domingo, 20 de abril de 2014

De Dr. No a Pierre Nodoyuna: Sir Francis Drake (y II)



" En un radio de media milla en torno al Nautilus las aguas estaban impregnadas de luz eléctrica. Se veía neta, claramente, el fondo arenoso. Hombres de la tripulación equipados con escafandras se ocupaban de inspeccionar toneles medio podridos, cofres desventrados en medio de restos ennegrecidos. De las cajas y de los barriles se escapaban lingotes de oro y plata, cascadas de doblones y de joyas. El fondo estaba sembrado de esos tesoros. Cargados con este precioso botín, los hombres regresaban al Nautilus, depositaban en él su carga y volvían a emprender aquella inagotable pesca de oro y de plata. Comprendí entonces que nos hallábamos en el escenario de la batalla del 22 de octubre de 1702 y que aquél era el lugar en que se habían hundido los galeones fletados por el gobierno español. Allí era donde el capitán Nemo, según sus necesidades, lastraba con aquellos millones al Nautilus. Para él, sólo para él, había entregado América sus metales preciosos. Él era el heredero directo y único de aquellos tesoros arrancados a los incas y a los vencidos por Hernán Cortés. "
"20.000 leguas de viaje submarino", cáp. 8: La Bahía de Vigo, Julio Verne




Vigo Street, casi en la esquina con Regent St. Foto mía.
Londres, siempre Londres. De todas las ciudades que conozco fuera de España, solo hay dos en las que me encuentre lo suficientemente cómodo (clima aparte) como para pensar que podría llegar a vivir en ellas una temporada: Roma y Londres. Si,  ya sé que son muy diferentes, tal vez sean complementarias y por eso me gusten tanto. Londres es una ciudad inmensa y tiene vecindarios para todos los gustos, desde el destripado Whitechapel al elitista Mayfair, desde el barullo de Covent Garden o el de Notting Hill al mogollón de turistas arremolinados en los alrededores de Picadilly Circus. Precisamente cerca de la estatuilla de Anteros (hermano de Eros, alias Cupido) que habita el Circus, una calle desentona con los muy british nombres de la zona. Se trata de una de las perpendiculares a Regent Street, una brevérrima calle de nombre Vigo Street que destaca rodeada de Warwicks, Cliffords, Burlingtons y similares. Esta callejuela recibió el nombre de la ciudad gallega, bueno, más bien de la ría homónima, en recuerdo de la batalla que nosotros conocemos como Batalla de Rande y los británicos (de hecho todo el mundo, menos nuestros vecinos portugueses que siguen nuestra denominación) como Batalla de la bahía de Vigo y que es la mencionada por Julio Verne en 20.000 leguas de viaje submarino. En ella, una flota anglo-holandesa se cepilló a una franco-hispana y dejó para la historia la leyenda del tesoro de Rande. Peeeeeeero, la historia es larga y recurrente y esa batalla no fue la primera agresión británica a las Rías Bajas. Como poco, hubo otra aún más salvaje y con un resultado similar: en ambas, los ingleses destruyeron sin conocimiento, pero trincar, lo que se dice trincar, trincaron más bien poco.


La grande Armada Inglesa: Revenge of the Brits


Habíamos despedido nuestra historia con el desastre de la Grande y Felicísima en su intento de invasión de Inglaterra en 1588. Después de los hechos todo el mundo es muy listo y muy valiente, pero es de suponer que en verano de 1588 a buena parte de los ingleses no les llegaba la camisa al cuerpo pensando en lo que se les venía encima. La cosa salió como salió y el soplo divino (por cierto, aunque venga sólo tangencialmente a cuento, ¿sabéis lo que significa la palabra kamikaze?) alejó el peligro de las costas británicas. Por mero subidón de adrenalina y en la creencia de que podían asestar un golpe definitivo a la armada española, Liz y sus cuates decidieron que Inglaterra ya estaba madura para subirse a las barbas del jefe Felipe II (nota que tampoco viene muy a cuento, a veces nos olvidamos de que Felipe II también fue rey de Inglaterra e Irlanda durante unos años, entre 1554 y 1558) así que según se perdían en el horizonte los últimos galeones españoles, los británicos se pusieron a trabajar en su propia Armada. Supongo que si la nuestra fue Grande y Felicísima, la suya sería Enorme y Graciosísima, como corresponde. El caso es que rápidamente se pusieron al lío.

