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miércoles, 22 de abril de 2020

Panolys en la Nueva Nueva España (V): San Francisco (y Lodi, no nos olvidemos de Lodi)


...Pues aquí seguimos, que no es poco. Espero que todas VVMM se encuentren bien y se estén cuidando el cuerpo y la mente. Puestos a evadirnos mentalmente, se me ocurren pocos sitios mejores que el que estamos abandonando en nuestro relato. En serio, no quiero pecar de pijo, pero Yosemite me impresionó. En fin, vamos al lío.

La Creedence soñaba en irse de Lodi en autobús.
Ahora tal vez fuera mejor en tren
Nos vamos de Yosemite con otro madrugón ya que el día iba a ser largo y variado. Iniciamos la octava jornada con unos 2300 km acumulados en el poderoso Eclipse y enfilamos una entretenida carretera hacia la costa. Puesto que la ruta planteada pasaba no lejos de Lodi, no hubo forma humana de que la famiglia evitara que parásemos allí, así que redesayunamos en un Denny's de Lodi, nos allegamos al famoso arco de Lodi a hacer una foto y nos largamos. Tiene pinta de que tenía razón la grandísima Creedence (Oh no! Stuck in Lodi again!). Lodi  parece ser un lugar manifiestamente mejorable para pasar el rato, sobre todo para un abstemio, ya que presumen (ellos) de ser la capital del vino y, en concreto, de la uva zinfandel, del mundo mundial. Como tampoco eran horas para beber continuamos camino atravesando viñedos y campos de nogales. Aquí tuvimos un pequeño percance que nos hizo perder un par de horas que nos trastocaron el día pero, inasequibles al desaliento, continuamos con el programa.

La primera parada seria del día era en Sonoma para ver el lugar de la revuelta teledirigida que desembocó en la anexión de California a los EEUU (previa república de California durante un mes) y la última misión fundada por los Frays de San Junípero, ésta ya en tiempos de los Mejicanos. Sonoma es la capital del condado y valle del mismo nombre, uno de los dos valles típicos de la producción de vino en California: Napa y Sonoma. Como os decía antes, en Sonoma está la última y la más septentrional de las misiones fundadas por los Frays en California, la de San Francisco Solano (38.293643, -122.455952). Bueno, en realidad es al revés, el pueblo de Sonoma creció alrededor de la Misión, como siempre. Además, fue la única fundada después de la independencia de Méjico, aunque vete tú a saber si los Frays respetaban al Rey de España, al presidente de Méjico, al Papa o a quien. Al menos la calle en la que está la misión se llama Spain St., no Mexico St. La parada no mereció la pena. Nuestra primera Misión del viaje fue un fracaso y la famiglia, sabiendo que había unas cuantas más después, me miró con cierto desprecio. Menos mal que no soy rencoroso... Otra cosilla, en Sonoma vivió y está enterrado el grandísimo Jack London, pero de eso me he enterado después de volver.

Una tatarabuela de ésta trabajó a las órdenes de D. Alfredo.
La tataranieta se limita a robar comida a los abnegados turistas
El siguiente paso fue tocar Pacífico en Bahía Tomales, pocos km al sur de Bahía Bodega (la de “Los Pájaros” de Don Alfredo, ahora me arrepiento de no haberme acercado, pero el tiempo era oro tras el retraso de la mañana). Ojito, segunda vez que sale mencionada Bahía Bodega en el blog, en ambas de la mano de don Alfredo. Bien, comimos en The Marshall Store (en Marshall, claro), un shiringuito famoso especializado en ostras que teníamos preseleccionado (38.151896,-122.888215), pero nos abstuvimos completamente de comer cosa tan repugnante y asquerosa. Aunque el sitio era bastante pintoresco y agradable, fuimos capaces de equilibrar el temita y disfrutar del rato sin alargarlo demasiado.  


La estación de radio, al fondo.
De allí a un capricho personal, un AnlTVECI, S de segunda división que podría haber dado más juego si por el camino no se hubiera ido nublando: la estación de radio KPH en Point Reyes (38.092940, -122.944526), esquivando hábilmente la bahía del grandísimo pirata que intentó asentar allí la nueva Albión y falló, claro. Como en casi todo lo que hizo. A ver, que me explico: como recordaréis, Francis Drake inició la etapa de prosperidad del tesoro británico pirateando en 1579 el Cagafuego al norte de El Callao. Tras el pillaje siguió aún más hacia el norte con la intención de volver a Inglaterra a través del (inexistente) estrecho de Anián. Llegó hasta Oregón, desistió y volvió hacia el sur, parando a reparar sus naves en la bahía que está al sur de Point Reyes y que hoy lleva su nombre. Y ya, no le vamos a dar más bolilla al pirata.


No fue esta  nuestra primera vista de la ciudad, pero casi. Está tomada más o menos desde el punto que os digo abajo, antes de llegar a Battery Spencer.


Alcatraz desde Battery Spencer
De Point Reyes, rozando los bosques de Muir (no podíamos permitirnos adentrarnos, y eso que merecen una buena visita), enfilamos ya hacia la bahía de San Francisco. Hicimos parada en el faro de Punta Bonita, que sabía que estaba cerrado pero esperaba haberme podido acercar más. Ahora cierran también el túnel de acceso a la punta en sí (37.815805,-122.529157) y no puedes llegar a la zona del faro. Aún así, primera e impactante vista del Golden Gate y del puente del Golden Gate. Si, queridos ninios, en realidad el Golden Gate NO es el puente, ese es el nombre del estrecho que salva el puente. Desde el faro fuimos recorriendo la costa sur de la península con varias paradas para observar el puente y la ciudad de San Francisco. Acordemos que es una entrada espectacular a la ciudad... Hay mil opciones, pero paramos en (37.827549, -122.498987) y en Battery Spencer (37.827613, -122.481948). Obviamente estaba preparado que llegáramos ahí al caer el sol, así que la famiglia se reconcilió algo conmigo tras el fracaso del San Francisco de la mañana, San Francisco Solano. Echamos un buen rato mirando los barquitos pasar, y afotando el puente, la isla de Alcatraz, la ciudad de San Francisco... en fin, muy agradable todo. Además tomé una de las mejores fotos que la ninia va a tener de sí misma en su vida... y aún así la superamos al día siguiente. Como os podéis imaginar, tengo docenas de fotos de esa tarde, pero no os voy a aburrir. Visto, cruzamos el puente y vamos directos al hotel. Entrar en SF por el Golden Gate cuesta 12 USD, salir es gratis, pero el peaje es automático, te leen la matrícula y te llega el cargo más tarde (edito, me llegó en 10 días).

En San Francisco íbamos a estar tres noches. El hotel seleccionado tiene una ubicación bastante buena, aparcamiento incluido en el mismo edificio, una vista peculiar del puente GG y un precio razonable... pero no lo puedo recomendar. En cualquier caso, es este.


