Hace más o menos un mes fue el día de San Patricio y una vez más medio mundo se tiñó, literalmente, de verde. No deja de sorprenderme y, en cierto modo, causarme envidia ver como determinados paisanos son capaces de exportar sus fiestas, jolgorios, gastronomía y, en fin, marca. Vamos al ejemplo de nuestros amigos irlandeses; una taberna irlandesa suele ser un sitio bastante agradable, por lo general tirando a oscuro, ni muy tranquilo ni muy ruidoso, con una oferta cervecera decente, pero manifiestamente mejorable y algo de manduca básica, de mera subsistencia, vamos...Sin embargo no hay barrio, casi manzana, que se precie en el mundo que no goce de la presencia de una. Ahora es cuando voy a desvariar y, tal vez, confundir mis gustos con los del resto de la población del mundo civilizado, pero ¿quién querría ir a uno de esos tugurios si tuviera al lado una una taberna como Dios manda, con sus tapas elaboradas y sus jamones colgando (por no hablar de una buena bodega, tanto de botella como de barril)?
Tal vez deberíamos haber intentado en algún momento formar una buena sociedad con ellos para haber tenido lo mejor de ambos mundos y aprendido a vender mejor nuestros antros, que el paño, por muy bueno que sea, en el arca no se vende. Digo esto porque aparte de las ya conocidas andanzas del rompecorazones Cuéllar por la bella Eire, españoles e irlandeses han tenido contacto en bastantes ocasiones, compartir fe es lo que tiene en un mundo como el nuestro...
No todos los protagonistas de las entradas de profundosoconfusos han pasado a la historia como grandes triunfadores. Ya hemos hecho la crónica de algún fracaso o, al menos, semifracaso que, a pesar de todo, mostró tintes de grandeza que le hicieron merecedor de ser recordado. Hoy nos vamos a enfrentar a uno de esos casos siguiendo las andanzas de un (otro, ya vamos conociendo unos cuantos) típico servidor de su católica Majestad.
Antes de comenzar con la historia propiamente dicha he de mostrar mi agradecimiento al amable lector y navegante que me informó de la existencia de este personaje. Espero que el artículo esté a la altura.
Casi diez años después la guerra continuaba en Flandes. Y lo que le quedaba...En 1584 Juan del Águila había sido ascendido a Maestre de Campo, tras la muerte en Terramunda (actual Dendermonde, en Bélgica) del entonces Maestre Pedro de Paz. Ernesto de Mansfeld, que años más tarde sería gobernador de los Paises Bajos sucediendo a Farnesio, comandaba un ejército compuesto por tres tercios, uno de los cuales estaba a cargo del Maestre de campo Bobadilla, otro al de Juan del Águila. Este ejército había participado en el sitio de Amberes (nada que ver con el hecho anterior), que había durado algo más de un año, y a finales de otoño de 1585 se dirigía hacia el norte. Al llegar al rio Mosa, Mansfeld ordenó al tercio de Bobadilla que cruzara el río y se asentara en la isla de Bommel, formada por el propio Mosa y el Waal (un brazo del Rhin). Los otros dos tercios de su ejército acamparon en la margen izquierda del Mosa, sin cruzar a la isla. Cuando los holandeses vieron esa maniobra se relamieron de gusto, ya que la isla de Bommel es en realidad un terreno muy bajo que podía ser inundado fácilmente rompiendo los diques de ambos ríos Tal vez pueda parecer salvaje ahogar a 5.000 soldados enemigos pero, no nos engañemos, la guerra es la guerra y no un club de lectura para jubilados. En fin, que los holandeses no comprendían bien el significado de la frase "al enemigo, ni agua" y abrieron todos los diques que pudieron, con lo que la isla de Bommel se convirtió en un inmenso lago salpicado de islotes formados por los puntos más elevados del terreno. Para acabar de complicar las cosas, el ejército de Holak disponía de casi 100 naves de muy bajo calado que se movían por el terreno inundado con suma facilidad:
