lunes, 10 de noviembre de 2014

La matanza de Yuma: Garcés, Islas, Rivera y Fages

Andan estos días a vueltas en algunos medios celebrando el trigésimo aniversario de 1984, no ya por la novela de Orwell, sino porque dicen que 1984 dio una excelente cosecha para el cine. No seré yo quien lo discuta... bueno, si, seré yo ¿1984? ¿En serio? A ver, decidme, aparte de Terminator ¿qué mas?

Vayámonos, un suponer, a 1957. Tampoco es que fuera de esos años en los que surgen las obras maestras como setas en bosque recién llovido, pero no fue malo, no. Por ejemplo, una de las pelis más famosas del año, la que de hecho se llevó el Óscar a la mejor pinícula, fue esencial en la historia mundial del disimulo: "El puente sobre el río Kwai", con ese coronel Nicholson y ese coronel Saito, a cual más trastornado. También despuntó ese año el rey del cine de acción desbordante, ese genio de las persecuciones al volante que fue Ingmar Bergman, con "El séptimo sello" y, ahora hablando muy en serio, dos obras maestras de dos genios del cine: "Senderos de gloria" de Kubrick y "Testigo de cargo", la película de Hitchcock que no hizo Hitchcock, sino el gran Billy Wilder, así como un clásico del teatro cinematográfico y/o televisivo: "12 hombres sin piedad". No sería un mal menú para un lluvioso fin de semana otoñal, no...

Pero no nos hemos ido a 1957 por ninguno de las anteriores flins, sino por una peli del Oeste dirigida por Samuel Fuller y protagonizada por Rod Steiger y por ¡Sarita Montiel! haciendo de india: "Run of the arrow", también conocida como... Yuma. Evidentemente ésta no es absoluto una joya pero, aunque reconozco no haberla visto ni tener intención alguna de hacello, supongo que con ese nombre la acción se ubicará en o cerca de Yuma (Arizona).

El Gila y el Colorado


Como ya sabemos por varias historias que han pasado previamente por nuestras teclas, la frontera Oeste entre los EEUU y los EEUU (los de América y los Mejicanos, respectivamente) es una zona asaz árida y de no fácil tránsito, especialmente a caballo, con carretas, ganado y tal... por lo que durante años, casi siglos, los españoles pasamos por allí lo justito, a pesar de tener el terreno a nuestra disposición casi en exclusiva. Adicionalmente, para dirigirse hacia California, una vez harto de desierto, en algún punto hay que cruzar el río Colorado, que hace de frontera natural entre Arizona y California durante no pocos kilómetros. Toda esta película ya nos la sabemos de las aventuras de Anza (I y II) y también entonces descubrimos que el punto más indicado para cruzar el Colorado resulta ser la zona en la que se une a su afluente principal: el Gila.

Desde las primeras expediciones por la zona (Alarcón y Melchor Díaz, por ejemplo), se sabía que el encuentro de ambos ríos era una importante ubicación estratégica por lo que acabamos de comentar, era el mejor punto  de vadeo en cientos de kilómetros (bueno, entonces de leguas).

Misión de San Javier de Bac. Foto de la wiki
Por ese punto había pasado ya n veces un viejo amigo del blog, el padre Garcés, el Indy Jones de los frays, que, sólo o en compañía de otros, había dedicado años de su vida a recorrerse la zona buscando indígenas a los que cristianar. Por ejemplo, lo recordamos de las dos expediciones de Anza ya que participó en ambas, pero ya entonces lo hizo debido a su conocimiento y experiencia previas. Garcés, maño de Morata del Jalón, había llegado al nuevo mundo con 30 añitos y le habían asignado a la misión de San Javier del Bac, cerca de la actual Tucson (Arizona) y que dista sólo 21 km de otro de esos lugares que no quiero morirme sin ver (y, ahora que no nos oye nadie, igual lo hago dentro de muy poco tiempo (verlo, no morirme (bueno, eso nunca se sabe (salgamos de este jardín tetraparentésico...)))): The Boneyard. Arrrrrrfffffffsssssssss!!!!

A lo nuestro. Garcés se movió como una lagartija -nunca mejor dicho- por los desiertos de Sonora, por los ríos Colorado y Gila, por el Mojave.., de hecho se convirtió en el primer europedo en cruzar el Mojave y en contactar con los indios de la zona, lo que le permitió encontrar el paso hacia el Pacífico que luego asentaría con Anza: Todos esos desplazamientos los hizo ganándose la confianza de las distintas tribus locales, lo que probó su habilidad para integrarse en el ambiente y le hizo valiosísimo para expediciones posteriores. Según nuestro también viejo conocido Pedro Font:

"Es el Padre Garcés tan a propósito para entenderse con los Yndios, y andar entre ellos, que no parece sino Yndio. El gasta una flema en todo, como los Yndios: se sienta con ellos a la rueda, ó de noche cerca de la lumbre, cruzado de piernas, y se estará dos o tres horas, ó más, embobado sin acordarse de nada, platicando con ellos con mucha serenidad y pachorra: y siendo las comidas de los Yndios tan asquerosas, y sin asseo, como ellos immundos, el Padre las come con mucho gusto y dice que son estomacales, y muy regaladas. En fin, lo ha criado Dios, según veo, totalmente a propósito para buscar estas infelices Gentes, ignorantes y rústicas."
De uno de los dos diarios que llevó Font de la expedición de Anza, en concreto del privado, anotación del Viernes 8 de diciembre de 1775. Font no parece que fuera muy partidario de los usos y costumbres locales...


Incluso antes de participar en las expediciones de Anza, Garcés había conocido en uno de sus rulos a Olleyquotequiebe, miembro de la tribu quechan y cuyo nombre significaba algo así como "el que resuella", seguramente porque era asmático. Garcés podría ser aficionado a integrarse con los indios, pero lo de Olleyquotequiebe era demasiado, así que le rebautizó como Salvador Palma y nosotros no vamos a ser menos así que como Palma se queda. Este encuentro fue bueno para ambos, ya que las sucesivas expediciones que fueron pasando en busca de California lo hicieron por territorio quechan y eso suponía comercio y regalos, lo que a su vez hizo subir a Palma en el escalafón hasta hacerse cabecilla de la tribu.

"Nos hospedaron los Yumas en una ramada, que aqui havia mandado hacer el Capitan Palma luego que supo nuestra venida, y acudieron muchos Yndios de ambos sexsos a visitarnos muy festivos y alegres, y muy embijados de varios modos, y de diversos colores"
De nuevo del diario privado de Font, esta vez del día 28 de Noviembre

La pinta de los Yumas/Quechan.
De la wiki
Obviamente, cuando Anza pasó por la zona con sus cuates rápidamente se dio cuenta de la importancia del lugar y de que las buenas relaciones con Palma iban a ser esenciales pero, como hemos visto, buena parte del trabajo ya estaba hecho (por Garcés) y la expedición fue recibida con los brazos abiertos, así que aparte de agasajarle con regalos se lo llevó consigo a la vuelta hasta Sonora. Palma pasó allí un año y se supone que le gustó el asunto, pero las autoridades españolas aún tenían dudas respecto a la propuesta de Anza y Garcés, que consistía en enviar colonos a establecerse en la zona del paso del Colorado. Tras ese año se aprobó el asentamiento y, ya en 1780, partió una reducida expedición al mando militar de un joven alférez de origen italiano llamado Santiago Islas y al espiritual (y algo más) de nuevo del padre Garcés. Islas era el típico militar ascendido a base de "valor demostrado" pero con una experiencia organizativa manifiestamente mejorable y se llevó como segundo al sargento primero Juan de la Vega. Garcés fue acompañado por los padres Barreneche, Moreno y Díaz. Palma volvió a su casa con la expedición.

Nada más llegar, Islas eligió el lugar del primer asentamiento en una colina junto al río Colorado justo frente a la unión con el Gila y lo llamó "Purísima Concepción". El sargento de la Vega fue enviado más al norte y fundó otro asentamiento, al que llamó " San Pedro y san Pablo Bicuñer", a unos 20 km río arriba. Los Frays se repartieron: Garcés y Barreneche en la Purísima y Moreno y Díaz en Bicuñer. Para que os hagáis una idea del tamaño de los asentamientos, con Islas quedó de segundo el cabo Pascual Rivera, los dos frays, ocho soldados y 15 familias civiles (86 bípedos implumes en total). Vega, por su parte, se llevó de segundo al cabo Palomino, los otros dos frays, otros ocho soldados y doce familias civiles (77 paisanos en total).

