sábado, 19 de mayo de 2012

Una semana en Japón (7). Día 6: Nikko y Tokio.

Me temo que he dejado pasar demasiado tiempo desde que hicimos el viaje a la escritura de estas últimas entradas. Algunos detalles empiezan a no estar frescos en mi memoria; a lo tonto hace justo un mes del día al que corresponde esta entrada. Espero no cometer ningún desliz demasiado grave, especialmente en los consejos de hoy.

Los participantes en pruebas rally-raid suelen distinguir entre etapas técnicas, etapas sprint y etapas de navegación. La nuestra de hoy lo tiene todo y es, sin duda, la más completa de todo el viaje. Desgraciadamente para nosotros la climatología no nos respetó y nos hizo perdernos uno de los puntos álgidos del día y, según vuestros gustos, incluso del viaje. A cambio pudimos disfrutar de Nikko con un número relativamente bajo de personas pululando, aunque la mortecina luz exigía un fotógrafo mucho mejor que yo para sacar algo decente de allí.

Hoy nos dirigimos al norte, a una región montañosa a unos 150 km de Tokio, en concreto al Parque Nacional de Nikko.  Dado que solo tenemos un día nuestra visita se centrará más en la parte "no natural" de Nikko: el conjunto de templos y santuarios de Nikko, nuestro tercer "patrimonio de la humanidad" de la semana. 

Antes de nada vamos a conocer a este señor:

Tokugawa Ieyasu, imagen tomada de la wiki
Ahí donde le veis, con la pinta de simpático que tiene, fue el primer sogún (sí, existe esa palabra en español), del periodo Edo y fundador de la dinastía Tokugawa, que duró 250 años y mantuvo Japón prácticamente en la Edad Media hasta la restauración Meiji en torno a 1868, nada menos (¿habéis visto "El último samurái"?) Viene a colación este señor porque se le ocurrió construirse un santuario-mausoleo junto a unos templos preexistentes en Nikko. Ese santuario, el Toshogu Shrine es, probablemente, el templo/santuario más suntuoso y espectacular de Japón. Nada que ver con lo que vimos en Kyoto hace solo unos días. Solo por ver este santuario merece la pena acercarse a Nikko, pero obviamente hay mucho más.

Bien, dejémonos de rodeos y vayamos al lío.

Como sé que escribo para gente muy inteligente, no os voy a decir desde qué punto de Tokio salimos hacia Nikko, solo os diré que partimos desde el km. 0 y en tren, obviamente. Como siempre armados con nuestro JRP cogeremos el Shinkansen Yamabiko 53 hasta Utsunomiya y depués la línea JR Nikko hasta Nikko:

Horario del tren de Tokio a Nikko

Varios Shinkansen en la estación

Por cierto, por si hay algún aprensivo a bordo, el Yamabiko sigue hacia Fukushima después de parar en Utsunomiya aunque, tranquilos, nosotros nos quedamos a 130 km de la central (o lo que queda de ella). Una vez en Utsunomiya, el transbordo a la línea de Nikko no tiene pérdida, está magníficamente indicado.

Tras salir de los andenes del Shinkansen nos encontramos enseguida con indicaciones de Nikko

Como habéis visto en el horario tras unas dos horas de viaje en total habremos llegado a Nikko, pero ya os dije que nuestra etapa de hoy es muy "técnica". La prueba no ha hecho más que comenzar...

Una vez llegados a Nikko, vamos a experimentar otra de las peculiaridades de Japón. Hemos llegado  usando el tren de la JR, pero hay otra compañía ferroviaria privada que usa su propia infraestructura, así que a poco más de 100 m de la estación de JR (a la que hemos llegado) hay otra estación: la de Tobu. Como resulta que esta misma compañía opera los autobuses que se mueven por la zona, es allí donde nos tenemos que dirigir. Salimos de la estación de JR, giramos a la derecha y ya vemos la estación de Tobu, solo hay que subir 100 m de cuesta. A la entrada de esta segunda estación sí que hay una oficina de información y venta de billetes. Por comodidad compramos un billete válido para dos días en el trayecto Nikko - Chuzenji-onsen (2000¥ por adulto). Allí nos dan horarios y mapas para ubicarnos aunque algunos están exclusivamente en un perfecto japonés. Los autobuses paran en unas marquesinas frente a la entrada principal de la estación Tobu. Para evitar líos, al preguntar y comprar los billetes decid que queréis ir a las Kegon falls (Kegon no taki en Japonés). Hay autobuses con mucha frecuencia y el trayecto dura unos 45 minutos, al principio por zona urbana y después por una enrevesadísima carretera que sube al lago Chuzenji, situado a unos 1300 m de altura. El día que nosotros hicimos esta visita el cielo estuvo amenazando lluvia durante toda la jornada y hacía bastante frío, lo que finalmente frustró el objeto principal de subir hasta Chuzenji, pero ya llegaremos a eso.