En resumidas cuentas: bravuconadas aparte, no se rindieron, eso no es discutible. Tenemos a 5000 tíos ateridos de frío, calados hasta los huesos, con escasez de armas y provisiones, hacinados en varios diques e isletas y hostigados por el enemigo. Al tiempo, los tercios que no habían cruzado el Mosa intentaban ayudar a sus compañeros:
El día 7 de diciembre de 1585, uno de los soldados sitiados (de los afortunados, este estaba en la zona más amplia de las ocupadas) se puso a cavar un agujero para guarecerse del frio cerca de la iglesia de Empel y se topó con una tabla flamenca de la Virgen, justo el día de la vigilia de la Concepción de María. Gran alborozo. Querría pensar que los mandos, informados del hallazgo, decidieron usarlo para insuflar algo de valor a la tropa, pero no sé yo si, en realidad, estaban convencidos de lo que decían. El hecho es que el hallazgo de la Virgen fue tomado como una señal divina de apoyo y supongo que reconfortó los ánimos. Lo que ya no es tan normal es lo que sucedió esa misma noche: de repente llegó el más crudo de los inviernos. Las temperaturas descendieron bruscamente y el agua que rodeaba al ejército comenzó a congelarse. Los holandeses, temerosos de que sus naves quedaran bloqueadas por el hielo comenzaron a sacarlas hacia la corriente principal del Mosa. Al amanecer, el agua que cubría la isla estaba congelada, las naves holandesas en retirada y los cazados pasaron a ser cazadores: Los soldados españoles salieron de las isletas y diques y comenzaron a hostigar la flota holandesa con todo lo que pudieron:
O sea, que salieron con el cuchillo entre los dientes y se cobraron la mala semanita que les habían hecho pasar, supongo que con creces, en sangre, saqueos y capturas.
A este hecho, acaecido hace 400ypico años, se debe que la Inmaculada sea la patrona delos pisahormigas la gloriosa infantería española.
La guerra en Flandes seguiría desangrando a la corona aún muchos años y Juan del Águila sirviendo a su rey y engrosando su hoja de servicios, pero para conocer algo más de sus aventuras habrá que esperar a la siguiente entrada... porque os estaréis preguntando qué tenía que ver la entradilla de Irlanda con todo esto ¿no?
Tal vez deberíamos haber intentado en algún momento formar una buena sociedad con ellos para haber tenido lo mejor de ambos mundos y aprendido a vender mejor nuestros antros, que el paño, por muy bueno que sea, en el arca no se vende. Digo esto porque aparte de las ya conocidas andanzas del rompecorazones Cuéllar por la bella Eire, españoles e irlandeses han tenido contacto en bastantes ocasiones, compartir fe es lo que tiene en un mundo como el nuestro...
No todos los protagonistas de las entradas de profundosoconfusos han pasado a la historia como grandes triunfadores. Ya hemos hecho la crónica de algún fracaso o, al menos, semifracaso que, a pesar de todo, mostró tintes de grandeza que le hicieron merecedor de ser recordado. Hoy nos vamos a enfrentar a uno de esos casos siguiendo las andanzas de un (otro, ya vamos conociendo unos cuantos) típico servidor de su católica Majestad.
Antes de comenzar con la historia propiamente dicha he de mostrar mi agradecimiento al amable lector y navegante que me informó de la existencia de este personaje. Espero que el artículo esté a la altura.