A mitad de camino entre la Purísima y Bicuñer quedó uno de los asentamientos Quechan. Por cierto, las dos misiones estarían hoy dentro de la reserva india de Fort Yuma, un área de 180.000 km² mayoritariamente en el actual estado de California.

En parte debido a las reticencias de las autoridades la misión no estaba especialmente dotada, ni de militares, ni de civiles, ni de ganado, así que cuando Palma llegó con ellos a su pueblo, los quechan quedaron asaz desilusionados, evidentemente esperaban algo mucho más llamativo que 150 personas y cuatro vacas. A partir de ahí la estrella de Palma comenzó a debilitarse.

Y eso nos vendría muy mal...

Pateando la colmena


Una vez fundados los dos poblados los colonos pusieron manos a la obra y comenzaron por lo más importante, claro: construir dos iglesias. Luego ya, si eso, se pondrían con cosas menores como reconocer bien el terreno, construir casas, establos y tal...

Cuenca del Gila, de la wiki
Parece ser que los años 1780 y 1781 fueron especialmente secos en Sonora y aledaños lo que, unido a la poca habilidad mostrada por Islas a la hora de repartir tierras y aguas, llevó a un retraso en las cosechas y a que, de hecho, los colonos tuvieran que subsistir con las reservas alimenticias de los indios, lo que mucho no debió gustarles. Para acabar de mejorar la situación, cuando los indios comenzaron a mostrar su malestar, Islas decidió azotar a algunos de ellos y arrestar (según algunas fuentes después de haberle nombrado Gobernador de San Pedro y San Pablo, lo que se le subió a la cabeza) al cabecilla de las protestas que resultó no ser otro que Ignacio Palma, el hermano de Salva. 

Ante todos estos hechos, los quechan ya iban mirando al asmático un poco de reojillo, en plan: "Vamos a ver, Olleyquocito... te haces amiguito del alma de los españoles estos, te largas con ellos un año a su pueblo, vuelves con cuatro mataos y tres vacas famélicas, nos quitan el agua y las mejores tierras porque ellos van a sacar mejores cosechas, no sacan nada y encima les tenemos que dar de comer. ¡Menudo negocio, macho!"

Mientras tanto, fray Gracés seguía a lo suyo, haciendo todos los esfuerzos posibles por congeniar con los locales. Se había construido una choza a las afueras de Purísima Concepción y desde ella se esforzaba en evangelizar a los quechans, en esta ocasión con un éxito limitado.

El hecho definitivo que desencadenó la revuelta fue la llegada en Junio a Yuma de uno de nuestros viejos amigos: Fernando Rivera y Moncada. Rivera había sido Gobernador de California, pero en 1781 ya había abandonado ese puesto y en ese momento estaba al cargo de una expedición de gran tamaño que viajaba hacia California para fundar la misión de Santa Bárbara. Esta expedición sí que era de cierto porte como atestiguan las más de mil cabezas de ganado que llevaban. Como ya nos sabemos, el camino hacia California pasaba indefectiblemente por los puestos fundados por Islas y no sólo eso, sino que era el lugar ideal para parar a que bípedos y cuadrúpedos descansasen... y ahí, precisamente ahí, estuvo el principio del fin.

Ni Rivera ni Islas le echaron demasiada cuenta al creciente descontento de los quechan. Rivera se limitó, en su burocrática eficiencia, a organizar a los suyos para que se repusieran lo antes posible del tute que ya llevaban y se prepararan para lo que quedaba. Las más de mil cabezas de ganado quedaron sueltas por la zona y se metieron, claro, en los sembrados de los quechan, a los que el asunto no les hizo demasiada gracia. Lo malo, para ellos, es que junto a los 1000 cuadrúpedos iba un considerable número de curtidos dragones de cuera y eso ya eran palabras mayores.

Tras descansar unos días, el grueso de la expedición continuó su camino hacia California, pero Rivera se quedó atrás con solo 19 soldados al cargo de 250 cabezas de ganado que no estaban aún en condiciones de viajar. En esos días el nerviosismo de los quechan era ya más que evidente, pero no se tomaron acciones extraordinarias de protección, con lo que el 17 de Julio:

"El domingo día diez y siete de Julio de ochenta y uno, se tocó a Misa y no habiendo en el pueblo de la Concepción más Soldados que el Comandante Isla y el cabo Baylón, concurrieron a ella con la mugeres y uno u otro de los Pobladores, porque los demás andaban en el campo desparramados y quedando el Cabo de centinela por si venían los Indios armados como los días antecedentes para que no intentasen algún alboroto. Comenzó el Padre Garcés la Misa, y al pasar el Misal para el Evangelio, se oyó el alarido de los Indios, que cayeron en grandes escuadras y sitiaron la Iglesia y las casas. Suspendida la Misa salió el Comandante a tomar las armas y al salir de su casa que estaba muy inmediata, le oprimieron los enemigos y rápidamente le quitaron la vida a palos."
De la "Crónica Seráfica y Apostólica del colegio de propaganda fide de la Santa Cruz de Querétaro en la Nueva España, dedicada al santísimo patriarca, el señor san Joseph", escrita por el franciscano Juan Domingo Arricivita.

Mientras, en San Pedro y San Pablo las cosas fueron aún más drásticas, ya que a la misma hora el poblado fue asaltado, en este caso de manera mucho más eficiente. Cayeron ambos frays y todo el personal que por allí andaba fue muerto o apresado. En concreto, al padre Matías Moreno le cortaron la cabeza con un hacha "no se supo si estando vivo o muerto".

Durante todo el día 17 los supervivientes que habían quedado en la Purísima Concepción estuvieron esperando una segunda oleada, sin embargo esta no se produjo ya que los quechans andaban muy ocupados con otro asuntillo.

Habíamos dicho que Rivera se había quedado por la zona tras poner en marcha el grueso de su expedición, pero no se quedó en ninguno de los dos poblados, sino en un campamento algo alejado de ellos. Cuando se enteró de los dos ataques decidió prepararse para la defensa, no se encontraba en condiciones de atacar ya que, recordemos, contaba solo con 19 soldados, pero tal vez le fuera posible echar una mano a los que pudieran huir del poblado. Tal y como esperaba, los indios le atacaron a él y, aunque lógicamente los yumas sufrieron muchísimas bajas, finalmente acabaron con todos los dragones de cuera. De ese grupo sólo sobrevivió la mujer de uno de los soldados y un intérprete.

Ya el 18 de julio, Garcés y Barreneche salieron por piernas del poblado liderando a los supervivientes, seguros de que los yumas se lanzarían sobre él de inmediato (cosa que, obviamente, ocurrió esa misma tarde). Los frays y el resto habían encontrado acomodo en la casa de una india "que siempre había manifestado amor a los Misioneros" y allí pasaron el 18 y 19 de julio. Pero claro, la situación, más que manifiestamente mejorable, era directamente desesperada. El mismo 19 fueron localizados, molidos a palos hasta la muerte y enterrados allí mismo (supongo que el enterramiento lo haría alguno de los ya cristianados).

En esos tres días murieron 105 españoles: 37 soldados, 64 civiles y los 4 frays. Adicionalmente 76 personas quedaron en poder de los quechan, entre ellas 30 mujeres y 37 niños.

Un ejército como Dios manda nuca deja atrás a sus caídos


Los hechos de Yuma se conocieron relativamente pronto gracias a la intervención de otro veterano dragón de cuera, el Alférez Cayetano Limón. Limón era uno de los oficiales que acompañaron la expedición de la que se había separado Rivera hacia California. Sus órdenes eran garantizar la seguridad de la expedición y, una vez hecho esto, volver a Sonora. El hecho de que Rivera no hubiera dado señales de vida le tenía mosqueado y sus sospechas se confirmaron del todo cuando un grupo de indios no beligerantes se lo contó todo poco antes de llegar al Colorado. Aún así y a pesar de contar sólo con tres soldados, uno de ellos su propio hijo, continuó hasta llegar a Yuma, encontró los restos de los incendios, incluso cadáveres desparramados y salió de allí a carajo sacado para llevar las noticias a California. Durante días fue hostigado por los quechan y perdió a dos de sus soldados, pero finalmente llegó a un puesto español e informó de lo sucedido.

