Como ya os he dicho varias veces, no pretendo con este blog dar información histórica ni artística de los sitios que visitamos, para eso ya hay güés especializadas, guías y gente que sabe mucho más que yo de eso. Sin embargo, preparando mis viajes muchas veces he echado de menos la información práctica imprescindible para ajustar los tiempos y no tener que pensar demasiado una vez sobre el terreno o, al menos, que esa información estuviera más o menos estructurada. Este día, el de la visita de Kioto, es el ejemplo típico. No tendréis dificultad en encontrar fotos, información, datos, historia... sobre cada una de las visitas del día, pero para sacar el máximo partido a un día en Kioto hay que tener un programa bastante claro de los movimientos que vamos a hacer.
Kioto es una ciudad rara, al menos a mi me lo parece. En muchos aspectos es una ciudad japonesa más, pero desde luego que tiene un espíritu distinto en otros y algunos monumentos sencillamente grandiosos. Hay gente que espera una ciudad antigua a la europea, con su centro histórico más o menos compacto por el que perderse y le choca encontrarse con una ciudad moderna y grande, en la que las visitas están bastante lejos unas de otras y además están rodeadas de edificios modernos. Si creemos lo que nos dicen, se salvó de la destrucción en 1945 por los pelos, incluso en medio de un desastre como es la guerra a veces hay decisiones juiciosas...
Hay múltiples excursiones organizadas que incluso nos ofrecen en los hoteles para ver Kioto en un día, pero ninguna incluye todo lo que yo quería ver. Lo normal es que se visiten 4 monumentos y el centro de artesanía.
Para hacernos una idea de lo que esconde Kioto, preparé una programa de 6+1+1 visitas: 6 en el programa estándar, una por la noche y la de Inari que ya hemos visto en el día anterior. De todas ellas tuvimos que prescindir de una por cansancio y ralentización de la jornada, pero creo que es posible hacerla sin demasiados problemas. Las que corresponden al día de hoy son las siguientes:
Kioto es una ciudad rara, al menos a mi me lo parece. En muchos aspectos es una ciudad japonesa más, pero desde luego que tiene un espíritu distinto en otros y algunos monumentos sencillamente grandiosos. Hay gente que espera una ciudad antigua a la europea, con su centro histórico más o menos compacto por el que perderse y le choca encontrarse con una ciudad moderna y grande, en la que las visitas están bastante lejos unas de otras y además están rodeadas de edificios modernos. Si creemos lo que nos dicen, se salvó de la destrucción en 1945 por los pelos, incluso en medio de un desastre como es la guerra a veces hay decisiones juiciosas...
Hay múltiples excursiones organizadas que incluso nos ofrecen en los hoteles para ver Kioto en un día, pero ninguna incluye todo lo que yo quería ver. Lo normal es que se visiten 4 monumentos y el centro de artesanía.
Para hacernos una idea de lo que esconde Kioto, preparé una programa de 6+1+1 visitas: 6 en el programa estándar, una por la noche y la de Inari que ya hemos visto en el día anterior. De todas ellas tuvimos que prescindir de una por cansancio y ralentización de la jornada, pero creo que es posible hacerla sin demasiados problemas. Las que corresponden al día de hoy son las siguientes:
- Templo de Kiyomizu dera
- Templo de Sanjusangendo
- Castillo de Nijo
- Kinkakuji
- Templo de Ryoan-ji
- Yasaka Shrine
- Heian Shrine (esta es la que no hicimos)
Están puestas en el orden que nosotros seguimos y el que os recomiendo, sobre todo si tenéis el hotel en la misma zona que yo.
Comenzamos...
Primero una nota general sobre los autobuses. Recordad que ayer compramos el pase de un día para usarlo hoy. El periodo de validez comienza a contar desde el primer uso, así que nos valdrá todo el día de hoy. A los autobuses se sube por la puerta trasera y se paga al salir (en nuestro caso se pasa la tarjeta) en una maquinita situada junto al conductor, ya que se sale por la puerta delantera. No hace falta recordar que se conduce por la izquierda, así que el conductor está "al otro lado".
No estaría de mas descargarse el plano de autobuses de Kioto para ir haciéndose una idea antes del viaje. Al comprar el pase os darán otro.
Bien, cogemos el 207 en Shijo Kawaramachi para ir hasta Kiyomizu-michi. En el trayecto cruzamos el rio y nos dirigimos hacia el sur. Las paradas aparecen en una pantalla en la parte delantera del autobús, tanto en caracteres nipones como europeos, así que no es complicado saber cuando bajarse. La parada en la que nos bajamos es esta:
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Desde aquí tomamos la cuesta que sube a la izquierda hacia Kiyomizudera (unos 10 min. a pie). Por el camino pasamos por una calle estrecha llena de tiendas y puestecillos hasta llegar a la puerta del templo. La entrada son 300¥ por persona de día y 400¥ por la noche. No he tenido oportunidad de verlo nunca iluminado, pero debe ser espectacular.