Dom Antonio. No se puede tener una pinta más marcial.
De la wiki
Los mitos son los mitos y la realidad es la realidad. En 1588 los ingleses sabían que, aunque la invasión había fracasado, la flota española había sobrevivido en su mayor parte y que España tenía preparados medios en los puertos cantábricos para atender a los hombres y reparar los barcos pero, claro, durante un tiempecito no iban a ser muy operativos, que digamos. Si querían golpear de verdad, había que intentar destruir la flota en los puertos españoles y además hacerlo de inmediato. De esa forma España perdería el control del mar y, por tanto, de América. Vamos, un golpe histórico del siete. Isabel I se decidió a mandar una cojoexpedición con tres objetivos:

  1. Destruir de forma total, absoluta y definitiva, por el sofisticadísimo método de la incineración, la flota española
  2. Tomar las Azores para interceptar la flota de América que traía la plata y el oro que pagaban los esfuerzos bélicorreligiosos de Felipe II. Ya puestos, quedarse con la pastizara
  3. Colocar en el trono de Portugal a Don Antonio, Prior de Crato y, por lo tanto, quitar a... ¡Felipe II! (sorprendidos ¿eh?). Isabel I había firmado acuerdos con el susodicho Antonio que convertirían a Portugal en un estado básicamente supeditado a Inglaterra, eso aparte de que el bizarrísimo Dom Antonio se comprometía, entre otras cosas, a permitir el saqueo de Lisboa. Eso es amar a tu pueblo, lo demás, tonterías
Un peaso misión, tres objetivos y un sólo líder posible: Sir Francis Drake, en este caso auxiliado (o así) por Sir John Norreys, o Norris, por lo que la Cotraarmada es (poco o nada) conocida en Inglaterra como expedición Drake-Norris, como si ellos hubieran sido los únicos responsables del temita. En Abril de 1589 partieron de Plymouth 150 naves y casi 25.000 barbas.

Ahora podríamos pasarnos horas escribiendo sobre los por qués, cómos, cuándos, etc pero eso nos desviaría de la historia central del día, así que, de forma muy esquemática os diré que:
  1. La flota inglesa estaba en buena parte compuesta por piratillas y/o barcos financiados privadamente, para los que el objetivo 2 de los anteriormente citados era mucho más importante que el 1 o el 3, que básicamente les importaban una higa
  2. Los buques de la Grande y Felicísima que retornaron, que fueron muchos, venían bastante perjudicaditos, así que decidieron recalar en Santander y San Sebastián, en lugar de ir a los más lógicos puertos de Lisboa y Cádiz
  3. Dirigirse a los puertos del Cantábrico (objetivo 1), daría tiempo a los españoles a prepararse para proteger los objetivos 2 y 3
Vais imaginando lo que iba a pasar ¿no? Tal vez en un intento algo pueril por mantener las formas, Drake no se dirigió directamente a por la plata y el oro, sino que decidió asaltar algún puerto más o menos serio que le pillara de camino y no se le ocurrió otra cosa que parar en La Coruña, que es un sitio extraordinario para ir de turismo, pero no tanto para conquistar al asalto.

El 4 de Mayo se presentó la flota inglesa frente a La Coruña y enseguida comenzaron a desembarcar soldados y más soldados. El día 6 se produjo el típico intercambio de mensajes que tenían los españoles de la época con sus asaltantes cuando les pedían rendición: con un máximo de 1500 soldados defendiendo la ciudad frente a la flota antes descrita le expresaron con meridiana claridad a Drake por dónde se iba a Brighton y le apercibieron de que vigilase su culo retaguardia al darse la vuelta... 

La parte baja de la ciudad fue arrasada y los asaltantes abrieron varias brechas en las murallas, pero fueron rechazados por los defensores, entre los que destacó María Pita, una artista de la pedrada que se ganó el rango de alférez de los tercios a perpetuidad. Los británicos insistieron hasta el día 18 en que fueron definitivamente rechazados y se marcharon silbando el puente sobre el río Kwai. Eso sí, con varios centenares de muertos y un número aún mayor de bajas por deserción. No haré comentarios respecto a los motivos que adujo Drake para explicar el fracaso: que la comida y el vino que habían rapiñado en La Coruña estaba muy mala y los soldados enfermaron e incluso murieron. Comida mala. En La Coruña. Dicho por un Inglés... 

Ni siquiera hasta aquí llegó Drake. Foto mía
Corriendo un estúpido velo sobre su aventura coruñesa, Drake, Norris y sus cuates se dirigieron a su objetivo secundario: Lisboa. Ahí sí que sí, no se podía fallar. La segunda capital Ibérica, uno de los principales puertos Atlánticos y teóricamente mal defendida ante la ausencia de la flota. Drake y Norris tomaron cada uno el mando de su parte: uno los barcos y otro los soldados. Desembarcaron 12.000 efectivos en Peniche y Dom Antonio, que iba con ellos, no tardó ni media en acercarse a Torres Vedras y proclamarse de nuevo rey, en la seguridad de que esto exaltaría al pueblo y se generaría una revuelta que expulsaría a los Austrias... pero no, no fue así.