De nuevo un viejo amigo, el ilerdense Pedro "el oso" Fages fue enviado a 
1.- rescatar a los prisioneros, principalmente mujeres y niños, que habían quedado en poder de los quechans y
2.-  ya puestos, organizar un buen escarmiento y recuperar el control de la zona
Fiel a su costumbre, Fages escribió un diario de su misión, por el que sabemos que el jueves 18 de octubre de 1781 Fages dió con el asmático que, entre resuello y resuello aceptó liberar a 48 de los prisioneros "a trueque de bayeta, frezadas, avalorios y zigarros... un sombrero mio apuntado y guarnezido de plata con su escarapela, con una camisa, y algunas caxillas de zigarros". Ese mismo día encontraron los cuerpos de Rivera (al que reconocieron por una "quebradura que tenía en la espinilla de una pierna") y sus soldados. El 19 siguieron las negociaciones y se liberó a otros 14 prisioneros. Ese mismo día, una alianza de indios enemigos de los yumas (a saber: Alchidumes, Pimas Gileños y Cocomoricopas) informó a Fages de su intención de lanzarse contra los yumas al día siguiente, cosa que hicieron con cierto apoyo por parte española, por lo que los yumas se dispersaron y huyeron hacia el norte. A pesar de que aún quedaban 5 mujeres y algunos churumbeles en poder de los yumas, la situación aconsejaba la retirada... temporal.

Todo el mes de Noviembre y primeros de diciembre se sucedieron permanentemente las escaramuzas y el hostigamiento de los campamentos por grupos de hasta 1500 yumas. En esos días se consiguió el rescate del resto de cautivos (esta vez a cambio de prisioneros indios), el día 7 dieron con los restos de los padres Díaz y Moreno, que fueron recogidos, los de los soldados y civiles fueron incinerados y las cenizas recogidas. El 10 de Diciembre encontraron enterrados y semi-incorruptos a Garcés y Barreneche:
"...estavan enterrados los dos juntitos, como sy los hubieran sepultado, vno, al lado del otro, bien parejitos, y compuestos, con sus paños menores, y avn se hallaban casy yncorruptos, en espezial el cuaerpo del R.P. Garzes, y en las orillas donde estavan enterrados, havia criado mucha manzanilla muy olorosa; nos aseguraron havia echo, la buena obra de enterrarlos, vna Yndia que los estimaba mucho"

Ergo se confirma lo de la india.

La operación de Fages continuó hasta bien entrado 1782, pero ni él ni nadie después que él logró pacificar la zona, con lo que la ruta de Anza quedó cortada sólo unos años después de ser abierta, lo que limitó enormemente la posibilidad de desarrollo de California. España andaba demasiado liada luchando con los ingleses en media América en el marco de la guerra de independencia de los EEUU como para prestar atención a una zona tan remota y agreste (Nota mía: ERROR, craso error). No sería hasta 1829 cuando Antonio Armijo abrió otra vía estable de comunicación hacia California, mucho más al norte, estableciendo lo que se conoce como "Old Spanish trail"

El levantamiento de unos cuantos indios, ni los más guerreros ni los más numerosos, pero en el peor sitio y en el peor momento tuvo unas consecuencias tremendas para la historia, aunque en este caso dudo que ellos supieran el daño que hacían.

Hoy otros aborígenes, igualmente escasos y poco beligerantes también pretenden aprovechar momento y lugar para hacer un daño mucho mayor. Esta vez a sabiendas.

La historia no para de repetirse...





domingo, 9 de noviembre de 2014

Brevérrima entrada sobre nuestro íntimo archienemigo Sir Francis Drake y su barquichuelo

Hace unos meses disfrutamos de la presencia por estos lares, no de un español célebre por defender a su patria, sino de un inglés famoso por tocarnos lo que no suena a la menor oportunidad. Creo que la historieta no quedó del todo mal, dentro de lo que cabe, pero hoy voy a añadir una minúscula mención que querría haber puesto entonces pero no pude. 

Hace justo un año disfruté en Londres de un fin de semana extraordinario con unos amigos, de consecuencias del cual surgió la entradilla de Vernon, Lezo y la pedorreta. Por desgracia un fin de semana es muy breve y no nos dio tiempo a acercarnos a uno de los lugares que tenía previstos: la réplica del Golden Hinde que está en la ribera sur del Támesis, cerca del puente de Londres. Además, desde allí hay un paseito hasta el Mayflower pub, situado junto al muelle desde el que el Mayflower abandonó Londres hacia Southampton y después hacia Massachusetts (recordemos, en 1620, cuando en América ya había diez (10) universidades y la catedral más antigua del continente llevaba 80 años terminada).

El agua tiene una limpieza
manifiestamente mejorable
Bien, esta semana, casi por casualidad, he pasado junto al Golden Hinde así que me permito abrir esta entradilla solo para compartir un par de fotos. El barco es una réplica moderna, más o menos parecida al Golden Hinde original, que se construyó en los 70 del siglo XX para conmemorar los 400 años del viaje de Drake. Después de unos cuantos rulos por el mundo lo colocaron aquí y, siguiendo con la profesión de su capitán original, sablean al personal con la excusa de la historia. Lo han ubicado en una zona interesante de la ciudad, antigua zona de muelles y almacenes que, como casi todo en Londres últimamente, han revalorizado y es muy agradable de visitar. Justo al lado hay un mercado muy interesante, el Borough Market que tiene "sólo" 1000 años de antigüedad (y en el que, como en cada mercado inglés que se precie, hay un puesto en el que ofrecen unas paellas de aspecto y olor pedor que infames). Toda esta zona está al pie del Shard.

En los minutillos que anduve por allí pude escuchar una parte de la charla que un individuo disfrazado de dizque marinero del siglo XVI les estaba soltando a un grupo de muchachuelos inequívocamente ingleses. No era momento ni lugar para intervenir, menos aún teniendo en cuenta que el barco está junto a un  tradicional pub del que me esperaba pudieran salir docenas de aficionados del Crystal Palace con aviesas intenciones hacia mi persona, pero no habría estado mal hacer algunas puntualizaciones. Una cosa curiosa y en parte admirable de los ingleses es que disimulan poco: lo que no asumen, lo obvian y lo que asumen no se cortan un pelo en publicarlo. Lo que me lleva a la tercera y más interesante foto del lugar: la de mi dedo. Lean, lean lo que señalo... Por cierto, juro que la elección del dedo anular como señalador es pura casualidad.


"En 1577, tras una reunión secreta con su Majestad la Reina, partió en su viaje más famoso, una expedición  en aguas del Pacífico para explorar los territorios bajo dominio español, lo que resultó en la primera circunnavegación del globo por un capitán inglés. Los enormes tesoros que trajo de vuelta, tomados a los españoles, pagaron la deuda nacional inglesa e hicieron a Drake uno de los hombres más ricos de Inglaterra. Fue nombrado caballero por sus esfuerzos por la reina Isabel I en 1581"
PS: Recuerdo, una vez más, que cuando Drake llegó al Pacífico, hizo de las suyas y terminó volviendo a casa por el camino más largo, Andrés de Urdaneta hacía años que había fallecido tras pasar los últimos años de su vida descansando plácidamente en Méjico y, por lo tanto, la ruta de VUELTA del Pacífico ya estaba abierta. Que sí, que dar la vuelta al mundo era shungo en cualquier caso, pero por entonces era un asunto que hacía mucho que estaba superado por los navegantes españoles.

