los hechos, aparte de confirmar lo del barrio llamado Madrid. Muchas gracias
Tumba de  Tamerlán, en Samarcanda. El sarcófago negro

Calle dedicada a Clavijo, en Samarcanda

Estatua dedicada a Amir Temur (Tamerlán para nosotros)