Por mar, Drake se encontró con las dieciocho (18, recordad que Drake salió de Inglaterra con 150 velas) galeras comandadas por don Alonso de Bazán (hijo de Álvaro de Bazán, que preside el rincón más bonito de Madrid) y también con su propia indecisión. No se atrevió a entrar en el estuario del Tajo y merodeó Cascais durante días.

Por tierra las cosas les fueron muy malamente. Bazán se bastaba para defender el estuario e incluso le sobraba para hostigar desde sus galeras a las tropas de Norris, que no sabía a quién mirar de forma más aviesa, si a Dom Antonio por el ridículo de la falta de apoyo o a Drake por no moverse de Cascais. Al tercer día dio media vuelta abandonando armas y pertrechos, tanto que el aspirante a rey de Portugal se dejó en tierra el equipaje que, entre otras cosas, contenía las listas de sus principales apoyos en Portugal. En fin...

Pedro Enríquez de Acevedo, conde de Fuentes y, a la sazón, capitán general de Portugal, no daba crédito ante tan rápida huida de una tropa invasora pero, dado que estaba en inferioridad numérica, no les puso demasiados problemas para que volvieran a embarcar y salieran pitando de allí.

La Armada ya estaba en un estado manifiestamente mejorable, tanto material como humano. La enfermedades afectaron a la práctica totalidad de los hombres, que iban cayendo como chinches. Según dice un tal Thomas Fenner en comunicación as Sir Francis Walsingham, secretario de la reina Isabel:

"...but the men were nearly all seized with sickness; out of 300 men only three escaped from the sickness, and 114 died in his ship. The service this year and the last had cost him 1,800£. Intends to employ the remainder of his fortune in a "journey" to the Indies..."

o sea
"... pero los hombres estaban casi todos afectados por la enfermedad; de 300 hombres solo tres escaparon a la enfermedad y 114 murieron en su barco. El servicio este año y el anterior le había costado 1.800 libras. Tiene intención de utilizar el resto de su fortuna en una expedición a las Indias..." ("Me voy a las Indias, lejos de los piraos ibéricos éstos", añado yo). Por cierto, este fue uno de los inversores privados en la campaña.
Así las cosas, habiendo obviado el objetivo 1 y fracasado en el 3, Norris ya no pintaba nada allí y se volvió a Inglaterra con buena parte de sus soldados enfermos, que se encargaron de esparcir sus miasmas y enfermedades por todo el sur de Inglaterra redondeando así el éxito de la expedición.

Mientras, Drake se quedó con 20 barcos para intentar salvar algo de su honor haciendo lo que mejor se le daba: piratear y hacer que cumplía, al menos parcialmente, el objetivo 2. Pues tampoco, lo que quedaba de la flota no estaba en condiciones de hacer daño a nadie que se quisiera y pudiera defender. ¿He dicho defender? ¡Pues ataquemos a alguien que NO se pueda defender! Y justo eso fue lo que hicieron Drake y sus valientes. 

Desde la Isla de Sálvora, dos rías más al norte de Vigo, pero nos vale. Foto mía

El 29 de Junio de 1589 Drake se lanza sobre Vigo, que es defendido por 94 vecinos. La razia dura unos tres días, el 2 de Julio Drake pone proa hacia Inglaterra dejando Vigo absolutamente arrasada:, casas, iglesias y conventos en ruinas, campos quemados y los pocos víveres que pillaron rapiñados o destruidos. Aún así, según algunas fuentes en el ataque murieron otros 300 ingleses.

Toda la operación había sido un absoluto desastre y debería ser uno de esos casos que se estudian en los másteres del universo de gestión empresarial (y no las pollás que enseñan, me permito añadir). Falló todo: el reclutamiento, la fijación de objetivos, su comunicación, su seguimiento, los incentivos del personal, el entrenamiento de los participantes, la elaboración de "planes B", etc. ¡estaba todo al revés! La consecuencia directa fueron unos 10.000 ingleses muertos, varios barcos perdidos y 100.000 libras tiradas a la basura. A cambio España no sólo no perdió, sino que acrecentó su dominio oceánico. Sí, ya sé que incluso a nosotros nos cuesta creerlo, asumida como tenemos la historia del desastre de la "Invencible", pero el dominio español de los mares fue mucho mayor después de ella que antes. En la década de 1590 España fue capaz de transportar con casi total tranquilidad EL TRIPLE de oro y plata a la península desde América que en la de los 1580. A España le quedaban otros 100 años dominando los mares del mundo.