PS2: Por cierto, el ataque al "Cagafuego", así como el muy posterior ataque a la "Mercedes" (por favor, no dejen de visitar las exposiciones al respecto en el MAN y el Museo Naval. Interesantísimas) fueron ataques a objetivos militares en tiempo de paz y sin aviso previo. Muy en línea...



sábado, 30 de agosto de 2014

Cumbres Borrascosas: el Emperador, el Almirante, las hermanas literatas y los pistachos

Todo el mundo tiene un pasado y éste, a veces, no es especialmente brillante o, al menos, no es para sacar pecho. Hace muuuuchos, muchos años, en esta misma galaxia, yo mismo fui niño. Sí, lo sé, la idea no es agradable, pero es la realidad y hay que afrontarla. Os evitaré las terribles imágenes de la época, limitaos a creerme: tal aberración ocurrió. No solo eso, sino que de tierno infante era aficionado a las películas de Mario Moreno e incluso, tiemblo al recordarlo, a las de Bud Spencer y Terence Hill, ese par. No me perdía una, desde "Le llamaban Trinidad" a "Dos Superpolicías en Miami". Peliculón. A través de ellos conocí una de mis (no pocas) rarezas infantiles: el helado de pistacho. Además, en los breves instantes en que aparecía en pantalla, el helado en cuestión parecía ser verde, así que su sabor tenía forzosamente que recordar a la menta... Cuando en España había poco más de cinco sabores de helado y los niños se dividían entre chocolate y fresa, siendo ya bastante raritos los que lo pedían de limón, y cuando el heladero del barrio se atrevió, el jeta, a denominar tuttifruti a la bazofia resultante de juntar los restos de todas las cubetas al final de cada jornada, yo pedía siempre pistacho. Y acababa recibiendo una colleja de cualquiera de mis amigos y comiendo un corte de nata y chocolate, porque pistacho, claro, no había, pero yo lo seguía pidiendo. Por si acaso.

Y el acaso llegó, no en la heladería del barrio, claro, sino en un exótico quiosco regentado por una familia mejicana que estaba ubicado cerca de la piscina. Un día, dos o tres veranos después del inicio de mi obsesión, sucedió lo increíble: en lugar de la colleja y el corte de nata y chocolate, el mejicano me alargó un cucurucho con una bola ¡verde! encima. Una vez repuesto del sorpresón y ante la insistencia de mi pandilla, hubo que probar aquello y aquello…  ¡me gustó!

Terence Hill y Bud Spencer son, lógicamente, italianos, con esos nombres no podían ser de otro sitio. Sus nombres reales son Mario Girotti y Carlo Pedersoli, naturales de Venecia y Nápoles, respectivamente. Por cierto, que Pedersoli, al igual que Johnny Weissmüller, fue multicampeón de natación antes de ser actor. Como os decía, Pedersoli es napolitano y cerca de Nápoles nos vamos hoy a conocer una breve historia de casualidades enlazadas. Aviso: es breve pero algo liosa.

No se me despisten que comenzamos.

Sicilia, 1282


Sicilia es una isla y, como la inmensa mayoría de las islas de mundo, tiene un gravísimo defecto: el mar, está demasiado cerca del mar. Ya me habéis oído comentar alguna vez que el mar es una cosa muy seria, así que hay que dejársela a los profesionales (Armada, marina mercante, pescadores y tal...). 

Por otra parte, tiene una increíble ventaja: es isla, pero es grandota y está en pleno medio del Mediterráneo, así que ha sido un lugar importante para todas las civilizaciones e imperios de esta zona. Todos se han asentado allí en algún momento, desde griegos, romanos, árabes, normandos, españoles...

De aquí era Vito Andolini. Foto mía.
En 1282 Sicilia estaba ocupada por los franceses, en concreto los angevinos, uséase, la casa de Anjou, pero los sicilianos no estaban demasiado contentos al respecto y, como no parece difícil imaginar, un siciliano cabreado es una cosa muy peligrosa. En marzo de ese año estalló una revuelta del pueblo contra los angevinos que se conoce como vísperas sicilianas y que comenzó en Palermo, pero enseguida se extendió a Messina y a una localidad que se acabaría haciendo muy famosa con los años gracias a un ficticio hijo suyo llamado Vito Andolini. Las "Vísperas" comenzaron con una matanza indiscriminada de franceses pero devinieron en una guerra, no precisamente corta, cuando los sicilianos pidieron ayuda a Pedro III de Aragón y la cosa se alargó nada menos que 20 años hasta que en 1302 se firmó la paz de Caltabellota. Por cierto, que esta guerra siciliana supuso la primera salida de España de los almogávares, pero el tratado de Caltabellota les dejó sin curro y acabaron buscándose la vida y sembrando el pánico al grito de ¡Desperta ferro! mucho más al este, pero esa es otra historia...

Nosotros nos quedamos en Sicilia, que de esta forma tan curiosa quedó ligada, de forma intermitente, a Aragón y a España durante siglos.

Sicilia, otra vez, 1535

"Se habla mucho de la lealtad de los subordinados hacia sus superiores. La lealtad de los jefes hacia sus subordiandos es aún más necesaria y mucho menos habitual"

Iglesia de Santa María en Randazzo, reconstruida casi
 desde cero tras la 2ªGM. Foto mía.
Hay gente que parece que ha nacido para dejar citas que grabar en mármol, sea éste de Carrara o de Macael. Uno de ellos fue George C. Scott, quicir, George S. Patton. No sé cuando exactamente dijo esta frase, pero seguro que la llevó a la práctica a lo largo de toda su vida. Por ejemplo cuando en el verano de 1943 competía con Monty por cruzar Sicilia y llegar el primero a Messina. Ganó Patton, claro. Por el camino los aliados habían arrasado Randazzo, una de las poblaciones en las que el Eje se había hecho fuerte a los pies del Etna, así que es harto improbable que la casa en la que se alojara Carlos IyV 408 años antes siga hoy en pie. 

En 1535 nuestro viejo amigo el emperador decidió darse un rulo por sus posesiones al sur de Italia. Llegó a Trapani el 22 de agosto tras un agitado paso por Túnez, que los reyes de entonces no esquivaban escaramuzas (hombre, supongo que tampoco encabezaría las tropas...). En septiembre pasó por Monreale y Palermo, donde nombró nuevo virrey de Sicilia a Fernando de Gonzaga. Entre nombramientos y recepciones poco tiempo le quedaría para hacer turismo, pero el 18 de Octubre pernoctó  en Randazzo, de allí fue a Taormina y Messina. Es probable que fuera en esos días del otoño de 1535 cuando firmara el acta de fundación de un municipio próximo a Randazzo: Bronte. Según las fuentes aparecen dos fechas como fundacionales: 1520 y 1535, pero puesto que en 1535 el emperador estuvo por la zona, vamos a suponer que fue entonces... El caso es que, por motivos puramente fiscales (para facilitar la recaudación de impuestos, vamos), decidió fundar este municipio alrededor de la abadía de Maniace.

El paso de Carlos IyV por Sicilia no se extendió mucho más, en ese mismo año volvimos a entrar en guerra con Francia tras los pactos de Francisco I con protestantes y turcos para intentar recortar el ascendente poder del emperador (guerra en la que falleció nuestro anterior visitante, Garcilaso de la Vega) y supongo que don Carlos andaría demasiado ocupado como para hacer vacaciones en Sicilia.

Sicilia, de nuevo, 1799


En 1759, andaba Carlos de Borbón siendo feliz como Carlos V de Sicilia y VII de Nápoles, disfrutando de la molicie del ocio entre Nápoles y Palermo, whenderepente la diñó su hermano Fernando en Villaviciosa de Odón. Gran consternación, gran priesa y Carlos, tercer hijo de Felipe V, que sale escopetado desde el sur de Italia nada menos que a hacerse cargo como Carlos III del reinado de España (y de la "alcaldía" de Madrid, casi más importante). Por entonces, el reinado de Nápoles y Sicilia ya era completamente independiente de España y a Carlos III le sucedió su hijo Fernando como Fernando III de Sicilia y IV de Nápoles. Por cierto, Carlos III no fue el único rey de España que hizo las prácticas de rey en Nápoles, poco después hubo otro... ¡buscad, buscad, malditos! (es muy fácil).

A lo que íbamos, que Fernando de Borbón quedó como rey de Sicilia, y no por poco tiempo... aunque lo suyo le costó. En 1799, los franceses (¡sorpresa!) tomaron Nápoles y la familia real huyó a Sicilia. Por el camino pidieron ayuda a Inglaterra, así que allí se presentó Horatio Nelson, ya tuerto y manco después del fracaso en Tenerife un par de años antes y que además era amante de Lady Hamilton, esposa del embajador inglés en Nápoles y a su vez amiga del alma de María Carolina de Austria, a la sazón reina consorte del rey Fernando. Culebrón. Imaginaos a Hamil y Carol tomando el té y discutiendo sobre como embarcar a Horatio en el fregao de salvarles el culamen a los 2Sicilias... Por cierto, algo deben tener las aguas Sicilianas, Fernando y Maria Carolina tuvieron la nada modesta cifra de 18 hijos, la mitad de los cuales murieron de viruela.

