Supongo que el más popular era el camarero, incluso creo recordar que el
actor que lo encarnaba hizo unos cuantos bolos por España. Ahora que lo pienso
¿no protagonizó el anuncio de una bebida? ¡Sí, hombre! ¡No sé qué piña colada!
Creo que no hay duda que era el personaje de la serie más famoso en España,
pero aparte de él estaban el capitán, el médico, el sobrecargo feucho, la rubia
e, incluso, en los últimos años, la hija del capitán, que pasó de ser una niña
monilla a una adolescente más bien poco agraciada. Eran los personajes
principales de "Vacaciones en el mar" (o "El barco del
amor" en su título original), pero aparte de ellos hubo una larguísima ristra
de personajes invitados, algunos lindando lo friki. En esta serie debutó Tom Hanks, por ejemplo.
Tede Lange como Isaac Washington. De la wiki |
Por segunda vez en los últimos meses confieso un secreto inconfesable de mi
niñez: a mí me gustaba "Vacaciones en el mar". No tanto como
"Los Roper", pero me gustaba. La serie tenía un conceto curioso:
personajes fijos y personajes móviles con historias amables y entremezcladas y
final feliz a bordo de un barco que surcaba el Pacífico y que llevaba el
inequívoco nombre de "Princesa del ídem" (quicir, del Pacífico) y que
solía parar en Acapulco y Puerto Vallarta (Jalisco (¡no te rajes!)).
Ya os he contado alguna vez que un crucero se parece tanto a mi ideal de
vacaciones como una feliz estancia de 6 meses en un campo de concentración de
Kampuchea, aunque he de reconocer que no he probado ninguna de las dos cosas...
y espero que así siga siendo, pero, por motivos que escapan a mi razón, parece
que hay gente a la que le va el temita. El de los cruceros, claro, el otro
supongo que a Pol Pot y cuatro más. Tanto aficionado hay a la tortura crucerita
que ahora hay cienes y cienes de navíos que podían dedicarse tan a gusto a
transportar rabos de boina de puerto en puerto favoreciendo el comercio mundial
y, en cambio, se dedican al crucero de placer (?!?). Sin embargo, no hace
tanto hubo otra Princesa del Pacífico que tuvo misiones de más altas miras que
llevar en sus entrañas a 1000 turistas dispuestos a bailar la conga alrededor
de la mesa del capitán, que ya me contarán Vds. si eso no es el colmo del SIMON BOS®.
Partamos hacia el Norte, otra vez
En nuestra última y distante entrada nos enteramos de lo acontecido en la
segunda expedición al Noroeste, la integrada por Bodega y Quadra y Hezeta
(1775), que mejoró sustancialmente lo conseguido en la anterior, un año antes.
Tanto Bodega como Hezeta fueron ascendidos, a Teniente de Navío y Capitán de
Fragata respectivamente, por lo conseguido en su expedición. En 1776 el
ministro de Indias José de Gálvez (tío de nuestro viejo amigo Bernardo, el de Pensacola) se carteó con el Virrey Bucareli para
informarle de que el rey Carlos III aprobaba el asunto de seguir mandando
expediciones, peeeeeeeero 1776 fue el año de la explosión definitiva de
hostilidades de la independencia de los futuros EEUU y parte de los ya escasos
recursos del reino se dedicaron a ayudar a los rebeldes. Como consecuencia, la
tercera expedición al Noroeste se retrasó, lo que tuvo su parte positiva, ya
que al final fue, de largo, la mejor preparada de las tres.
Retrato de la Sra. esposa de Cook. No me extraña que no parara de viajar, el tío. De la wiki. |
La leyenda no siempre casa con la realidad. En la primera de nuestros tres entradas sobre los pájaros y el NO, mencionamos la historieta de las cucharas del "Santiago" y su importancia a la hora de fijar fronteras. Lo que no cuela, Jaimito, es que te sorprendieras al encontrarlas ... ¡Pero hombre, si llevabas los mapas y el diario!
Volviendo a lo nuestro, estábamos en que se había decidido acometer una tercera expedición, que sería la...
Expedición de Arteaga y Bodega y Quadra de 1779
Por desgracia, andábamos cortos de pastizara.Y de barcos.
Y de bípedos implumes.