Juan Del Águila
Nuestro protagonista de hoy nació en 1545 en... ¡vaya!¡en Ávila! qué casualidad, y vivió la segunda mitad del siglo XVI dando vueltas por el mundo al servicio de Felipe II y Felipe III tras alistarse en 1563. A lo largo de su vida participó en numerosas campañas en media Europa, tantas que no tendríamos megas suficientes para relatarlas, casi ni para enumerarlas, pero creo que merece la pena mencionar algunas:
Amberes, 1576
En el último tercio del siglo XVI el flujo de riquezas desde América era constante, pero también el desgaste que para las arcas de la Corona suponían las distintas guerras en las que andábamos metidos. Lección básica de economía: si tus gastos superan a tus ingresos, tarde o temprano tendrás un problema serio... y lo tuvimos. España ha sido la primera en muchas cosas, entre otras tiene el dudoso honor de ser la primera nación moderna en suspender pagos en 1557. Desgraciadamente no sería la última (por si os lo estáis preguntando, que sé que sí, el último impago de deuda por parte de España fue en 1939... de momento) y en 1575 volvió a suceder. Esa segunda bancarrota nos pilla con una considerable cantidad de soldados en Flandes que, de repente, se quedan sin cobrar. Supongo que os haréis cargo: un ejército bastante fiero y bien entrenado que no cobra sus pagas puede convertirse en un problema bastante gordo. Para acabar de redondear el lío, la situación en Flandes era de lo más complicado.
A finales de 1576 unos 20.000 holandeses entraron en la ciudad de Amberes y asediaron su castillo, defendido por Sancho Dávila (otro abulense, vaya rachita llevamos). Mientras tanto, unos 1.600 soldados de los tercios que estaban amotinados en Aalst, negándose a obedecer orden alguna hasta cobrar los atrasos, decidieron por su cuenta y riesgo partir a carajo sacado hacia Amberes (unos 60 km de marcha) para socorrer a los sitiados. Una cosa es protestar y otra dejar tirados a unos compatriotas. Igualito que hoy en día, vamos. Consiguieron atravesar las líneas enemigas y entrar en el castillo. Una vez dentro no se les ocurrió otra cosa que... volver a salir, más cabreados que una mona y con ganas de guerra, nunca mejor dicho. Resultado: las tropas de asedio, que eran enormemente superiores en número, pusieron pies en polvorosa y se refugiaron en el ayuntamiento; a partir de ahí, digamos que la cosa se desmadró un poco y la liberación del asedio se convirtió en el saqueo de Amberes, del 4 al 7 de Noviembre de 1576. Este episodio no es, dese luego, de los que provocan demasiado orgullo, aunque habría que verlo con la perspectiva adecuada, no creo que los flamencos fueran repartiendo golosinas, precisamente. Además, dio origen a la expresión "la furia española", que no es que fuera una alabanza, como podéis comprender.
Pero...¿qué tuvo que ver Juan del Águila con todo esto? Pues por esa época dirigía una compañía en el Tercio de Julián Romero y se dice que fue el que convenció a los sublevados para que marcharan hacia Amberes.
Empel, 1585
Los tercios enfrentados a su final en Rocroi. Cuadro ESPECTACULAR de Ferrer-Dalmau. No procede mucho cuando aún estamos hablando de mucho antes, pero es tan bueno... |
"... Y aprestada una armada de casi cien vasos, los más de quillas chatas, desde Dordrecht por el Mossa se arrima à Bommel: y abiertos por algunos lugares los diques, echó el río casi sobre toda la isla, con tanta presteza, que apenas tuvo tiempo Bobadilla para llevar tras el Mosa al lugar de Emple, y a otros de la vecindad, las tropas, Artillería y vituallas. Pero ni aquí los dejó libre la crecida de el Rio. Porque si bien los Españoles havian tomado los pueblos mas altos, sin embargo porque el campo desde la isla de Bommel hasta Bolduque (Nota: Den Bosch) era algo mas baxo, facilmente llamó a si las aguas derivadas, y menos unas assomadas, a que havian subido los soldados, el otro campo cerca del Rio parecía un mar hinchado."