Castello di Nelson, más bien una gran casa de campo. Foto mía.
Nelson, fuera por convicción, por presiones de Lady Hamilton o porque también estaba haciendo prácticas para sus futuras responsabilidades, se mostró salvajemente inclemente y no sólo venció, sino que ajustició (o permitió ajusticiar) a un número importante de Jacobinos y también de Napolitanos que los habían apoyado.

En agradecimiento por los servicios prestados, haciendo un alto en su agitado proceso reproductivo, el rey Fernando regaló a don Horatio "a perpetuidad" el ducado y la ciudad de Bronte, incluyendo la abadía de Maniace. Aunque Nelson nunca visitó Bronte, sí que dispuso que la Abadía fuera transformada en una residencia apropiada para un duque y hoy se conoce como Castillo de Nelson. Horatio tuvo una hija con Lady Hamilton, doblemente ilegítima, que se llamó Horatia (¡Ahí! ¡Disimulando!), pero no fue ella la heredera a la muerte del almirante, sino el hermano mayor de éste. Hubo en total 7 Duques de Bronte en la familia Nelson, el último de los cuales terminó de vender la mayor parte de las posesiones en el municipio hace como quien dice cuatro días. Hoy en día sólo les queda el cementerio.

Nelson no solo no estuvo nunca en Bronte, sino que solo pudo disfrutar de su título durante 6 añitos, antes de ser herido de muerte en Trafalgar mientras buscaba nombre para una plaza londinense, pero parece que el título le cayó bien, ya que desde que lo tuvo firmó como "Nelson y Bronte", "Bronte Nelson" o parecidos.

Un arabesco colateral bastante curioso de esta historia lo protagonizó el reverendo irlandés Patrick Brunty, que se trasladó a Inglaterra a comienzos del XIX. Dado que el tío era admirador de las hazañas de don Horatio, decidió Nelsonizar su apellido transformando Brunty en Brontë, tal vez pensando que con diéresis el apellido era más molón. Seguramente nadie se acordaría de esta historia de no ser por que don Patrick fue padre de un hijo y tres hijas, de nombres Branwell, Charlotte, Emily y Anne. El primero fue un bala perdida alcohólico, pero las tres mushashas se dedicaron a escribir y, según parece, no demasiado mal, legando a la historia obras como Jane Eyre o Cumbres Borrascosas que, de no ser por Pedro III de Aragón, Carlos IyV, Fernando III de Sicilia y Horatio Nelson habrían sido escritas por las hermanas Brunty. Donde va a parar...

Sicilia, por último, 2014


Campo de Pistacia Vera en Bronte con el Etna al fondo. Foto mía
Algún avispado lector habrá llegado a la sagaz conclusión de que he andado recientemente por Sicilia pasando, de hecho, unas vacaciones manifiestamente mejorables y, aunque estaba decidido a no dar demasiado la barrila a la familia ni a los amigos que me sufrieron una semanita larga (mis excusas a los 8), cabía la posibilidad de encontrarse con alguna historia curiosa digna de aparecer en profundosoconfusos. No me imaginaba yo que fuera a ser ésta, pero no la íbamos a despreciar.

Bronte sigue existiendo, claro. Es un pueblo bastante grande al pie del Etna -en su falda oeste- que es conocido por toda esta historia de Nelson y las hermanas pero, sobre todo, es conocido por otra cosa: está literalmente rodeado de árboles Pistacia Vera, de los que se obtiene, año sí y año no, el pistacho. En esta comarca se cosecha el 1% de la producción mundial de pistacho, pero más del 80% de la producción italiana. Hacen de todo con ellos, desde dulces, condimentos, salsas, pizzas y, por supuesto... helados.

PS: por si a alguien le interesa, las menos malas de las fotos de Sicilia están AQUÍ



domingo, 3 de agosto de 2014

La pluma, la espada y el cruasán: Garcilaso de la Vega (y II)

Me van Vds. a disculpar por la tardanza, pero la vida es muy, pero que muy complicada y se me ha encasquillado el asunto Garcilaso, cosa que el hombre, evidentemente, no merecía...

Encima, el retraso afecta a nuestro (tal vez) próximo visitante, que debía ya estar a punto de ser publicado en las cercanías del aniversario de los hechos por los que es (poco, mucho menos de lo que merece) recordado.

Vivimos una época en la que el imparable proceso de simplificación del cerebro humano, especialmente del hispano, se va acelerando a ojos vista. Nos queda poco para llegar al destino final en el que cada cuasiser humano alcance el nivel de Sistema MonoNeuronal Biestable Oscilante Simple (p'alante, pis; p'atrás, caca). En ese entorno tal vez resulte complicadillo entender la existencia de personajes comprometidos con su país, con su rey y con sus compañeros de armas y que, además, dicho personaje no fuera un cenutrio sediento de sangre, sino un cultivado caballero y brillante poeta (dicen los que entienden del asunto, para mi desgracia yo estoy a media evolución hacia el SIMON BOS® y carezco de la capacidad necesaria para valorarlo). Esos personajes existieron y hoy vamos a retomar las fazañas, vida y milagros de uno de los más representativos. Bolo, por más señas.

Una misión en Florencia


Parroquia de Santa Leocadia, de gratísimo recuerdo
 para mi y no por  que el rato más importante
que pasé en su interior fuera especialmente divertido..
Tras el asuntillo de Rodas y los temitas con los franceses en Fuenterrabía, parece que Garcilaso se tomó un tiempecito para sus asuntos, entre otras cosas hacerse un año de noviciado en Uclés, necesario para ser nombrado caballero de Santiago. A continuación fue destinado a Toledo como regidor y allí, entre verso y verso, acabó casando en 1526 con doña Elena de Zúñiga por "consejo" Real. Doña Elena era dama de honor de la hermana del Emperador, doña Leonor de Austria, que por esas fechas ya había sido reina de Portugal y aún lo sería también de Francia. Una vida bien aprovechada, desde luego...

Evidentemente, el hecho de estar casado y en pleno proceso de reproducción (Garci y Ele tendrían 5 hijos y eso que se veían de Pascuas a Ramos, como veremos) no eximía a don Garcilaso de sus obligaciones con el Emperador y continuó dando vueltas por el mundo con él y/o a sus órdenes tras haber asentado a su familia en la parroquia de santa Leocadia, en Toledo.

Tras algunos viajecillos cortos para asistir a bodorrios y similares, en marzo de 1529 parte para el siguiente viaje "largo", en principio también turístico-jacarandoso, ya que la corte se desplaza a Bolonia para que el Papa corone al Emperador. Entre pitos y flautas no llegan a Bolonia hasta finales de verano de 1529, pero hasta el 24 de febrero (día de su cumpleaños y de san Sergio, entre otros) del año siguiente no se produce la coronación por parte del Papa Clemente VII. La cosa no dejaba de tener su gracia, ya que el Papa se había puesto más suave que un guante con Carlos IyV tras los sucesos de 1527, cuando se produjo el famoso Sacco di Roma, durante el que 20.000 soldados imperiales (del Imperio de Carlos IyV, no del de Darth Vader) arrasaron literalmente la ciudad. Se supone que fueron más activos los mercenarios luteranos alemanes que los católicos españoles, pero vaya Vd. a saber... un motín es una cosa muy seria, que diría el Inspector Kemp

Castillo de Sant'Angelo (foto mía)
Sin liarnos más de la cuenta diremos que el Papa se refugió en el castillo de Sant'Angelo, protegido por un batallón suizo que daría origen a las actuales "Fuerzas Armadas Vaticanas" de discreto uniforme y que el Emperador se cabreó, o fingió cabrearse, cuando se enteró de los excesivos excesos de sus tropas. El hecho es que a partir de entonces Clemente VII se cuidó muy mucho de contrariar a Carlos IyV. No sólo eso, sino que incluso le pidió favorcillos... "ya que están parte de sus ejércitos en Italia para asistir a la coronación, Majestad, ¿os importaría reponer a mis parientes los Médici en el gobierno de Florencia? Es que los han echado con unas infames revueltas". No se habló más y Garcilaso se incorporó a la misión, que acabó como era de esperar, es decir, con la reposición solicitada por el Papa: la República de Florencia pasó a mejor vida y los Médici, en la persona de Alejandro de Médici, volvieron al poder. La campaña fue muy breve y tras la toma de Menaria, Monteflascon, Asís y algunas otras poblaciones, finalmente cayó Florencia. Dos personajes destacaron en el bando sublevado: el general Malatesta, más que nada por ese pedazo de nombre, y un tal Michelangelo Buonarroti, que apoyó a los republicanos y contribuyó a diseñar las defensas de la ciudad. Como es lógico, este posicionamiento no le gustó mucho a Alejandro de Médici y tras la guerra Miguel Ángel se tuvo que trasladar a Roma, donde el Papa le acogió a pesar de ser él mismo un Médici. Don Clemente sería un un intrigante de primera, pero el talento parece que sabía reconocerlo...