Edificio principal de Kiyomizudera |
Después de haber visto la nave principal bajamos a los tres chorritos que dan nombre al templo. Hay que beber de los tres. Para los muy tiquismiquis, los cacitos están esterilizados (se supone) por ultravioletas, pero también podéis comprar unos vasitos individuales allí mismo. Teóricamente los tres tragos nos darán longevidad, salud y sabiduría; yo he bebido ya 5 o 6 veces y:
- Sigo vivo
- Tengo algunos achaques, pero aceptables
- Sigo siendo igual de lerdo
Así que digamos que el agua tiene un 50% de eficiencia. Pongámoslo en perspectiva, eso ya debe ser más que la que obtiene el agua de Lourdes. Buda 1 - Virgen de Lourdes 0
Los tres chorritos de Kiyomizu |
Una vez garantizada nuestra vida, salud y sabiduría, ponemos rumbo a la segunda visita del día. Para ello volvemos a la misma parada en la que nos bajamos para coger ahora el 206. Nos bajamos en Hakubutsukan Sanjusangendo-mae. La parada es esta, no os acostumbréis a que las cosas estén tan claritas en cuanto a qué dirección tomar una vez bajéis del autobús:
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Sanjusangendo no es demasiado espectacular por fuera, pero contiene un tesoro absolutamente impresionante: 1000 (mil, bueno, en realidad mil una) estatuas de la diosa Kannon del siglo XIII. tal vez por eso es algo más caro que el resto: 600¥. En el interior no está permitido hacer fotos y ese día me sentía muy legal, así que os muestro una de la Wiki:
No dejéis de fijaros, en la parte de atrás, en una viga antigua retirada tras una restauración en la que hay clavadas docenas de flechas procedentes de las competiciones de tiro con arco que tenían lugar aquí.
Si todo os ha ido bien y sin haber madrugado demasiado, debe ser más o menos la hora de una comida temprana, al menos un tentempié, así que nuestro próximo alto será en la zona de la estación, para lo cual tomamos el 206 o el 208 en la misma parada de antes. Alrededor de la estación hay muchos sitios en los que comer algo, además aprovechamos para reservar el tren que tomaremos mañana hasta Odawara (datos concretos en la próxima entrada).
Una vez finalizado el repostaje seguimos la ruta hasta el castillo de Nijo tomando el 9 hasta Nijo-jo mae. No esperéis un castillo tipo Alcázar de Segovia, de hecho he dudado en llamarlo castillo, pero finalmente me he atenido a lo habitual. La entrada: otros 600¥, se va haciendo estándar. La visita os llevará más o menos una hora, sin correr demasiado e incluyendo parte de los jardines. Lo que siempre recuerda la gente de este sitio es el "suelo del ruiseñor". Es curioso, desde luego...
Tras la visita volvemos a la misma parada y cogemos el 12 rumbo norte hasta Kinkakuji mae. A continuación tenéis la parada, la entrada a Kinkakuji está cruzando la calle desde ahí y ligeramente a la derecha (justo a la espalda del observador en esa toma). 400¥ por cabeza.
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En Kinkakuji tenemos otra de LAS fotos de Japón:
Pagoda dorada en Kinkakuji. Desgraciadamente en un día de lluvia |
Fuente en el jardín de Kinkakuji |
Aquí tenemos un paseíto circular por los jardines que nos acaba llevando de vuelta a la entrada y a la misma parada de autobús, donde cogeremos de nuevo el 12 hasta el final de la línea, no lejos del templo de Ryoanji. En este viaje se nos hizo tarde y, como cierran a las 1700, cogimos un taxi desde Kinkakuji. En alguna otra ocasión he ido andando y es poco menos de media hora. En este caso, los monjes se conforman con 500¥ de entrada.
Ryoanji está rodeado de jardines normales, pero lo que todos vamos a ver es el famoso "jardín" zen de grava y rocas:
Contemplando la grava y las rocas podemos poner la mente en blanco o bien meditar sobre algo muy trascendente tipo ¿debo preocuparme si me gustan los retretes japoneses con chorrito? Eso suponiendo que te gusten, claro.
¿Véis como no era tan complicado? Hemos terminado la jornada diurna de visitas, así que podemos volver al hotel, en nuestro caso tomando el 59.
Recordad que mañana salimos hacia Hakone y vamos a hacer uso de nuevo del envío de equipajes, en esta ocasión desde el hotel directamente a Tokio. A tal efecto es aconsejable que preparéis una pequeña mochila con lo indispensable para una noche, las maletas nos esperarán en Tokio a nuestra llegada y mientras nos moveremos sin cargas (50 € las cuatro maletas directas de hotel a hotel). Si os vais a alojar en un ryokan no tenéis que llevar ni pijama, así que más ligero no se puede viajar. En esta pequeña pausa en el hotel es el momento para pedir este servicio en recepción.
Tras el breve descanso salimos para finalizar el día a pasear por Gion, con visita al templo de Yasaka y sacar alguna foto nocturna:
Durante la visita a Gion, el barrio más tradicional de Kioto, podremos gritar "¡Mira, mira!¡Una Geisha!" y freírlas a fotos cada vez que una Geisha o Maiko asomen la nariz. Al fin y al cabo somos honrados turistas.
Y como esforzados turistas que somos, nos hemos ganado el derecho a una cena según nuestro poder adquisitivo y un buen descanso hasta mañana.
Recordad que mañana salimos hacia Hakone y vamos a hacer uso de nuevo del envío de equipajes, en esta ocasión desde el hotel directamente a Tokio. A tal efecto es aconsejable que preparéis una pequeña mochila con lo indispensable para una noche, las maletas nos esperarán en Tokio a nuestra llegada y mientras nos moveremos sin cargas (50 € las cuatro maletas directas de hotel a hotel). Si os vais a alojar en un ryokan no tenéis que llevar ni pijama, así que más ligero no se puede viajar. En esta pequeña pausa en el hotel es el momento para pedir este servicio en recepción.
Tras el breve descanso salimos para finalizar el día a pasear por Gion, con visita al templo de Yasaka y sacar alguna foto nocturna:
Farolillos en Yasaka |
Canal en Kioto |
Y como esforzados turistas que somos, nos hemos ganado el derecho a una cena según nuestro poder adquisitivo y un buen descanso hasta mañana.
En Kioto no he hecho demasiado hincapié en la gastronomía ni dado recomendaciones de restaurantes, en Tokio sí habrá, pero eso es otro día, aún tenemos que superar la prueba de Hakone para llegar allí...
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