Vista desde el balcón de nuestra habitación en el Lombard Inn.
Junto con el aparcamiento, lo único bueno del garito
Ah, otra cosa que no os he contado y cuadra ahora: busqué una excusa como otra cualquiera para probar amazon.com y convertirme en el cliente global definitivo: desde Yosemite pedí un par de cosillas para recogida en taquillas de Amazon cerca del hotel: una Leatherman T4 y unos cubos de equipaje compresibles de Gonex, misma marca de la mochila. Llegaron justo ese día, así que nada más llegar nos fuimos de paseo, “casualmente” pasando por delante de las taquillas en la misma Ghirardelli Sq., así que le digo a la ninia: “mira, taquillas de Amazon. Con lo buen cliente que soy igual me tienen algún regalito…” Pongo el móvil debajo y ¡clink! Taquilla que se abre. Aún alucina, la pobre. Anécdota curiosa: esa noche acabamos volviendo al hotel en Uber porque a la Santa le entró canguis (30 s antes que a mi) de lo despoblada y oscura que estaba la zona por la que estábamos paseando. Bien, el conductor dijo ser argelino y haber trabajado de taxista en Barcelona, el tío.

Teníamos por delante dos días en San Francisco. En la fase de preparación anduve buscando una lavandería cerca del hotel (iluso de mí, lo difícil era encontrar 100 m de calle sin una) y un alquiler de bicis por la zona. Maté dos pájaros de un tiro ya que mirando en Street view la pinta de un negocio de bicis vi que la puerta de al lado era una lavandería, tan al lado que eran el mismo negocio. Unos señores asiáticos muy amables, que casi no hablaban inglés, que nos hicieron la colada y nos alquilaron unas bicis en un estado manifiestamente mejorable. Porque...Sí, amiguitos, la primera mañana de nuestra estancia en Frisco íbamos a cruzar el Golden Gate en bicicleta. Gran idea. Si alguien va a San Francisco en las próximas semanas y se encuentra un bofe tirado por la calle, es mío. Que me lo traiga, por favor. Arrastrar a la ninia por esas cuestas llevó a Panoly Delgado Induráin al límite.

Cuestas muchas San Francisco tiene...
la fuerza de tu lado debes tener, joven Panoly.
La cosa comenzó entre bien y muy bien, con foto en el Palacio de Fine Arts (37.801925,-122.447944), luego parada muy friki y AnlTVECI, S (de 1ª categoría con ribetes dorados) con gorroneo de WiFi incluido en las oficinas de LucasArts (37.798744, -122.450311). Puedes deambular por la recepción sin tocar nada, pero te dejan entrar a hacerte selfies con Darth Vader y Arturito (R2D2), así como la famosérrima fuente de Yoda. De ahí a la ubicación original del Presidio español (ojo, Presidio es un cuartel con unos cuantos soldados para defender un enclave, ná que ver con una cárcel) (37.800812,-122.454771) y al Torpedo Wharf (37.809112, -122.470252), donde ya vimos como entraba la niebla a saco por la boca de la bahía tapando el puente; lo cruzamos casi sin verlo y bajamos a Moore Rd. Pier (37.831292, -122.477011) y de ahí directos a Sausalito. Por fin me expliqué cómo pudo ser que se pasara tantas veces navegando por delante de la Bahía y no se viera: la Golden Gate (es decir, la boca de la bahía, no el puente homónimo) literalmente desaparece con la niebla. Impresionante cruzar el puente sin ver el mar y escuchar las sirenas de niebla de los barcos pasando por debajo. Por cierto, desde Torpedo Wharf al inicio del puente la subidita se las trae.

¿Creíais que os engañaba con lo de la niebla localizada?
En ese tramo, entre la poderosa pedalada der mushasho y el lamentable estado de la cadena de su bici, ésta se partió. Llegamos a Sausalito, tras unos 16 km recorridos en esa mañana, pataleando en lugar de pedaleando y pensando qué hacer, whenderrepente, en el aparcamiento de bicis (de pago, 3 USD, no se pueden dejar en la calle, ojito) se dirige a la Santa una señora de la empresa de recogida de bicis de Sausalito y nos dice que si queremos, ella llama a la tienda y nos cambia la bici por otra de las suyas que tiene por allí. Llama delante de mí y nos la cambia. Genial, pero yo estaba seguro de que se había equivocado de compañía y había hablado con otra, no con nuestra lavandería/alquiler de bicis. Como casi siempre, yo tenía razón. En cualquier caso, dejamos las bicis en el parking, nos damos un muy agradable paseo por Sausalito, comemos fish&chips en un garito, recordamos la joya de Otis Redding (el “dock of the bay” de “(Sittin’ on) The dock of the Bay” es el de Sausalito) y nos volvemos en el Ferry hasta la terminal de SF. El el trayecto se admira Sausalito, el Golden Gate, el puente del Golden Gate, las isla de Alcatraz y la ciudad de San Francisco. Todo muy mono y pintoresco. En serio, merece mucho la pena. Desde allí retonnamos hacia la lavandalquiler pasando por el muelle 39 y sus leones marinos. Otros 6 km para el coleto. Al llegar donde los asiáticos, el dueño no entiende nada de lo que le contamos sobre el cambio de bici ni cadena rota ni nada de nada. La bici que le traemos no es suya, pero le damos la tarjeta de la Sra del servicio de recogida y nos alejamos con la colada silbando el puente sobre el río Kwai. Supongo que andará buscando su bici todavía. A cambio, la que llevamos era mejor. 

NOTA: Releo y creo que no se entiende bien lo de la bici. Resulta que hay una empresa (sausalitobikereturn.com) que se hace cargo de tu bici de alquiler en Sausalito y la llevan ellos de vuelta a SF para que tú no tengas que ocuparte de ello. Esta empresa tiene pinta de ser completamente ajena a los alquiladores, pero tiene acuerdos con todos o casi todos para devolverles las bicicletas. Nosotros volvimos con ellas en el Ferry y las devolvimos en persona.

Baker Beach. Por la tarde se fue la niebla.
En fin, que dejamos al chino con lo suyo y nosotros cogemos el coche para hacer una brevísima ruta de algunas cosas más alejadas del centro, básicamente Baker Beach (37.791043, -122.483947) y Sutro baths (37.780391, -122.513592), muy recomendable y poco recomendable, respectivamente. Tenía muchas más cosas apuntadas, pero nos dejamos llevar por la molicie del ocio y esa noche debía a la tropa una cena un poco más mejor en un garito que tenía localizado muy cerca del hotel: The Brazen Head. Bastante recomendable; agradable y buena cena aunque, eso sí, otro sitio en el que debes entrar con linterna. Hay que ver lo que le gusta a esta gente no ver ni lo que come. También hay que ver lo tontitos que se están poniendo, especialmente en SF, con algunas cosas progres. En mogollón de sitios, por ejemplo en éste, los aseos son ahora “Gender Neutral” y con un símbolo muy satánico en la puerta. No se vaya a ofender alguien...