Garcilaso volvió a España, quicir, a lo que hoy conocemos como España (o así) con una pensión de 80.000 maravedíes anuales por su participación en la campaña:

"El Rey - Contadores mayores de la Católica Reina mi señora é mios: sabed que acatando lo que García Lasso de la Vega gentilhombre de nuestra casa nos ha servido, especialmente en esta jornada de Italia, y en emienda y remuneracion de ello y en recompensa de los gajes que tiene asentados en los nuestros libros de Flándes por gentilhombre de nuestra casa, de los cuales no ha de gozar de aquí en adelante, nuestra merced é voluntad es, de le hacer merced de 80.000 mrs. en cada un año, para toda su vida, é hasta que le hagamos merced, ó sea por Nos proveido de otra cosa, que rente cada año los dichos 80.000 mrs., y que se le libren de tres en tres años, estando en casa sin obligación de servir, ni residir en nuestra corte"

Si los cobró de forma regular o no, no lo sé, pero lo de que no iba a servir más al Rey... como que no. Era su vida y lo seguiría siendo hasta el final, con un brevísimo intermedio y no por propia voluntad, como veremos. Por otra parte, quitando las ligeras incomodidades de una guerra, Garcilaso debió estar en Italia más feliz que gorrino en lodazal, dada su afición a la poesía italiana y, con lo espabilado que nos había salido, seguro que aprendió bastante.

Rumbo a Viena (?)


Garcilaso debió pasar en casa el tiempo justo para continuar el proceso reproductivo y casi de inmediato le encomendaron una misión "menor" en la corte de Francia, para la que parece ser era aconsejable mandar a alguien de verbo fácil y florido. En concreto le piden que se llegue a la corte de Francia para comprobar si el rey Francisco I daba a la hermana del emperador (Leonor de Austria, de la que hablamos antes) el trato que esta merecía. Fran y Leo se habían casado en agosto de 1530 según lo dispuesto en la Paz de Cambrai y el emperador tenía sus dudas, parece que fundadas, sobre el comportamiento de Francisco I con su hermana. Tras esa misión de espionaje Garcilaso volvió a España vía Italia.

En el brevísimo periodo de 1531 en que anduvo por casa haría algo inocente, pero que le acabaría costando caro: asistir a la boda de su sobrino, que también se llamaba Garcilaso de la Vega, en Ávila de los Caballeros. Enseguida volvemos sobre ello.

Ávila. Peaso muralla (foto mía)

Aparte de atacar y conquistar Rodas, Solimán el McNífico andaba ocupado el hombre expandiéndose por Europa Oriental. A esas alturas los otomanos ya se habían apoderado de las actuales Grecia, Albania, Rumanía, Bulgaria, casi toda la ex-Yugoslavia y Hungría. La siguiente ficha en caer no podía ser otra que Austria, y Viena estaba a tiro de piedra de sus dominios... Solimán lo intentó primero en 1529, pero fracasó, así que volvió en 1532 con una fuerza muy superior. Fernando I de Habsburgo (nacido en Alcalá de Henares, por cierto) recibió la ayuda de su hermano CarlosIyV. El resto de reyes europedos se hicieron los locos de mala manera porque, aunque la amenaza de Solimán era para cagarse preocuparse seriamente, eso de ayudar al capo di tutti capi no les venía bien en ese momento. Así que para allá mandó el Emperador ejércitos desde todas las esquinas del Imperio y para allá se pusieron en marcha un joven Duque de Alba y su inseparable Garcilaso en enero de 1532. 

No habían hecho más que salir cuando el 2 de febrero Garcilaso fue llamado a declarar en primero en Azcoitia y después en Tolosa ante el "corregidor de esta muy noble é muy leal provincia de Guipúzcoa", que había, a su vez, recibido cédula Real pidiéndole que lo hiciera. El motivo de las pesquisas era saber si Garcilaso había o no asistido a la boda de su sobrino, ya que resultaba que este casorio había sido prohibido por el rey in person. Nosotros sabemos que sí, pero el corregidor no leía profundosoconfusos, así que Garcilaso silbó el puente sobre el río Kwai y trató de escabullirse cual anguila. Hubo idas y venidas de correos entre Tolosa y Medina del Campo (donde estaba la reina) y al final Garcilaso cantó la Traviata el 8 de febrero y le fue leída la condena, que ya estaba redactada para cuando confesara: destierro de por vida. Con un par de gónadas (de ovarios en este caso, pq la cédula era de la Emperatriz). Aquí intervino el Duque de Alba que, aunque aún no era lo que llegaría a ser, debía ya dar mucho miedito y se llevó a su amigo con él hasta Ratisbona, que era donde estaba el Emperador. Garcilaso fue confinado en una isla del Danubio. En palabras del propio Garcilaso, que hasta ahora no habíamos leído nada suyo:

Canción III
  "Con un manso rüido
 d’agua corriente y clara

cerca el Danubio una isla que pudiera

ser lugar escogido

 para que descansara

quien, como estó yo agora, no estuviera:

 do siempre primavera

 parece en la verdura
  sembrada de las flores;
hacen los ruiseñores
renovar el placer o la tristura
con sus blandas querellas,
que nunca, dia ni noche, cesan dellas,



Aquí estuve yo puesto,

o por mejor decillo,

preso y forzado y solo en tierra ajena;

bien pueden hacer esto

en quien puede sufrillo

y en quien él a sí mismo se condena.

Tengo sola una pena,
si muero desterrado
y en tanta desventura:
que piensen por ventura
que juntos tantos males me han llevado,
y sé yo bien que muero
por solo aquello que morir espero." 

Sus más influyentes amigos siguieron terciando por él y el mismo Garcilaso pidió en varias ocasiones clemencia al rey hasta que en Junio, supongo que de puro pesado, el Emperador le dejó marchar a Nápoles, o a un monasterio o a donde le diera la gana con tal de librarse de él. Bueno, la influencia del Duque de Alba algo tendría que ver, no por casualidad al final Garcilaso marchó a Nápoles con el nuevo virrey: don Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga.

¿Y lo de Viena? Preguntaréis. Nada hubo. El ejército Imperial se presentó a las puertas de la ciudad y los otomanos salieron con el rabo entre las piernas nada más verlo, No hubo necesidad ni de pegar un tiro ni  de dar una estocada. Por eso la leyenda del cruasán tuvo que esperar a otro sitio de Viena, siglo y medio más tarde.

De la Costa Amalfitana a la Costa Azul y de una muerte tonta (pero tonta, tonta)


Estatua dedicada a Garcilaso en Toledo,
frente a la UCM, donde está ahora la iglesia
 en la que fue enterrado (foto mía)
En Nápoles Garcilaso sufrió lo justo: se embebió de la poesía italiana que tanto le gustaba, se carteaba con los colegas, encontró alguna moza que le distrajera en las tardes nostálgicas... Incluso se buscó alguna misión militar de vez en cuando para mantener la forma. En una de ellas, en la toma de La Goleta (Túnez) es ferido de nuevo en cara y brazo. Hay que entender que en aquel momento el sur de Italia era esencial en la contención de... ¡sí, lo habéis adivinado! ¡Solimán el McNífico! Si no era por tierra sería por mar y Solimán, con el auxilio de Barbarroja, se lanzó a la conquista de Occidente. Evitar su asentamiento en Túnez o, peor aún, en el sur de Italia era vital y a ello se dedicaron los españoles. Mientras, el resto de monarquías europedas, tocando el violón, cuando no colaborando directamente con Solimán...