"Guerras de Flandes. Segunda década", Famiano Estrada, historiador jesuita (vaya racha).Una vez más nos encontramos en profundosoconfusos a un grupo de españoles en una situación manifiestamente mejorable. Como suele ser habitual, para salir de esta tuvieron que echar mano de todo su arrojo, una buena dosis de astucia, bastante de sugestión y su poquito de suerte, aparte de mucha cabezonería, por no decir inconsciencia. Holak, mientras tanto, seguro de la victoria y/o rendición de Bobadilla estaba ya buscando acomodo para tanto prisionero... y a partir de aquí comienza el mito. La situación era desesperada, pero Holak ofreció una capitulación dizque honrosa a lo que se supone que Bobadilla contestó con la famosa frase:
"Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos"que, unida a la de "¡Contad los muertos!" supuestamente pronunciada tras Rocroi definen el espíritu mítico de los tercios. En cualquier caso, de estos tipos se podían esperar salidas como esta así que, de nuevo, se non è vero è ben trovato.
En resumidas cuentas: bravuconadas aparte, no se rindieron, eso no es discutible. Tenemos a 5000 tíos ateridos de frío, calados hasta los huesos, con escasez de armas y provisiones, hacinados en varios diques e isletas y hostigados por el enemigo. Al tiempo, los tercios que no habían cruzado el Mosa intentaban ayudar a sus compañeros:
"Y aunque este aviso se rechazó con igual audacia y desdén, hizo sin embargo mayor herida en los pechos de aquellos fuertes varones, quanto se veían cada día destituidos, mas no solo de socorro, pero aun de esperanza. Porque los barcos luengos despachados con cartas para el Príncipe de Parma (Nota: Farnesio) los havia puesto su audacia, ò su poca suerte, en manos del enemigo: y Mansfeld por una parte, de otra Águila con los de Bolduque, haviendo intentado llegarse a los Españoles, fueron dos veces repelidos"
La foto no tiene resolución suficiente, pero me da que esos que caminan sobre el hielo en Holanda no son nuestros tercios. |
El día 7 de diciembre de 1585, uno de los soldados sitiados (de los afortunados, este estaba en la zona más amplia de las ocupadas) se puso a cavar un agujero para guarecerse del frio cerca de la iglesia de Empel y se topó con una tabla flamenca de la Virgen, justo el día de la vigilia de la Concepción de María. Gran alborozo. Querría pensar que los mandos, informados del hallazgo, decidieron usarlo para insuflar algo de valor a la tropa, pero no sé yo si, en realidad, estaban convencidos de lo que decían. El hecho es que el hallazgo de la Virgen fue tomado como una señal divina de apoyo y supongo que reconfortó los ánimos. Lo que ya no es tan normal es lo que sucedió esa misma noche: de repente llegó el más crudo de los inviernos. Las temperaturas descendieron bruscamente y el agua que rodeaba al ejército comenzó a congelarse. Los holandeses, temerosos de que sus naves quedaran bloqueadas por el hielo comenzaron a sacarlas hacia la corriente principal del Mosa. Al amanecer, el agua que cubría la isla estaba congelada, las naves holandesas en retirada y los cazados pasaron a ser cazadores: Los soldados españoles salieron de las isletas y diques y comenzaron a hostigar la flota holandesa con todo lo que pudieron:
"...unos corrían armados sobre el dique de Emple, para ver si algunas naos enemigas se movían tardas para el Mosa por las mismas bocas de los diques, y las fatigaban con continuas cargas. Otros, estimulandoles, y prestandoles vigor, la ira repressada por mucho tiempo, saltando de los diques, por los campos inundados y endurecidos con el yelo, de qualquiera modo que pudiessen, se abalanzavan contra el enemigo: y hazian prueva de que estaban vivos y con brios para vengarse"
O sea, que salieron con el cuchillo entre los dientes y se cobraron la mala semanita que les habían hecho pasar, supongo que con creces, en sangre, saqueos y capturas.
A este hecho, acaecido hace 400ypico años, se debe que la Inmaculada sea la patrona de
La guerra en Flandes seguiría desangrando a la corona aún muchos años y Juan del Águila sirviendo a su rey y engrosando su hoja de servicios, pero para conocer algo más de sus aventuras habrá que esperar a la siguiente entrada... porque os estaréis preguntando qué tenía que ver la entradilla de Irlanda con todo esto ¿no?