Así que la tercera expedición al Noroeste tuvo que sea pospuesta sine die. Al menos no se perdió el tiempo del todo y poquito a poquito fueron preparando cosas. Se procedió a construir un nuevo barco en los astilleros de San Blas: el Nuestra Señora del Rosario. Al mismo tiempo, Bodega fue enviado a su Perú natal a comprar otro barquichuelo, que resultó ser una fragatita de 22m de nombre Nuestra Señora de los Remedios. Pero, claro, con nombres tan largos y tan parecidos, ni los expedicionarios ni nosotros íbamos a llamar a las fragatas de esa forma, así que fueron denominadas Princesa y Favorita, respectivamente y puestas al mando de Ignacio de Arteaga, que era también el jefe jefazo de la expedición, y de nuestro amigo Bodega. Mourelle volvía a acompañar a Bodega como segundo de a bordo.
Lentos pero seguros, el 11 de febrero de 1779 un total de 198 paisanos estaban listos para zarpar, cargados con suministros para algo más de 1 año y con los objetivos esperables. A saber: tomar posesión de la costa entre los 50º y 70º N (aquí se pasaron siete pueblos de optimistas), caer simpáticos a los lugareños, informar de posibles navíos y/o asentamientos ingleses o rusos... lo normal. El 3 de mayo ya habían echado el ancla en Puerto de Bucareli y estaban dispuestos a comenzar la misión en serio. Las primeras semanas fueron relativamente tranquilas, dedicadas sobre todo a reconocer la costa en lanchas y aprovisionarse de agua, leña y demás zarandajas, aparte de dejarse robar por los lugareños, que parecían dados al temita.
Mapa entre los 59º30' y los 61º realizado en la expedición de 1779 |
El 13 de Junio, sin embargo, surge el primer contratiempo. Dos marineros decidieron desertar o, al menos, darse un garbeo con los indios (y, seguramente, con las indias); en algún momento los lugareños dejan de mostrarse amistosos y colaboradores, trincan a los dos marineros y les hacen pasar una noche toledana a más de 8.000 km de Toledo. En el intento de rescate posterior las cosas se lían y, aunque los marineros son rescatados con vida, la palman dos indios. Después de la noche de torturas con los indios, Arteaga ordenó que los dos marineros... fueran azotados públicamente. Cien latigazos a cada uno, por poner en peligro la seguridad de la misión. Y por listos.
El 1 de Julio abandonaron la zona del Puerto Bucareli, que es hoy la parte más meridional de Alaska, y se lanzaron en busca de los 70º N ordenados. Enseguida se encuentran con que la costa comienza a tender hacia el Oeste y acaban fondeando el día 22 en la actual isla de Hinchinbrook, llamada por ellos Isla Magdalena y que es, poco más o menos, lo más al norte que se puede llegar en el golfo de Alaska, a algo menos de 61ºN. Durante un par de semanas exploraron aquellos andurriales, con tomas de posesión incluidas, así como encuentros con esquimales, descripción de montes y volcanes... pero el tiempo empezó a ponerse shungo y la enfermedad a hacer seria mella, así que el 7 de Agosto se decide iniciar el retonno. Por el camino ambas fragatas se separan, pero llegan con diferencia de solo un día a San Francisco el 14 y 15 de septiembre, dando por finalizada la expedición.
Una vez más, no vieron ni británicos ni rriusos por el camino, lo que tal vez dio una falsa sensación de seguridad que derivó en un nuevo enfriamiento del interés expedicionario. En concreto, no vimos a don James Cook, que había estado por allí unos meses antes, pero justo en la semana de la partida de Arteaga y Bodega desde San Blas, estaba bastante ocupado siendo asesinado en Kealakekua Bay (Hawai). Además, estábamos de nuevo en guerra con Inglaterra (nos metimos en la guerra de independencia de los EEUU), lo que no evitó que ellos sí que siguieran husmeando y estableciendo rutas comerciales. España perdió la delantera en esos años y nunca la recobraría.
Aún así, nuestra presencia por la zona no se terminó en absoluto y tal vez algún día vuelva a estas páginas. De hecho, es posible que incluso nos reencontremos con Bodega, que fue ni más ni menos que negociador español en las convenciones de Nutka con Vancouver sentado al otro lado de la mesa. Irónicamente, Vancouver había continuado la senda exploratoria que Bodega comenzó y no le dejaron continuar...
Y, en fin, esas fueron las tres primeras grandes expediciones a Alaska, a ver si para la próxima entrada buscamos un lugar algo más acogedor o, al menos, menos frío... que como paraíso Alaska es manifiestamente mejorable.
Con Dios.