Un clásico muy mal ejecutado
en la esquina entre Powell y California St.
Al día siguiente tocaba patear San Francisco. Me había descargado la App de la EMT de allí (MUNI) porque el abono transporte de un día sale mucho más barato si lo compras así. Comenzamos en Lombard St y allí mismo cogimos el funicular, en concreto el Powell-Market. Justo antes de cogerlo nos acercamos a la calle “principal” con más pendiente de San Francisco, que es Filbert St justo en (37.800272,-122.418485). El resto del día deambulamos por algunos lugares clásicos, pero sin rumbo fijo: desde la Misión Dolores (37.764246, -122.426587) a las Painted Ladies (37.776212, -122.433016), Rincon Park… por lo general un poco decepcionante por varios motivos, bastantes de ellos por mi culpa. La Misión Dolores os la podéis saltar. Tiene su importancia, aunque obviamente no es la original, pero si vais pillados de tiempo ni os acerquéis. Menudo éxito llevábamos con las misiones, 2 de 2. Me alucinó el número desmesurado de perjudicados mentales que hay por las calles. No es este el sitio ni yo soy quién para entrar en profundidades, pero le deberían echar una pensada. Otro motivo para la decepción fue el deficiente sistema de transporte público. Alucinante que en una estación de metro no haya ni un mapa del sistema, como que un viernes a las 1500 hayas de esperar 25 minutos al siguiente metro mientras en sentido contrario pasan tres. Volvimos a pasar por el muelle 39, que a los ninios les hizo gracia. Por la tarde fue entrando la niebla, tanto que cuando subimos a Twin Peaks no se veía nada de nada, así que hubo que buscar planes alternativos, por ejemplo yendo a un punto que tenía marcado sólo si no había otra cosa que hacer: la escalinata de la calle Moraga (37.756251, -122.473601)

Terminamos cenando temprano en un japonés muy auténtico en el que éramos los únicos no asiáticos y cruzando a Treasure Island para sacar la típica foto nocturna de los rascacielos. Para remate estaban de obras, aquello era un lío y al final hubo que conformarse con un punto de vista más desviado e incómodo. En medio de un vendaval. Bien de noche. Mucho frío. Todo muy deprimente y yo con la sensación de haber fallado en la programación del día como una escopeta de feria.


Panorama de la ciudad desde Treasure Island

En general he de decir que San Francisco me decepcionó un poco, lo recordaba más interesante de la vez anterior que estuve. De todas formas, lo más peligroso de San Francisco no son ni las cuestas, ni los tranvías ni los perjudicados mentales. No, no, no…. son los Teslas. En San Francisco, 5 de cada 4 coches son Tesla. Estoy convencido de que todos los afortunados poseedores de uno tienen una F150 con la que consumen gasolina como si no hubiera mañana de viernes a domingo, pero esa es otra historia. Me da a mí la impresión de que las ITVs de California no miran mucho el nivel de ruido de Harleys y Ducatis (principalmente) ni de Camaros, Chargers y Challengers (aunque 5 de cada 4 coches sean Tesla, aún queda sitio para muscle cars macarroides. Pintaza tiene el Challenger Hellcat, por cierto) y cuando vas por la calle y pasa un Challenger, te aturde. Luego pasa una Ducati escapelibre y te ensordece. Finalmente un Tesla del que no te habrías percatado ni aún con oido de tísico hace una demo del “ludicrous mode” saliendo de un semáforo, te embiste y te lanza al interior de la niebla misteriosa.

Es más que posible, en cualquier caso, que la decepción haya sido en buena parte por mi culpa, por una mala elección de los itinerarios y por haber sido demasiado ambicioso por un lado y haber dejado demasiados puntos de interés fuera por otro, pero esto no se lo digáis a la Famiglia. Encima al día siguiente había madrugón. Para variar.

Pero de eso hablamos otro día.

Con Dios.





jueves, 9 de abril de 2020

Panolys en la Nueva Nueva España (IV): Yosemite


No se sorprenderán si les digo, a la vista de la fecha, que aquí sigo, encerradito en casa. Espero que VVMM estén todos bien y sobrellevando el asunto de la mejor manera posible. Como las desgracias nunca vienen solas, aquí llega el Panoly a ponerse pesado con otra entrega del rulo Californiano. Seguimos...

...Pues eso, que nos hicimos rápido a la cabañita próxima a Yosemite, dormimos cerrando muy fuerte los ojos para aprovechar mejor el tiempo de descanso y, bien tempranito por la mañana, tras un desayuno de batalla nos dispusimos a iniciar nuestro sexto día de ruta. Hoy tocaba día completito con la parte alta del valle de Yosemite, jornada con algo de caminaje, mucha boca abierta (a pesar de las moscas y otros insectos) y megas y megas de fotos. La brillante programación previa, digna de oficial prusiano de intendencia, nos había traído al meollo de Yosemite un lunes y un martes. importante para evitar, en lo posible, aglomeraciones. Asín que..... a las 0730 estábamos ya saliendo del cámping y, tras una breve parada en Tunnel view (solitos estábamos) aparcamos sin problemas en el miniparking (37.712447, -119.586493) del inicio de la ruta de Sentinel Dome y Taft Point  a las 0900 (horas cortesía de Google Timeline)

Vista Norte desde Sentinel. El Capitán a la izda y Half Dome a la dcha. Yosemite Falls en el medio.
La rutilla Sentinel-Taft es un cómodo paseo que nos llevó unas tres horas, con todas las pausas fotográficas que os podáis imaginar y alguna más. Por resumir, es impresionante, sin palabras, dejo alguna foto y punto. Bueno, no, venga, os cuento algo. La ruta sube primero al Sentinel Dome (37.723062, -119.584348), que es un pedrusco con forma de cúpula con unas vistas absolutamente privilegiadas de todo el valle. Está muy cerca del mucho más famoso (y siguiente parada de nuestra ruta) Glacier Point, pero bastante más alto. Además a diferencia del GP, a Sentinel hay que subir andando, con lo que no está masificado. 


Er Panoly y er mushasho en Taft Point.
No hubo gónadas para ponernos tres pasos a nuestra izda


Taft, Capitán y pinrelillos
Una de las fisuras.
Dedicada a los guarropensantes
Desde la cúpula nos dirigíamos a Taft Point, otra (más) de las fotos imprescindibles de Yosemite. Hay dos caminos posibles: el sencillo es volver por donde vinimos hasta el aparcamiento y luego continuar hacia las fisuras y Taft por la Pohono trail, el más pintoresco discurre por el oeste de Sentinel hacia Taft siguiendo el cortado. Vosotros escogéis. En llegando a Taft Point (37.713050, -119.604612) pasas por encima de las famosas fisuras, que están poco menos de 100 m antes. No tienen pérdida. Y bien... llegamos a Taft... Idos haciendo a la idea de que voy a decir muchas, pero que muchas veces eso de que las fotos, especialmente las mías, no hacen justicia, pero es que... tiene cohone el barranco! Como en el fondo soy muy marikita, LA foto de Taft Point no me atreví a hacérmela. Me quedé a 2 metros largos en lugar de asomadito al borde. Para dejar aún pedor mi hombría, justo cuando nos íbamos había un tío buscando los anclajes para poner su slack line. Historieta del abuelo: el lugar se llama Taft Point en honor a William Howard Taft, 27º presi de los EEUU. Resulta que el mismísimo John Muir se lo llevó de paseo por Yosemite. Teóricamente iban a ir a caballo, pero los caballos que tenían no podían cargar con los más de 150 kg que pesaba el amigo Taft, así que fueron andando de Glacier Point hasta el valle, entiendo que por la Pohono trail, y pararon aquí a comer. Un espectáculo debía ser el orondo Taft bajando por según qué caminos de cabras. Ah, en este paseíllo nos encontramos con otro oso.