¿Y Drake? Pues ya estaba el hombre imbuido del espíritu de Pierre Nodoyuna y así seguiría hasta el final de sus días. La capacidad autojustificatoria de Drake era pareja a sus dotes marineras, que no eran pocas en absoluto, pero aún así, aunque el desastre de 1589 no llegó a hacerle caer en desgracia del todo, sí le colocó en un grisáceo segundo plano. Volvió a sus principios piratilleros y siguió atacando territorio español siempre que pudo, la diferencia es que ni él era ya el que fue, ni los españoles de la época se habían quedado a verlas venir. Aprendieron de los ataques británicos de todo tipo y reforzaron y modernizaron las defensas. En 1595, después de un encuentro no muy feliz para él con Carlos de Amésquita en Cornualles, Sir Francis encabeza junto con Hawkins una nueva campaña al Caribe, pero se le ocurre la brillante idea de atacar Las Palmas en el camino. No sólo es rechazado, sino que algunos de sus hombres son capturados y cantan la Traviata. Los canarios mandaron un velero rápido a Panamá y cuando Drake llegó medio Caribe estaba esperándole. Fracasó de nuevo en Puerto Rico y acabó diñándola de fiebres frente a Portobelo, donde tampoco pudieron sus hombres entrar.

A modo de brevísima conclusión


Sir Francis Drake fue un más que estimable marino, valerosísimo (sobre todo en su juventud) corsario y audaz capitán que infligió no pocas y dolorosas heridas al imperio Español en la década de los 1580. Tal vez como ejemplo del principio de Peter, cuando fue ascendido a vicealmirante su estrella cambió y comenzó a meter la pata hasta el corvejón. Sus acciones se inscribieron en las hostilidades hispano-británicas de finales del XVI durante las que Inglaterra no tenía aún el fuste necesario para optar a la posición dominante que España ocupaba.

En concreto, los episodios de la Grande y Felicísima y la contra-armada inglesa fueron talmente como una eliminatoria de la Champions en la que, tanto en la ida como en la vuelta, los equipos locales vencieron a los visitantes con su puntín de suerte y no poco de disparos en el pie por parte de los contendientes. Cada equipo ganó en su casa, pero el vencedor del partido de vuelta arrasó y se llevó la eliminatoria, garantizándose la hegemonía durante años.

Por cierto ¿a alguien le suena una eliminatoria entre ingleses y españoles en estos días?

Por último, no me resisto a copiar el último párrafo de uno de los textos que he leído para escribir esta entrada Es de un tal Wes Ulm, en algún momento relacionado con Harvard y tiene un cierto "tonito":

" The next time you encounter another newspaper article heralding the almost inexplicably fast rise of Hispanic culture and the rapid movement of Hispanic peoples into the US, think back to the 1500s and recall that this cultural colossus, with a common mooring in the culture of Spain, could have easily been cut down to size by a few changes in the execution of a battle plan by some deservedly famous English soldiers in 1589. The expedition by Drake and Norris in that year is probably an event you’ve never encountered until now, but the decisions made and battles encountered by that invasion force would exert a tremendous impact on the unfolding of events both in Europe and the Americas. Its effects can be seen every day you stroll by one of those seemingly ubiquitous “Se habla español” signs in the window of a local shop."

o sea

" La próxima vez que se encuentren otro artículo pregonando el casi inexplicablemente rápido ascenso de la cultura hispana y el rápido movimiento de gente hispana a los EEUU, remóntense al siglo XVI y recuerden que este coloso cultural, con un ancla común en la cultura española, podría haber visto fácilmente reducido su tamaño con unos pocos cambios en la ejecución de un plan de batalla por algunos merecidamente famosos soldados ingleses en 1589. La expedición de Drake y Norris en ese año es probablemente un hecho con el que no se han encontrado hasta ahora, pero las decisiones tomadas y las batallas luchadas por esa fuerza de invasión tendrían un tremendo impacto en el desarrollo de los acontecimientos tanto en Europa como en América. Sus efectos se pueden ver cada día que pasen por delante de uno de esos carteles que parecen estar por todas partes: "Se habla español" en el escaparate de cualquier tienda."

Así, como diciendo...

Saludos desde Tokio. 


3 comentarios:

  1. Una vez más, interesantísimo, Don Fernando. Este me ha gustado más que el previo, por ser más de barcos y marinos y rescatar de nuevo el riquísimo acerbo de nuestra Historia. Pero fuera de Coruña, ¿quién en este país recuerda a María Pita? Fuera de Vigo y sus localidades aledañas, ¿quién ha oído nunca hablar de la batalla de Rande y su leyenda del galeón hundido allí con sus riquezas? ¡Diablos, que hemos olvidado de verdad quiénes somos!
    Muchas gracias de nuevo por estas aportaciones.

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    1. Estimado don Álvaro, aparte de presidir la plaza de la Villa tiene Vd. tiempo y ganas de pasarse a saludar…

      Muchas gracias, no las merece

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  2. Bueno yo se quien era Maria Pita y la batalla de Rande , pero sé lo que quiere decir .
    Afectuosamente
    Francisco Castella Lancha (marino)

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