Desde que llega a Nápoles, Garcilaso no para de recuperar crédito y prestigio y en 1534 es nombrado alcalde de Reggio Calabria, cargo que desempeñaría hasta su muerte. Como decíamos, Garcilaso había recuperado todo su crédito e incluso gozaba de la confianza directa del Emperador, que en 1536 le nombra maestre de campo y le lleva consigo en una campaña contra Francisco I de Francia. A finales de Septiembre, los ejércitos se encuentran en Le Muy, en la Provenza, a unos 80 km de Niza. Allí se encuentran con una torre ocupada por cuatro gañanes (unos 50, en realidad). El Emperador manda batirla con artillería, pero a Garcilaso se le hincha la vena y se lanza al asalto sin encomendarse a nadie; sólo un par de sus oficiales le siguen y le asisten con una escala. Cuando Garcilaso se encuentra ya casi en lo alto de la torre los defensores le arrojan un pedrusco de respetable tamaño. Según unas versiones el pedrusco le da en la cabeza, según otras Garcilaso lo esquiva, pero la piedra rompe la escala. En cualquier caso Garcilaso cae de mala manera desde lo alto y se rompe la crisma. Aún vivo, pero con un pronóstico manifiestamente mejorable, es trasladado a Niza, donde moriría unos días después, a mediados de Octubre de 1536. Los cincuenta franceses de la torre colgaron de las almenas en menos que se persigna un cura loco.

De los Álvarez de Toledo, protectores de Garcilaso, poco hay que decir, especialmente del Gran Duque, aunque la etapa de don Pedro en Nápoles tal vez merezca un estudio aparte por la importancia que en la historia de aquella zona tuvo.

Si os pasa como a mí, y el nombre de Garcilaso de la Vega no era más que un leve recuerdo de las clases de literatura de EGB o BUP, tal vez os haya sorprendido leer la jartá de cosas que hizo este hombre aparte de escribir versos, he de suponer que muy buenos. Es curioso ver como no todos los poetas eran melifluos paliduchos y casi tuberculosos. Hubo un tiempo en que los españoles podían ser, al mismo tiempo, hombres de acción, leales servidores de su rey y su país y dedicar sus ratos libres a cultivar el espíritu y la amistad de la forma que les era posible. 

En fin... Sic transit gloria mundi, en el siglo XXI bastante tenemos con intentar ralentizar nuestro deterioro hacia el SIMON BOS®. Ahora, si os vais de vacaciones, que las disfrutéis con intensidad y aprovechamiento y, sobre todo, espero veros a todos de vuelta para el próximo episodio, que ya veremos de qué va. Por mi parte, en unos días veré, desde el otro lado del estrecho, el castillo del que Garcilaso fue alcaide.

Con Dios.


jueves, 12 de junio de 2014

La pluma y la espada: Garcilaso de la Vega (I)

El adolescente alzó, por fin, la vista del suelo de madera de la nave que le había acogido durante tantos días. Ese mismo amanecer le habían informado de que la costa estaba ya ante ellos y desde su posición a popa de la embarcación la había visto acercarse lentamente. Las montañas se veían próximas a puerto, unas montañas altas y verdes, muy distintas del terreno abrasado por el sol que su madre le había descrito alguna vez. La gente miraba la llegada del barco desde el muelle, gente muy diferente de la que le acompañaba a bordo. Ahora solo quedaban unos pasos. Se decidió, cruzó la pasarela y pisó, por vez primera, la tierra sobre la que iba a reinar.


Definitivamente, lo que peor hacemos los madrileños es vendernos, peor aún que barrer cáscaras de gambas de entre los pies de los parroquianos en un bar (Nota: me recuerda una compañera y, sin embargo, amiga, que esta idea que yo creía propia, en realidad ha germinado en mi intelecto gracias a sus repetidos comentarios. Puede ser, no digo yo que no...). No es que seamos malos, es que somos nefastos. Es bastante evidente que Madrid no es una ciudad de postales como hay por docenas en España. A los que somos castellanos profundos y, por lo tanto, bordes y desaboríos, nos suelen gustar las ciudades pintorescas, pero con cierta dosis de reciedad (palabra que no existe, pero debería) que nos haga sentir en casa: Segovia, Toledo, Ávila y tal... Madrid en su conjunto es tan pintoresca como el Ministerio de relaciones con las Cortes y de la secretaría del Gobierno, o sea, bastante poco tirando a nada. Sin embargo, cuando la conoces, tiene su puntillo y, desde luego, una profundidad abisal. Entiendo que tal vez esto sea más difícil de vender que un acueducto romano o un edificio de Gaudí, pero es que ni lo intentamos, oigan. 

Este fin de semana, como tantos otros, anduve un ratín por el conocido como "Barrio de las Letras", en pleno centro de la Villa y Corte. Algún avezado gafapasta será capaz de relacionar tal denominación con la existencia dentro de tal barrio de calles como la de Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Echegaray... pero es que más allá del nombre con el que fueran bautizadas, se da en estas calles una inusitada (única en el mundo, diría yo, puestos a exagerar) concentración de lugares de residencia de portentos absolutos de las letras del mundo y parte del extranjero. En un radio de menos de 50 metros vivieron en algún momento unos tales Cervantes, Quevedo, Góngora, Lope de Vega... que llenaron el Siglo XVII de ingenio y grandeza literaria. Adicionalmente, algunos de ellos fueron de espada fácil o, al menos, útil pero no fueron los primeros que juntaron en nuestra historia la pluma y la espada. Un siglo antes, uno de los primeros grandes de la literatura hispana, cuyo nombre recordamos de la EGB y poco más, ya había repartido su tiempo entre versillos y mandobles.


Imagen "robada" de aquí. El cuarteto no podía venir más a cuento

Para que os hagáis una idea de mi enciclopédico desconocimiento de los asuntos literarios, reconoceré que en comenzando a preparar este artículo confundí a nuestro protagonista de hoy con otro famoso autor unos cincuenta años anterior y que también soltó alguna cuchillada que otra entre verso y verso: don Jorge Manrique, el de las coplas de pie quebrado. Lo que pongo en vuestro conocimiento para que seáis indulgentes a la hora de valorar lo que hoy os contaré sobre... Garcilaso de la Vega y, al mismo tiempo, para avisar de que no será el literario el principal de nuestros intereses.

Vamos, al lío.

De Castilla a España pasando por el Yugo y las Flechas


Cuando en 1474 falleció Enrique IV de Castilla, no se sabe si de una sobredosis de Viagra, Castilla era un reino bastante apañado, pero creo que ni siquiera su hermana y futura reina Isabel se podía imaginar lo que vino después. Tuviera ella, Isabel, algo que ver o no en la muerte de su hermano, el caso es que cuando éste murió se montó un buen lío por su sucesión entre dos pretendientas al trono: la propia Isabel y la hija de Enrique (o no) Juana. Isabel había sido ofrecida en matrimonio a media Europa (masculina, por entonces modernidades las justas), pero acabó casándose con Fernando, rey de Sicilia, futuro rey de Aragón, futuro rey de Nápoles y futuro rey de Castilla -acabaría siendo Fernando II, otra vez II, III y V, todo ello a la vez. Se le escaparon el IV y el I. Isabel se terminó llevando el gato al agua y pasó a ser "relativamente" conocida con el nombre de Isabel la Católica. Dentro del follón de reinos, reinitos y reininitos que había en Europa, el proceso de lo de Castilla y Aragón fue casi una broma, pero acabaría dando lugar a un reino de primera que terminó deviniendo en Imperio. Eso sin profundizar, claro. Para 1499, fecha probable del nacimiento de Garcilaso, justo en la raya entre el XV y el XVI, ya teníamos básicamente unida a toda España, si bien bajo el raruno formato ese del "Tanto monta", aunque la unión fetén, con un solo monarca, no estaba nada lejos. Por cierto, una tontería que me apetece recordar: de toda la vida de Dios en el primer hogar de la academia militar más antigua del mundo, a la que tuve el honor de pertenecer muy brevemente, ha habido un yugo y unas flechas en el salón del trono. Ahora están cubiertos por unos tapices, no sea que...

Catedral de San Bavón, en Gante. Foto mía.
Volvamos a lo nuestro. Poco más o menos a la vez que don Garcilaso veía la luz en Toledo, un tal Carlos, futuro Carlos IyV lo hacía en Gante. Desconozco los detalles del nacimiento de don Garcilaso, pero difícilmente serían peores que los de el futuro capo di tutti cappi, que asomó al mundo en una letrina a la que rauda había acudido su madre Juana en medio de un baile en la corte pensando que tenía un apretón. Si le cazó a tiempo o el infante aterrizó en blando y pestilente no se nos ha contado pero, en atención al respeto que la familia nos merece, vamos a correr un estúpido velo y dejarlo en que nació en Gante en febrero de 1500.