Bien, después de ver todo lo anterior, cualquier otro punto de vista del Valle debe ser una especie de decepción ¿no? Pues no, obviamente no, aún nos queda Glacier Point (37.727349, -119.575003). Como aquí se llega en coche y es EL punto de Yosemite, estaba de bote en bote a pesar de ser lunes (¿os he mencionado lo de la excelsa programación del viaje?). Aún así, corta la respiración. La perspectiva es más limitada que desde Sentinel, pero mucho más... no sé ¿equilibrada?. Cuánto daño está haciendo Instagram, por cierto. La gente no se corta un pelo ya en fotografiarse con las poses a.- más repetidas y patéticas o b.- más ridículas y horteras. Delante de mí una señora italiana bien entrada en los 50 se tiró un buen rato en medio de la plataforma haciendo el pino ese raro que hacen los yoguis hasta que la sacaron desde todos los ángulos posibles. Se había llevado esterilla y todo. Pero vamos, que no era la única. Glacier Point pasa a ser uno de los lugares que me imagine cuando no  pueda dormir. Así de impresionante es, por muchas fotos que hayas visto. Fijaos cómo sería la cosa que echamos casi hora y media sólo mirando...

Half Dome desde Gracier point. Nevada falls a la derecha

... razón por la cual se nos hizo un poco tarde para comer pero, a pesar de llevar raciones de campaña de emergencia, preferimos no hacer uso dellas y probar suerte cerca del siguiente destino, lo que resultó ser una decisión magnífica. Después de admirar el valle desde arriba tocaba acercase a ver los secuoyas de verdad en la famosérrima Arboleda de Mariposa (Mariposa Grove en orco) que queda, de hecho, casi fuera del parque nacional en su lado este. Tooootal, que nos cogimos el poderoso Eclipse y nos fuimos hacia la zona de Wawona, de hecho nos salimos del parque para buscar algún garito para comer y acabamos haciéndolo en un peaso resort llamado Tenaya Lodge. Buena comida (a ver, entiéndanme VVMM, un par de hamburguesas y perritos, pero bien hechos y servidos y tal) junto a la piscina, buena WiFi, mucho cocacola sin hielo, unos minutos de descanso, un cafelito... casi daba pena acercarse a los secuoyas... pero, queridos ninios, la vida del turista es dura y nuestra disciplina camboyana nos impide saltarnos visitas del programa sin motivos muuuuuy justificados, así que procedimos. Mariposa Grove (37.506894, -119.630503) ha estado cerrada a los sufridos turistas una jartá de tiempo, pero ya la habían reabierto para ese verano. Ahora dejas el coche en la nueva zona de recepción de visitantes y te llevan en autobús al secuoyar. La molicie del ocio a la que nos abandonamos durante la comida nos había dejado escasos de tiempo, pero aún así pudimos deambular por allí y ver los arbolacos. Peaso bichos, tú, como para tener que subir a rescatar un gato o algo...


Vernal Falls
Entre unas cosas y otras eran algo menos de las 1900 cuando salíamos de Mariposa y aquí tomamos una decisión que se mostró, en algunos aspectos, manifiestamente mejorable: volver al camping rodeando el parque en lugar de cruzarlo, con la sana intención de comprar viandas para... ¡hacer una barbacoa al día siguiente! Por desgracia se había ido la luz en toda la comarca y cuando llegamos al VONS de Oakhurst estaba cerrado... Afortunadamenete pillé asomándose a uno de los empleados y me dijo que abrirían como en 30 min, una vez tuvieran los grupos de emergencia en marcha y reconectado todo, así que nos quedamos gorroneando WiFi esperando a que abrieran. En fin, que compramos viandas, leña, un galón de Arnold Palmer, nos cruzamos al McDonald's para hacer un repostaje de emergencia y, casi a las 2100 y ya de noche nos pusimos en camino de vuelta. 120 km y casi dos horas que estuvieron a punto de no suceder ya que justo al salir, en el lío de pon el GPS, ninia estás abrochada, qué poca luz ponen estos americanos en las calles... me metí por una avenida en contradirección. Con dos picás de las gordas bajando de frente. Susto de muerte sobre el que correremos un estúpido velo (pero que había que ver como tenían la esquina aquella de oscura y de mal planteada). Llegamos con bien al camping a las tantas y a descansar, que aún quedaba un duro día en Yosemite.


Er mushasho y la ninia bajando
 de Vernal Falls, mientras el resto
de bípedos implumes repta hacia arriba
Si el primer día recorrimos la parte alta del valle, el segundo nos metíamos en el fondo (¿os he mencionado la brillante programación, precisa cual relojero suizo, del viaje?), así que salimos de Hardin Flat a eso de las 0720, después de desayunar y con el sol ya bien alto. Es importante entrar tempranito en el parque para evitar colas y no encontrarse el parking  (37.743543, -119.585704) lleno. A las 0840 estábamos en el centro de visitantes, que abría poco después. Una vez dejas el coche allí, te mueves en un servicio gratuito de autobuses que se mueve por todo el valle. Nosotros habíamos decidido ver la cascada Vernal, que conlleva un par de paradas de autobús y luego un agradable paseo de unos 4 km de ida y otros tantos de vuelta desde la parada del autobús en Happy Isles (37.732490, -119.559829). ¿He dicho agradable paseo? He dicho agradable paseo, así que tendré que mantenella y no enmendalla. Concedamos, tal vez, que la última parte de la subida a la parte alta de Vernal Falls (37.727586, -119.543772), con su Emmerald Pool, tiene cierta... digamos pendiente pronunciada, pero el resto del camino en paralelo al río Merced, con la cascada a la vista en su última parte es espectacular. Para los muy andarines, podéis seguir el camino hasta las Nevada Falls y de ahí hacia Half Dome (para subir hace falta permiso). Para el resto, remojoncito de pies en Emmerald Pool y vuelta a bajar. Más o menos a esta altura acordamos dentro de la famiglia que era exactamente la línea 5 del metro de la capital del Imperio la que había sido extendida hasta la Nueva Nueva España, con paradas en el Valle de la Muerte, Yosemite, San Francisco y Los Ángeles. Si no, no se explica la desageración de madrileños que rondábamos por allí. Hasta aquí había dudas entre la 5 y la 2, pero nos encontramos a una familia del barrio bajando de Vernal Falls, así que la 5.


El Cap.
La vuelta a Yosemite Village usando el mismo autobús lleva unos minutos. Allí pasamos por la Ansel Adams Gallery (hay que ver lo que hacía este genio con una cámara de juguete) y comida de batalla junto a la Village store. Puesto que teníamos pendiente esa pedazo de barbacoa, tras un breve descanso nos llegamos a ver El Capitán.

No os he dicho que en el vuelo de ida me había embaulado el documental Free Solo, que narra la subida de Honnold con sus manitas y piececitos a El Capitán, así que ya sabía todo lo que hay que saber para subir esa mole. Desgraciadamente, si Alex tardó 3h56min, yo calculé que tardaría poco más de 4h (tenía que cargar con la E-M5, el 12-100 y un par de baterías de repuesto), se me iba a hacer de noche y me había dejado el frontal en el cámping. Además, recordad la barbacoa. Con malvaviscos y todo (que tostados como en las pelis al fuego están manifiestamente mejorables, por no decir asquerosos). Una pena. Peaso de muro, tú.


