domingo, 9 de febrero de 2020

Panolys en la Nueva Nueva España (II): Rematando el desierto


Nos habíamos quedado entrando en nuestro hotel de 29 Palms después de unas cuantas fotos nocturnas al estrelladísimo cielo por cima del Parque Nacional de los árboles de Josué y de la cena in extremis en un localillo de la zona.



A la mañana siguiente, después del desayuno de batalla en el hotel, repostamos para afrontar un largo día de desierto con temperaturas de récord en el Mojave y El Valle de la Muerte. En el primer repostaje nos damos de bruces con la brillantez ingenieril de Noboru Ōe y el consumo del poderoso Eclipse. Bajar de 8 l/100 km suponía llevar al límite mi legendario pie derecho de terciopelo. Repostamos, como digo, y nada más salir de 29 Palms vemos un cartel que rezaba “No services in 110 miles”. Jocosos comentarios a bordo sobre lo bien que habíamos hecho llenando el depósito y comprobando los neumáticos.

...20 millas después tuvimos oportunidad de recordar a Kazuhiro Ōe cuando se volvió a encender el testigo de baja presión en los neumáticos. En medio del Mojave. Por cima de los 40 (o de los 104 de los de allí). A las 0830. Risa nerviosa. Sudor frío por la espina dorsal.

Algunos somos tan torpes que ni con iluminación del Altísimo
encontramos el camino. Mojave lava tube.
Afortunadamente, un tercer miembro de la familia Ōe, Koichiro Ōe -el más espabilado de los tres- trabajaba en la sección de acabado y accesorios de la MMC y había tenido la feliz idea de meter un medidor de presión en el manual de instrucciones del coche. En serio, lamento no tener fotos, pero allí estaba. En fin, que medí, que aquello daba bien y que decidimos tirar palante, al menos hasta Amboy. Allí, en Amboy, volví a medir y ajustar presiones en una gasolinera de película en la antigua ruta 66. Todo correcto así que, a pesar de tener que enfrentarnos a los primeros km de camino sin asfaltar del viaje, seguimos hacia la primera parada AnlTVECI, S (Aquí no le trae Viajes El Corte Inglés, Señora) del viaje: el tubo de lava del desierto del Mojave (35.21378, -115.7532). Dejas la carretera principal (ja, jaja, jajajaja!) por la que hacía 50 km que no te habías cruzado con nadie, tomas un camino de tierra con poco o ningún mantenimiento de unas 5 millas, aparcas en medio del desierto, subes 200 m por una ladera de lava negra buscando un agujero que te han dicho que está ahí… y, oye, ¡que está! Con un poco de canguis, moderado por el hecho de que justo allí, sorprendentemente, había cobertura, nos ponemos los frontales y bajamos al burejo. Fuimos un poco antes de la hora ideal para pillar los rayos de sol, pero no se puede tener todo. Huelga decir que no había nadie ni parecía que lo fuera a haber a lo largo del día. Ah, se me olvidaba, con el lío de los neumáticos y el calor que ya facía decidimos (eufemismo) saltarnos las dunas de Kelso (34.892319, -115.699240), aunque las vimos desde la carretera. El plan original (excesivamente ambicioso a todas luces) contemplaba una parada en las dunas e incluso la ascensión a una de ellas. Íbamos a tener cumplida ración de dunas y de arena más adelante.

En este entorno tan agradable está el tubo de lava. Ni un alma en todo lo que veis. Lo del fondo son volcanes

Tras el éxito del agujero de lava, que he de reconocer que me reportó una ligera e inesperada subida de autoestima por la ausencia de contratiempos, nos vamos hasta Baker. Éste es un pueblín típico de carretera desértica, con cuatro restaurantes, una tienda de cecina de carne de marciano (literal), un par de gasolineras y 44 gradines a las 13:00. Bastante soportable, lo bueno viene ahora. Justo antes de entrar en El Valle de la Mueeeeeeerte cruzamos el viejo camino español. Si, el viejo, aunque de hecho no es el más viejo. 

De este camino ya hemos hablado en el pasado, cuando mencionamos a Armijo, después cuando hablamos de Anza y, finalmente con el lío de Yuma. Por no enrollarnos os recordaré que, ya bien entrado el siglo XVIII, cuando a los virreyes les dio por explorar la Alta California, decidieron que había que buscar un camino terrestre para llegar a ella desde México. Anza lo abrió en 1770ypocos, pero sólo unos años después, en 1781/82 pasó lo de los quechan en Yuma y el camino quedó cortado en la práctica. Como los españoles nunca hemos sido de abandonar a la primera... bueno, a lo mejor sí, pero esta vez no fue así... vamos, que se siguió intentando el viaje desde la zona de Arizona-Nuevo México a California, por caminos mucho más hacia el norte que, de hecho, cruzaban el Colorado por cima del Gran Cañón. La base de la nueva ruta la habían establecido dos Frays (Domínguez y Escalante, ya los traeremos aquí otro día) prácticamente a la vez que Anza hacía la suya. Años después, Antonio de Armijo remató la faena y dejó abierto el camino español. Paradójicamente, cuando eso sucedió aquello ya no era España, pero con toda justicia el camino se llamó, y se llama, camino español. Los americanos del norte, que son un poco ambivalentes con esto, igual derriban estatuas de Fray Junípero que te ponen campanas todo a lo largo del antiguo Camino Real, lo tienen marcado como "National Historic Trail". Bien me parece. De hecho, poco me parece.

Ese pedazo de vergel que atraviesa el camino. Así debe dar gusto caminar o ir en carreta. No debieron comer polvo...