En 1517 se nos presenta por primera vez en España, desembarcando en Tazones y dispuesto a reclamar los reinos de su encerrada madre Juana (sí "la Loca", que hay que decíroslo todo...), que no eran pocos. Finalmente no se corta un pelo y los toma, no como gobernador, sino directamente como rey. Acababa de nacer el imperio hegemónico en Europa durante más de un siglo. Y ¿qué hacía, mientras, Garcilasín?

Pues igual que el infante Carlos era ya huérfano de padre, pero no sólo no tuvo que ponerse a vender periódicos o limpiar botas para ayudar a su familia, sino que fue acogido en la corte y pudo recibir una esmeradísima educación que, además, caía en terreno abonado ya que el shaval empezó a despuntar bien pronto. Conoció en esos años a un tal Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, que sería esencial para la relación de Garcilaso con la espada, y a Juan Boscán, que lo sería en la parte plumífera.

Como era de esperar, el fervor con el que el infante Carlos fue recibido en Castilla y en Aragón fue manifiestamente mejorable, pero finalmente las Cortes de ambos reinos le tomaron juramento (por separado, claro) como rey en 1518, a la vez que le soltaban una pastizara que le vendría de perlas solo unos meses más tarde. En enero de 1519, falleció Maximiliano I, el abuelo de Carlos, ya rey de Castilla y de Aragón. El imperio tenía la peculiaridad de que el emperador había de ser elegido, así que Carlos Iy(todavía no)V decide largarse a Centroeuropa a granjearse apoyos en la elección y, claro, eso cuesta pasta.

Carlos Iy(todavía no)V convoca Cortes Castellanas en Galicia para salir de allí inmediatamente hacia Flandes. El 1 de Abril de 1520 se abren las Cortes en Santiago de Compostela. A ellas acude representando a Toledo don Pedro Laso de la Vega, hermano de Garcilaso con, entre otras, las siguientes instrucciones de la ciudad:
  1. No permitir salida de dinero de Castilla hacia reinos extranjeros
  2. No dar cargo alguno a extranjeros y quitarles los que ya tuvieran
  3. Dilatar las cortes cuanto se pudiera para permitir que siguieran en Castilla, no en Galicia
  4. Impedir que se diesen los oficios y regimientos por dinero
  5. Reformar la Inquisición.
Aquisgrán, robada de aquí. He estado buscando alguna
foto de mi etapa allí, pero no las he encontrado.
Ya el viaje hacia Galicia fue una comedia de enredo con paradas, audiencias, reuniones, conciliábulos y juergas flamencas (¡je! en el doble sentido) varias en cada pueblo por el que pasaban (Valladolid, Tordesillas, Villalpando, Benavente...) pero una vez en Galicia la cosa se desmadró. El 8 de Abril se trasladaron las Cortes a La Coruña y el 14 llegó el rey, que se agarró un regio cabreo con los inconvencibles castellanos, entre los que destacaba Pedro Laso. El carajal derivó en revolución y finalmente en guerra, la Guerra de las Comunidades de Castilla (la de los Comuneros, la que se decidió en Villalar y la que nos dejó tres calles paralelas en Madrid: Padilla, Juan Bravo y Maldonado), aunque para entonces el rey ya estaba buscando su corona de emperador en Aquisgrán; de hecho no volvió a España hasta 1522, mucho después de Villalar como Carlos Iy(ya si)V. Para que luego digan de imposiciones y tal, las ciudades que se decantaron por los comuneros (y que palmaron miserablemente) fueron las castellanas "antiguas": Valladolid, Palencia, Soria, Segovia, Ávila, Toledo... y las que apoyaron al rey básicamente las andaluzas. Considerar la rebelión comunera como un estertor de la Edad Media o como hecho adelantado del Renacimiento, incluso de una incipiente democracia asamblearia, depende del ojo con el que se mire pero, vamos, que ni una cosa ni otra, sino una muestra más de uno de los deportes nacionales: el arrimamiento del ascua a la sardina propia y su alejamiento de la ajena.


Si Pedro Laso fue importante en el bando comunero, su hermano Garcilaso destacó en el realista, llegando a ser herido en la batalla de Olías del Rey:

" Yo D. Juan de Rivera capitan general en este reino de Toledo por sus Magestades y del su Consejo digo y doy fee como el señor Garcilaso de la Vega despues de que el Rey nuestro señor embarcó en la Coruña para se partir á Flandes, siempre ha estado conmigo en sservicio de sus Magestades, y ha servido muy bien y muy continuamente hasta el dia de hoy y en todas las cosas pasadas se ha hallado y ha peleado; y lo ha fecho como buen caballero y servidor de sus Magestades, y en la de Olias salió herido de una herida en el rostro, y en todo lo pasado y presente lo ha fecho tan bien y con tanta voluntad y trabajo de su persona, que demás de se librar y pagar sus quitaciones lo tiene muy bien merecido y servido que sus Magestades le hagan mercedes; y porque esto pasó así y es verdad doy esta feé firmada de mi nombre en Toledo á 12 días del mes de mayo de 1522 años.
Como estrambote y arabesco colateral de la Guerra de las Comunidades, Francia, siempre tan atenta a pillar cacho de rival herido o distraído, decidió invadir Navarra y parte de Castilla. Fueron detenidos en Logroño en Junio de 1521, pero su expulsión total llevó algo más de tiempo y dio oportunidad para la intervención de Garcilaso y para el bautizo de fuego de don Fernando Álvarez de Toledo, futuro Duque de Alba, azote de todo lo azotable, coco para los flamencos y responsable de que decenas de generaciones de niños belgas se acaben la sopa. No sabían lo que se hacían los gabachos... El último reducto francés cayó en 1524, con la toma de Fuenterrabía. Se sabe que Garcilaso participó en un par de acciones de este conflicto: Salvatierra y la mencionada Fuenterrabía,  ambas al muy a finales del lío.

Pero es que entre Olías y Salvatierra,  Garcilaso, del que ya sabemos que se movía más que un garbanzo en la boca de un viejo,  tuvo ocasión de participar -bueno, más bien de intentarlo- en otra de esas expediciones de gendarme de la humanidad en las que España se metía en aquella época.

De esta forma tan elegante he conseguido colar una animación
 mecánica en un artículo de historia.
Cruz de Malta de 6 aspas, de la wiki
Desde 1310,  los caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén,  de Rodas y de Malta tenían sus oficinas centrales en la isla de Rodas, que era pieza codiciada en la geoestrategia del Mediterráneo oriental. Rodas había sufrido ataques y asedios varios,  el último de importancia en 1480,  pero todos fracasaron. En Junio de 1522 Solimán el McNífico se presentó con 400 barcos y 200.000 paisanos ante la isla defendida por 7.500 caballeros (soberanos,  militares, hospitalarios y tal). Bastante aguantaron los mushashos,  pero en Diciembre la situación era insostenible y acabaron rindiendo su fortaleza (por desgracia,  el primero que cayó fue el bastión español, el 17 de diciembre de 1522). Cuando llegaron a España las noticias del asedio salió para allá una fuerza de apoyo que contaba con la presencia de nuestros amigos Garcilaso y Boscán,  pero no llegaron a tiempo y se volvieron a rematar el asunto de la invasión francesa del que hemos hablado antes. Supongo que del nombre completo de la orden habréis deducido que ésta es la conocida como Órden de Malta, así llamada porque esta isla mediterránea fue su última base fetén, a partir de 1530 y ¿sabéis por qué acabaron en Malta? Pues ni más ni menos que porque el emperador Carlos IyV se la cedió junto con la isla de Gozo, la de Comino y el puerto de Trípoli. Esta cesión la hizo como rey de Sicilia, fue a perpetuidad y a cambio de un curioso pago: un halcón maltés al año (sí, el que dió origen a la peli de Huston y Bogart). En el caso de los que le le enviaban al emperador eran ejemplares vivos y entrenados para el noble arte de la cetrería. Esta cesión está relacionada con la siguiente campaña en la que nos encontraremos a Garcilaso y de la que hablaremos en siguientes entregas…  os lo esperábais ¿no?