Adiós a Yosemite desde Tunnel View


En fin, que lamentando sobremanera este pequeño fallo de previsión que, por minutos, no me permitió trepar El Capitán, nos volvimos al camping, previa nueva parada en Tunnel View (37.715700, -119.677220) para despedir el majestuoso Valle de Yosemite. De ahí directos a la cabaña y mientras el Panoly preparaba el fuego con cuatro palos cogidos de aquí y de allá, la famiglia disfrutó del camping un rato. Hasta hubo baño en el río Tuolumne. He de decir que la barbacoa fue un muy agradable broche a los dos días y medio en Yosemite. Entre er mushasho y yo prácticamente finiquitamos el bidón de 1 galón de Arnold Palmer.

Ah, perdón, una cosa importante en torno a esta foto de la ninia en Yosemite Village. Os dije que había otra cosa más fina que la piel de un B17 en los EEUU: el papel higiénico. Me parecen sorprendentes algunas costumbres en uno de los países más desarrollados del mundo. La del papel higiénico es una de ellas, la de las monedas es otra en la que ya entraremos. A ver, queridos ninios ¿Habrá alguna relación entre el diámetro de ese taburete, el tamaño medio del culo americano, el papel monocapa ultrafina y el hecho de que junto a cada retrete tengan que poner un desatascador king size con palo de dos pies gastao de tanto usarlo? No me extraña que los rollos vuelen, por eso te dejan tres o cuatro de reserva...con lo fácil que sería pasarse al del perrito mono.

Pues ahora sí que hemos terminado con Yosemite, lugar que, como os habrá quedado claro, merece mucho más de dos días. A la mañana siguiente, para variar, había que madrugar de nuevo para poner rumbo a la costa, pero eso va a quedar para la siguiente entrega.

Cuidenseme mucho, por favor. 

Con Dios.





sábado, 21 de marzo de 2020

Panolys en la Nueva Nueva España (III): Adiós Desierto, Hola montañas


Madredelamorhermoso como se están poniendo las cosas. Si esto no es un "cisne negro", yo ya no sé... Espero y deseo que VVMM se encuentren bien y tolerando de la mejor forma posible la reclusión, pero la vida sigue (esperemos) y nosotros nos habíamos quedado "degustando" una hamburguesa en Lone Pine.

Y allí volvemos, pegándole el último chupetón al cuarto relleno de megavaso de CocaCola, terminando de hacer copia de seguridad de las fotos de la mañana y saliendo de nuevo al ya no tan cálido paraje del interior de California.


Entrada al campo de MANZANAR
Desde Lone Pine habíamos de seguir rumbo norte hacia Mammoth Lakes para dos noches de estancia, primera repetición del tour. Puesto que la carretera pasaba directamente por la puerta del “centro de reubicación” de Manzanar (esto sí que es un eufemismo y no los míos),  no iba a haber más remedio que parar. A mirar, al menos. Ya, pero ¿eso del centro de reubicación quésloqués? Pues, queridos ninios, un campo de concentración. Uno en el que no se masacraba gente, ni siquiera se los trataba con una inquina especialmente llamativa, pero se los concentraba. En concreto, en este de Manzanar y en otros 9 campos más se "reubicó" a unos 120.000 japoneses o descendientes de japoneses que residían en los EEUU el 7 de diciembre de 1941. Lo curioso del lugar es que, aunque está más bien en un páramo, no deja de ser bonito, justo al pie de la Sierra Nevada de California. En fin, cosas de la vida. Minutillo para pensar y seguimos hacia el Norte. 

Decíamos de Sierra Nevada, ojito con la Sierra. Desde más al sur de Lone Pine hasta Lee Vining no hay ni un solo paso decente que la cruce. Más de 200 km. Las montañas son bastante impresionantes y, a pesar de estar tan al sur como Sevilla, nieva que da gusto, así que cruzarla  siempre fue complicado. En los años de la fiebre del oro hubo grupos que se quedaron atrapados por la nieve y murieron como chinches, incluso llegaron al canibalismo (Véase la Donner Party. No, no fue una fiesta). Tooootal, que no se puede cruzar al Oeste hasta la altura de Yosemite, y sólo en verano.

La llegada a Mammoth Lakes fue sencilla y a la hora programada. Como en Shoshone el día anterior, tocaba dejar equipaje en el alojamiento, un B&B de lo más curioso, y continuar para la última visita del día. El B&B se llamaba Cinnamon Bear Inn y, según llegamos, el individuo que nos atendió nos dijo que nada de dejar comida en el coche, ni en las mesas del patio ni en los cubos de basura de alrededor; “por los osos, ya sabéis”. Claro, estamos muy acostumbrados ¿no ha oído hablar del oso y el madroño? Mañana hablamos de nuevo del sitio, que recomiendo. Estancia bastante cómoda a pesar de la pareja de fornicadores aullantes a deshora de la habitación de al lado. A ese tío estuve a punto de pedirle una teórica.


Tufas de la lago MONO

Esa tarde aún nos quedaba ir a unos de los dos lugares relacionados con Clint Eastwood del viaje: el Mono Lake, en cuya ribera dirigió don Clint “Infierno de cobardes” (cierto que traducir “High plains drifter” es realmente complicado. A mí no se me ocurre cómo. Bueno, sí "El vagabundo del Altiplano", pero queda muchísimo mejor "Infierno de Cobardes", dónde va a parar...), una de sus primeras pelis, donde ya mostraba lo que iba a dar de sí como director. El Mono Lake es un lago sin salida, así que es muy salino y tiene una curiosa historia geológica detrás, es famoso por las “tufas” y por lo mucho que le afectó el desvío del agua de alguno de sus tributarios para abastecer de agua a LA (que está solo a 450 km en línea recta). Casualmente llegamos justo cuando comenzaba una rutilla guiada, que además era gratis con el pase anual de los parques nacionales. Se ve y ya, volvemos a Mammoth a cenar en un local muy americanote en el que repetiríamos, por comodidad, al día siguiente.

He de reconocer que desconocía de la existencia de esta estación de esquí hasta la fase preparatoria de este Panolyviaje, pero nos venía bien parar por la zona. Finalmente resultó un lugar de lo más recomendable. 