Ya me disculparán VVMM las pintas.
Justo después de la foto pasó a marcar ERROR
Bueno, dejamos los trastos en Shoshone (peaso de nombre para un pueblo) en un hotel que ni recomiendo ni dejo de recomenar, pero tiene buena ubicación para lo que queríamos. Ahí os dejo el enlace. A eso de las 1600, buena hora, ponemos rumbo a Badwater por el lado del valle (36.229924,-116.767264). El termómetro que llevé para hacer la foto graciosa en Badwater dejó de marcar por cima de los 49ºC. Luego supimos que la temperatura oficial ese día fue 51ºC. De Badwater a Zabriskie Point (36.420841, -116.809733)  con unos muy agradables 46ºC y de ahí trepamos a Dante’s View (36.220759, -116.726432) con unos fresquitos 35ºC. Dante’s view está justo al lado de Badwater, pero 1700 y pico metros por encima y ofrece unas vistas del valle y de las montañas de Panamint bastante sobrecogedoras. A mi juicio, imprescindible subir; en un viaje anterior lo hice a primera hora de la mañana y en esta ocasión a última de la tarde, creo que mejor por la mañana, si os cuadra... Bajando de Dante’s view nos volvió a atacar Kazuhiro Ōe, no ya solo con lo de los neumáticos sino diciéndonos que nos habíamos quedado de golpe sin gasofa. Un genio, Kazuhiro. En fin, modo (aún más) ahorro hasta la gasolinera más cercana, que era tb nuestro hotel, cena en el único garito de Shoshone y a la piltra, que mañana hay que madrugar (también). Ah, otra cosa: lechugazo gordo por repostar en Shoshone. Dos dólares por galón por cima de lo normal (de tres y pico a cinco y pico)

El Valle desde Dante's View
Acabamos de entrar en espacio aéreo canadiense, por cierto. No sé si atreverme, hay un pasajero dos filas por detrás que me mira raro y tiene pinta de piesplanos. Mejor ya olvido el temita, total...


Bien, a la mañana siguiente tocaba cruzar El Valle de la Mueeeeerte. Empezamos parando en el centro de visitantes, donde estuve a punto de convertirme. Con una previsión de 50ºC a la sombra para ese día, los testigos de Jehová estaban montando el tenderete proselitista en el EXTERIOR justo al lado. Si eso no es la verdadera fe, se le debe parecer mucho. 


Zabriskie Point
He mentido (si me hubieran convertido los testigos no habría podido hacerlo), antes de eso volvimos a parar en Zabriskie Point, que pilla de paso y queríamos ver con otra luz. Seguimos con parada en las Mesquite Sand Dunes (36.605891, -117.116210) a quitarnos el mono de arenas y dunas con un paseíllo antes de que aquello se convierta en un horno digno del nombre de las cercanas  Furnace Creek y Stovepipe Wells. 


Las Dunas de Mesquite

El siguiente punto era  uno de los imposibles del viaje: pillar algún caza en Star Wars canyon (la mejor perspectiva es desde (36.3588598, -117.5328216)). No pasó ni uno en el rato que estuvimos, así que este punto AnlTVECI, S no pudo ser conquistado. Por cierto, como os podréis imaginar, el nombre familiar a este cañón le viene dado porque en él se rodaron algunas escenas de "La guerra de las galaxias", pero la fama le viene más por las peaso fotos de los cazas (y no tan cazas) que entrena vuelo entre cañones por allí. En fin, disfruten... 

La mayor rabia fue que desde la siguiente parada oímos, que no vimos, varios paratos yendo para allá. De hecho esa siguiente parada también es AnlTVECI, S: el Mobius Arch (36.611139, -118.124909) cerca de Lone Pine. Es una zona de pedruscos de distinto pelo, accesibles de forma bastante cómoda en coche y con la gracia de estar casi al pie del pico más alto de los “estados contiguos”, como ellos dicen, que aún conservaban nieve, lo que viniendo de los 50 y nivel inferior al del mar, tiene su gracia. Perdón, se me olvidaba que nos saltamos la parada en el U2 point. Hacía mucho calor, no nos apetecía más polvo desértico y, total, el Joshua tree de la foto ya no está, se cayó hace tiempo. Por si a alguien le interesa (36.3308800, -117.7452700). Muy AnlTVECI, S.

El Arco de Mobius y el Monte Whitney
Comimos en Lone Pine, en el garito donde servían las “mejores hamburguesas de la ciudad”... no me gustaría probar las pedores. Sí, me he saltado completamente la dieta estas dos semanas. Aún así he adelgazado aún dos kilos más y ya parezco el primo aún más escuchimizao de un maratoniano eritreo. Eso sí, debí batir el récord de más rellenados gratis de vaso gordo de CocaCola. ¡Qué sed, poDió! Por cierto, si ya aquí me miran raro por pedir el CocaCola sin hielo, allí les faltaba ná para llamar a los loqueros. En serio, se quedaban mirando en plan “¿Ha dicho Vd. lo que creo haber entendido? ¿SIN HIELO?” Sí, sin hielo. Si bebo un Cocacola quiero cocacola, no aguachirri. Mi velocidad de trasiego da para que no se caliente, no se preocupe. Lo mismo con el Arnold Palmer. Gran invento el Arnold Palmer, ya os contaré más adelante.

Y, aunque la hamburguesa demostró ser manifiestamente mejorable, creo que es un buen momento para una pausita, que llevamos unos días de lo más intenso y aún nos quedan muchas millas antes de coger la piltra. Justo a las afueras de Lone Pine hay otra parada AnlTVECI, S de la que hablaremos en la próxima entrada.

Con Dios.




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