Al día siguiente teníamos programada visita al Devils Postpile National Monument, que me decepcionó un poco, a las Rainbow falls, que no, a la cumbre de Mammoth, que sí, a hacer la colada, sin comentarios, y a los lagos de June, que mucho. Vayamos por partes, como Jack:

Devil's Postpile 
  • En primer lugar, no se puede llegar en coche hasta la zona del Devils Postpile, hay que dejar el auto en la estación de esquí y de allí ir en autobús. Funciona bien, es rápido y cómodo, así que nada que objetar
  • El paseo desde la parada del bus al Devils Postpile, de ahí a la cascada y vuelta a la siguiente parada de bus serían unos 8 km en total, más o menos. El postpile en sí (37.625092, -119.085054) es como un montón de piezas de Lego tiradas en la base un castillo en construcción. Está bien, pero vamos… tal vez nos equivocamos no subiendo a la parte de arriba
  • Las Rainbow falls (37.601770, -119.083952) molan, incluso en verano. En primavera deben ser acollonants. En el camino se cruza la ruta de Muir y hay un puente bastante pintoresco en (37.614596, -119.083505). Durante toda esa caminata er mushasho y yo realizamos un modelo numérico sobre la propina “justa” para complementar el sueldo mínimo en los EEUU. Distaba mucho (por debajo) del 18% recomendado ahora. Por otra parte, tal vez si dejaran en paz a los clientes en lugar de pasar cada 2x3 a preguntar nimiedades e interrumpir nuestra conversación (quicir, nuestra mirada cada uno a su móvil), les daría tiempo a ser más eficientes. El autobús de vuelta no lo cogimos en la misma parada en la que nos habíamos bajado, sino en la siguiente, en Red's meadow resort
Las cascadas del Arco Iris. Sin Arco Iris
  • A la vuelta a la estación de esquí, antes de coger el telecabina a la cumbre, comimos unos bocatas comprados allí mismo en una fregoneta. Se nos allegó una señora llamada Susan Nottingham, monitora de esquí, según ella de todos los niveles alcanzables. En verano estaba trabajando por allí controlando ninios y tal. La tía hablaba por los codos, me sé la historia de su vida y la de sus hermanos. Lo juro. Lo gracioso fue cuando, hablando, hablando, llegamos al tema de que la Nueva Nueva España había sido España… “Ah, sí. Me suena haber visto algo de Spanish territory en mapas antiguos en los libros de texto”. Tal cual. Ya, era monitora de esquí, no catedrática en Stanford, pero aún así…  En mogollón de sitios hacían referencia al Spanish-Mexican heritage, a veces Mexican-Spanish. Si, la Alta California fue México desde 1821 hasta 1848, pero vamos, lo de Mexican-Spanish Heritage está MUY traído por los pelos.
  • Subimos a la cumbre de Mammoth a 3300 y pico metros. Aún había nieve, pasamos en un día de 51°C a la sombra a pegarnos bolazos de nieve. Prescindible, bien que pintoresco. Desagerao la cantidad de aficionados al descenso ciclista que hay. Millones de bicis subiendo en los telesillas y bajando follaícos vivos por las pistas. Había bicis que valían más que mi casa.
  • Tal como estaba previsto, hicimos la colada en una lavandería al lado del Cinnamon Bear Inn. Las lavanderías deben tener efluvios lisérgicos, porque me hice algunas de las fotos más raras de mi vida mientras me ventilaba un par de latas de Arnold Palmer king size con er mushasho. Por cierto ¿Qué tendrán los americanos en contra de lavarse su propia ropa en su casita? En San Francisco, entre lavanderías autoservicio, lavanderías regentadas por asiáticos y centros de día para el cuidado de tus mascotas tenían copados todos los locales.
  • Tras la colada, recorrido por el June Lake loop que, además de tenerlo yo como posible, nos lo había recomendado Ms. Nottingham. Manifiestamente mejorable, aunque la hora tal vez no acompañaba

...pues ya estábamos a las puertas del meollo del viaje: los dos días y medio en Yosemite. No os he dicho que el Cinnamon Bear Inn supuestamente no incluía desayuno. En la práctica nos pusimos los dos días hasta las trancas con un desayuno medio casero más que decente. Todo el personal de esta casa tenía pinta de haber llegado en monopatín 5 minutos antes, con sus rastas y tatuajes y tal, pero eran también muy de la rama amable. De largo el panolyviaje con menos bordes (ninguno me ha superado en esto, me siento orgulloso) o ineptos por metro cuadrado. Por cierto, las reservas de alojamiento las hice mayoritariamente con Hotels.com y alguna con booking.com pq tenía algún descuento. Mucho mejor Hotels.com en todo, se nota que son americanos. Lo más desternillante es cuando quieres hablar con ellos, escoges español y te atiende (100% de las veces) personal con cliarísimo aciento de nuistro vicino dil siur pero te dicen: “Buinos dias, li atiendi Friancisco (o Miagdialiena) ¿en qué puido aiudarele?”. Extraordinariamente eficientes en cualquier caso. Se preocupan. Lo que no entiendo es por qué en tantos alojamientos decían que no había desayuno y luego sí estaba incluido.



Lago George. Sin Mildred
Bien, antes de entrar en Yosemite desde el Este nos quisimos quitar el mal sabor de boca del June Lake Loop haciendo el Mammoth Lake Loop, básicamente el lago Mary y el George (tenían que haberles puesto George y Mildred, pero bueno). Realmente agradable, muchísimo mejor que el de June, en buena parte también por la hora a la que lo hicimos, bien tempranito por la mañana. De ahí a Bodie, previo paso por el VONS para avituallamiento (os dije que encontramos un buen par de cadenas de supermercados: VONS y STATER BROS). Bodie es un pueblo abandonado, tan abandonado que el descubridor de oro en la zona y fundador del pueblo, el Sr. Bodey, murió congelado un día que se perdió en una ventisca en otoño y no lo encontraron hasta el verano siguiente...Tiene su gracia - el pueblo, no lo del Sr. Bodey- pero debe molar más por la noche o en invierno. Se puede llegar básicamente por dos carreteras, ambas con el tramo final sin asfaltar, pero es mejor la que va más al norte. Desvío de la 395 en (38.175349, -119.194685), menos de 5 km sin asfalto.


BODIE. Lo que se ve en el cielo es humo de quemas controladas de bosque
Antes de subir a Yosemite repostamos en Lee Vining y nos volvimos a acordar de Kazuhiro Ōe por un nuevo y más serio incidente con el sensor de nivel de combustible durante el que disfrutamos de nuevo de la amabilidad de los aborígenes. Qué buena gente oye. Igualito que los croatas. En este caso la cosa fue que repostamos, pagamos, salimos... y el indicador de nivel no se movió. Llegué a dudar si había echado gasolina o no, así que di media vuelta y volvimos a la gasolinera. A pesar de lo peregrino de mi explicación me hicieron caso, lo comprobamos bien... y la culpa era de Kazuhiro, claro.

¿Es playa o no es playa?
La primera parada en Yosemite era… en una playa. Sí señor, con dos gónadas. Nos fuimos a la playa en Yosemite. A 2500 m de altura, pero playa al fin y al cabo, con su arena, sus olitas y todo. La Santa y la ninia hasta se bañaron en el Tenaya lake (37.835551, -119.451989). La cosa tenía especial gracia porque hasta bien entrado Junio, la carretera que cruza la Sierra Nevada a la altura de Yosemite ha estado cerrada por la nieve. Como todos los años, pero este un poco más. Comprobad si queréis las fechas de apertura del Tioga Pass. Por lo demás, bocata y a continuar camino.


El famoso pino de Olmsted Point
y la primera vista del valle de Yosemite
Siguiente parada: Olmsted Point (37.810780, -119.485678), primera vista del valle. Impresionante, pero no merece la pena ir allí si no entras por el Este. Como nos pillaba de camino, paramos en Tuolumne Grove (37.758236, -119.805384) para ver los primeros secuoyas del viaje. Se nos había ido haciendo un poco tarde y no quería retrasar demasiado la llegada al alojamiento, así que hicimos una rutilla corta y continuamos camino. Ah, vimos nuestro primer oso. Y nuestro único coyote. Y el primer ciervo. Y las ardillas de la 142.345 a la 203.564. 

Íbamos a pasar tres noches en una cabaña de un camping justo fuera del parque, a 10 km de la entrada de Big Oak Flat. El camping resultó estar muy bien, la cabaña estupenda, la gente, de nuevo, muy amable. Cenamos en un hotel cercano y a la piltra, que los próximos dos días iban a ser duros: el primero visitando la parte alta del parque y el segundo el Valle, dos días largos y de mucho madrugar, así que, queridos ninios, vamos a cerrar aquí este capítulo que en el próximo habrá que esforzarse a tope. 

Cuídenseme, por favor y esperemos que para la próxima entrega podamos reírnos de lo pasado y recordar como se merecen a los que no lo pasaron.

martes, 18 de diciembre de 2012

El flanco sur: Don Bernardo de Gálvez

Macharaviaya, imagen tomada prestada de "El Pais"
Durante seis meses, en 1997, viví en la muy noble ciudad de Aquisgrán, capital en tiempos del imperio Carolingio. Esta ciudad está en la actual Alemania, pero dista poquísimo de la frontera con Bélgica y Holanda. De hecho, la casa en la que yo vivía estaba al oeste de la ciudad, a menos de dos kilómetros de la frontera con Holanda. Como por entonces los horarios comerciales en Alemania eran bastante rígidos, muchos domingos por la mañana me acercaba en bicicleta a comprar al primer supermercado holandés, nada más cruzar la frontera, en Vaals. Ese trayecto me permitía ver un cartel con la lista de pueblos y ciudades hermanados con Aquisgrán, entre los que estaba Toledo (el nuestro, no el de Ohio). Siempre que lo veía pensaba en lo absurdo que me parecía el hermanamiento de dos ciudades y la cantidad de viajes inútiles que harían nuestros representantes a costa del asunto. Valga esta introducción para contaros que hay un pueblo en Málaga de llamativo nombre (Macharaviaya), que está hermanado con la ciudad estadounidense de Pensacola. En este caso, bien podemos decir que al menos hay motivos históricos para sostener ese hermanamiento. Ambos lugares están relacionados a través de un malagueño que intervino, y de qué manera, en la historia de los Estados Unidos de América: don Bernardo de Gálvez y Madrid, natural de Macharaviaya.

La Independencia de las trece colonias

Las trece colonias originales. Observese que, en aquel momento, España
 aún ocupaba más superficie en los actuales USA, como hemos ido viendo
La presencia inglesa en Norteamérica fue relativamente breve, comparada con la de otros ;-) Si tomamos como inicio la llegada del Mayflower a las costas de Nueva Inglaterra en Noviembre de 1620 (128 años después que ya-sabéis-quien), solo pasaron 155 años hasta que las colonias se rebelaron y dieron inicio a la guerra de independencia en 1775. En efecto, en abril de ese año comenzaron las primeras escaramuzas de lo que acabaría siendo una guerra con participación de varias naciones y disputada en diversos escenarios, no solo americanos. Esta guerra tendría como resultado, entre otras cosas menores, la independencia de los EEUU, proclamada por ellos el 4 de Julio de 1776. La guerra no acabó con la declaración de independencia, sino que duró hasta 1781, con la batalla de Yorktown. El tratado de paz final se firmó en París en 1783.

Es comprensible que España viera en principio con recelo los acontecimientos de sus vecinos del Noreste, ya que una revolución independentista podría animar a algunos a reclamar también la independencia de los Virreinatos (y, en cierto modo, así fue, aunque no de inmediato). Sin embargo, al mismo tiempo, la revolución se levantaba contra el secular enemigo: Inglaterra y esa era una oportunidad que no había que dejar pasar. Desde el primer momento España ayudó a los independentistas, aunque de forma más o menos disimulada al principio. En 1779 España entra oficialmente en guerra con Inglaterra (otra vez) y comienza a intervenir militarmente desde, entre otros sitios, Luisiana, donde nuestro protagonista de hoy era Gobernador.

Bernardo de Gálvez en la guerra de independencia Americana


Bernardo de Gálvez murió muy joven, con apenas 40 años, en 1786. A pesar de ello le había dado tiempo a llamar la atención de la Historia con diversas actuaciones. Hoy nos vamos a centrar en su participación en la guerra de independencia americana y, sobre todo en la toma de Pensacola.

Nada más entrar España en guerra, en 1779, comenzaron las escaramuzas y encontronazos en el Caribe y Golfo de Méjico. Bernardo de Gálvez aprovechó de inmediato para lanzar una expedición hacia el este desde Luisiana. Hay que recordar que tras la guerra de los siete años la Florida había pasado a manos inglesas y Luisiana a las españolas. No solo eso, en 1763, en el tratado de París (¿hay alguna guerra que no haya acabado con un "Tratado de París"?) Inglaterra había obtenido también el derecho de libre navegación por el río Misisipi, asunto importante, como iremos viendo. Tanto Francia como España tenían motivos para sentirse humilladas por el resultado de la guerra de los siete años y aún más interesadas que de costumbre en tocarles a los ingleses lo que no suena. Bueno, en esa época ninguna de esas tres naciones necesitaba mucha excusa para tirarse los trastos a la cabeza...

No fue sólo Bernardo de Gálvez, sino toda su familia, los que aconsejaron prudencia: primero ayuda material a los rebeldes norteamericanos y esperar al momento procesal adecuado para sacar el sable (y pillar tajada). Hay que recordar que el padre de Bernardo, Matías de Gálvez y Gallardo, llegaría a ser Virrey (de hecho a su muerte le sucedió nuestro Bernardo) y su tío, José, Ministro de Indias.

Pero volvamos a Bernardo. Es agosto de 1779 y el Gobernador de Luisiana se lanza a hostigar a los ingleses en la costa del Golfo de Méjico:

"Al punto rompió también las hostilidades el brigadier D. Bernardo de Gálvez, gobernador de la Luisiana, poniéndose en acción el 26 de Agosto de 1779 con 1.400 hombres de toda especie, de ellos 200 soldados veteranos. El 6 de Septiembre llegó á Manchak, fuerte de la Florida, distante 35 leguas de Nueva Orleans, y mientras disponía la fuerza en posición, 60 hombres de milicia lo tomaron á la carrera." (La guerra en América, Instituto de Historia y Cultura Naval)
Además de Manchak, en esta campaña tomó Baton Rouge (actual capital de Luisiana) y Natchez, lo que daba a España el control del rio Misisipi y evitaba que los ingleses usaran esa importante vía de suministro.

Despues de asegurar posiciones, a comienzos del año siguiente lanzó una campaña aún más importante, primero contra Mobila (actual Mobile, Alabama. Lo que me recuerda un asunto completamente ajeno al relato que os comentaré al final):
"A principios del año 1780 de que vamos tratando, teniendo seguridad de la llegada próxima de refuerzos de la Habana, reanudó D. Bernardo de Gálvez las operaciones con 1.200 soldados, ya dueño de los puestos de Thompson y Amith, partiendo en demanda de Mobila con 14 bajeles. Mostrósele contrario el tiempo al embocar el puerto; seis de las embarcaciones se perdieron en la barra, saliendo á nado casi desnudos 800 hombres á una isla cercana, abandonadas al mar las armas con los víveres y municiones; pero mitigó el contratiempo grande la llegada de los cuatro buques de la Habana, habilitándole en disposición de arrimarse á la playa el 24 de Febrero.
Con prontitud abrió trincheras, instaló baterías y adelantó las obras complementarias de sitio, sabiendo que de Panzacola había de salir el general Campbell con tanta fuerza como él tenía para socorrer al coronel Dunford, su subordinado, que no regía á más de 300 hombres en la fortaleza, y antes que se aproximara el refuerzo hizo, en efecto, brecha practicable y obligó á la rendición á los cercados" (La guerra en América, Instituto de Historia y Cultura Naval)
La toma de Pensacola. Hay que tener valor para ir a la guerra
con una casaca blanca
La Panzacola de la cita es la actual Pensacola, así que nos vamos acercando...

En efecto, Gálvez trasladó a La Habana su base de operaciones para esta empresa y, tras un intento frustrado por un huracán (ya voy perdiendo la cuenta de operaciones españolas frustradas por un huracán), salió de nuevo hacia Florida en Febrero de 1781. En Marzo llegó a la isla de Santa Rosa, que es una larga barra arenosa que cierra la entrada a la bahía de Pensacola. Obviamente su intención era atacar Pensacola, la capital de los asentamientos ingleses en la zona. Tan obvio era que los ingleses estaban mandando refuerzos. Claro, que Gálvez, que no era manco, había hecho lo propio y estaban en camino naves desde Nueva Orleans y tropas por tierra desde Mobila.  Aún así, el siguiente paso era algo más complicado, ya que para acechar la ciudad había que entrar en la bahía, bien defendida por los fuertes ingleses: el Queen's Redoubt, el Prince of Wales Redoubt y el principal Fort George. Si habéis visto el mapa que he enlazado antes, os habréis dado cuen de que la entrada a la bahía, por el oeste de la isla de Santa Rosa, es sumamente estrecha, de menos de 1000 metros, de los que la parte navegable es aún menos amplia. Imaginaos la situación: hay que pasar con unos barcos a vela del siglo XVIII por un canal minúsculo defendido a ambos lados por fuertes bien artillados. Ideal para pasar una divertida mañana de navegación.

Al primer intento, el navío comandado por el capitán Calvo de Irazábal encalló en el canal, lo que produjo en el capitán lo que técnicamente se conoce como "un canguis", un ataque de jindama que le llevó a negarse a cumplir las órdenes terminantes de Gálvez, que eran las de entrar en la Bahía. Ante estos hechos, don Bernardo mandó un mensajero en busca de Irazábal, que a estas alturas debía estar buscando su segunda unidad de pantalones. El mensaje era breve, pero de una contundencia difícilmente superable:
“Una bala de a 32 recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que se reparten en el fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo iré solo por delante con el Galveztown para quitarle miedo”
Y dicho y hecho, allá que se tiró Bernardo a bordo del Galveztown. Los ingleses le vieron, reaccionaron y le soltaron 28 cañonazos pero... si te toca entrar en la historia la suerte se pone de tu parte, así que ni uno le atinó. Era el 18 de Marzo de 1781 y la flota entró en la bahía, pero la batalla aún no había comenzado. A partir de ese momento, tanto los ingleses como los españoles se prepararon para el asedio y batalla final. El 8 de Mayo, con algo de suerte, por otra parte, cayó el Queen's Redoubt, lo que dejó al Fort George en una situación insostenible y les obligó a la rendición el 10 de Mayo. En palabras del general Campbell, defensor británico de Pensacola:

"An unfortunate Shell from the Enemy, on the Morning of the 8th, precipitated its Destiny, and occasioned its falling under the Dominion of Spain at least some Days sooner than it otherwise would have happened. On the morning of the 8th a Shell, that accidentally burst by the Door of the Magazine of the Advanced Redoubt, set Fire to the Powder within, and in an Instant the Body of the Redoubt was a Heap of Rubbish, depriving no less than 48 Military, 27 Seaman, and one Negro of Life by the Explosion, besides 24 Men wounded, most of them dangerously"
(Un desgraciado proyectil del enemigo, en la mañana del 8, precipitó su destino y ocasionó su caida bajo el dominio español al menos algunos días antes de lo que de otra manera habría ocurrido. En la mañana del 8 un proyectil, que explotó accidentalmente junto a la puerta del polvorín del fortín, prendió fuego a la pólvora que había en su interior y en un instante el edificio del fortín era un montón de escombros, quitando la vida a 48 soldados, 27 marinos y un negro (sic), además de ocasionar 24 heridos, la mayor parte de gravedad)

Consecuencias


La intervención española en la independencia americana fue esencial, abriendo un frente sur en la guerra, en el que los ingleses tuvieron una no despreciable cantidad de efectivos desplazada, así como dificultando o incluso impidiendo el abastecimiento por esa ruta y por el Misisipi. Las acciones de Gálvez fueron las más llamativas de las realizadas por los españoles, pero hubo más y no todas en América (hubo un importante  asedio en Gibraltar así como la recuperación de la isla de Menorca para España, ambas acciones inscritas sorprendentemente en la Guerra Americana). 

A título personal, Gálvez fue ascendido a Teniente General y fue nombrado por el rey Carlos III Conde de Gálvez con el mote de "Yo Solo" por su muestra de valor/inconsciencia en el paso a la bahía de Pensacola. Supongo que haberle puesto "Con dos cojones pelotas gónadas" no era propio del mejor alcalde de Madrid.

Nuestros nuevos vecinos del noreste, los EEUU prometieron no reclamar Luisiana y Florida, de hecho acabaron comprándolas: Luisiana a Francia en 1803 y Florida a España en 1819.

No se puede decir que Bernardo de Gálvez sea tan reconocido en los EEUU como George Washington. Por desgracia en la cultura popular (vease cine, por ejemplo) a veces se hace referencia a la ayuda francesa a los revolucionarios americanos, rara vez a la aportación española. En 1976, con ocasión del bicentenario de la declaración de independencia, el rey Juan Carlos I hizo entrega de una estatua en honor de Gálvez que está ubicada cerca de la Casa Blanca, en Washington DC, rodeada por otras de Bolívar, Artigas, San Martín... que no sé yo muy bien qué tienen que ver. Al menos sí queda su nombre en algunos topónimos como por ejemplo la ciudad y la isla de Galveston que, cosas de la vida, es (o puede ser, hay dudas) la ya conocida por nosotros "Isla del Mal Hado" en la que Cabeza de Vaca pasó sus vacaciones, más de dos siglos antes del nacimiento de Gálvez (permitidme, por favor, el autoenlace).


PS, el asunto que me recordó la aparición de Mobile, Alabama, es que he estado viendo esta semana pasada la serie "The Pacific". Muy recomendable, aunque menos que su prima hermana "Band of Brothers". Me lo ha recordado porque uno de los protas (y autor de uno de los libros en que se basa la serie) es de allí y lo menciona profusamente.