Al poco de iniciar la marcha el autobús deja atrás el núcleo urbano de Nikko y vemos a nuestra izquierda el famoso puente sagrado en el que, por la tarde, terminará nuestra visita. A continuación comienza la subida al lago. Al principio no es gran cosa, pero los últimos km son de aúpa. De hecho han desdoblado la carretera y la subida y bajada son por rutas completamente diferentes.

Para que os hagáis una idea. Esta es la bajada.

Según subíamos cada vez había más niebla y...¡nieve! pero claro, ya que habíamos llegado hasta allí había que intentarlo.

Y ahora, por favor, ¡PAREN LAS MÁQUINAS! ¡ENCONTRAMOS UN ERROR EN LA INFORMACIÓN RECIBIDA! De haber sucedido en España sería lo más normal del mundo, pero en Japón esto no es nada habitual. En el autobús yo iba fijándome en las paradas tanto en japonés como en caracteres occidentales para evitar líos; hay que prestar bastante atención ya que son más de 20 paradas y el autobús no se detiene en todas, pero tiene la típica pantalla en la que van apareciendo los nombres. Cuando pasamos la que en mi mapa aparecía como anterior a la nuestra pulsé el botón y nos preparamos para bajar. El autobús paró y nos bajamos... en medio de un páramo con una niebla tal que no se veía el otro lado de la carretera. Desde luego, aquello no parecía la estación de autobuses de Chuzenji-onsen y, claro, no lo era. En la carretera había un indicador hacia un hotel (hotel que no aparece en Google maps, así que debe ser bastante nuevo) así que allá me tiré a preguntar, a punto de conectar el modo pánico. Como pude me entendí en recepción, ya que su nivel de inglés era casi peor que el mío de japonés: la estación de autobuses era la siguiente parada y estaba a unos 500 metros siguiendo la carretera. Bajamos a DEFCON 3 mientras avanzábamos por la carretera. Es curioso como cambia la niebla la percepción de las distancias, las orientaciones y hasta los sonidos...

Una vez localizada la estación de autobuses no hay más que avanzar por la misma carretera, pasar un aparcamiento al aire libre a la derecha y tomar la siguiente calle a la derecha hasta las Kegon falls. En total 400 m. Era mi segunda vez en la cascada y todavía no la he visto. Para que os hagáis una idea de como estaba el patio:


Y foto prestada de la wiki de lo que se supone que íbamos a ver:


Así que poco más os puedo contar de la cascada de Kegon, al menos de primera mano. El día no comenzaba bien en Nikko y yo me sentía un poco estúpido par haber organizado tanto traslado para nada. Volvimos a la estación de autobuses y nos dispusimos a esperar el nuestro (destino Nikko JR). Como hacía bastante frío nos metimos unos minutos en la sala de espera y muy buena cara no debíamos tener ya que unas señoras que estaban allí alrededor de una estufa nos dieron algo de comer. Muy majas ellas.

Impresionante documento

Bueno, una vez tomado el autobús nos preparamos psicológicamente para ver el paisaje y seguir el mapa sin marearnos. En este caso no llegaremos hasta la última parada, sino que nos vamos a bajar en Nishisando algo antes del final. Muy cerca de la parada de autobús sale un camino hacia la izquierda que sube hacia la zona monumental. Nos encontraremos una taquilla donde podemos comprar el billete combinado para todos los templos (1000¥ aunque ¡ojo! no incluye la visita a la tumba de Don Ieyasu, a la que se accede desde su mausoleo. Se puede pagar aparte allí mismo). Nosotros aprovechamos para comer algo en un garito justo antes de entrar a la zona monumental. Básicamente vamos a visitar cuatro templos/santuarios:
Son todos muy distintos, pero están en una zona muy reducida, increíblemente integrados en el bosque. Contad con un par de horas mínimo para verlos con tranquilidad. Ojo con la hora, a las 1700 debemos estar fuera! No creo que tenga mucho sentido dar demasiadas explicaciones de los templos, hay muchos sitios de los que sacar información y lo importante es, sobre todo, disfrutar de los detalles que vayáis descubriendo. Os voy dejando unas cuantas fotos variadas de los templos. Los famosos monos que se tapan los ojos, la boca y las orejas están en unos relieves situados en lo que fueron las cuadras del Toshogu Shrine. De hecho hay monos silvestres por la zona, aunque yo solo los he visto desde el autobús y a cierta distancia.










Después de verlo todo con tranquilidad salimos del recinto por el acceso sur y bajamos una empinada cuesta hasta el río, justo frente al puente sagrado Shinkyo. 

Shinkyo

Cruzamos el río por un puente paralelo al sagrado y podemos coger el autobús para bajar de nuevo a la estación de JR, donde os recomiendo coger este tren, que nos deja en Tokio a una hora razonable, aunque si podéis coger uno anterior, mejor:


De vuelta en Tokio, os sugiero hoy cenar en un lugar que no destaca por su gastronomía, precisamente, pero es famoso en el mundo entero por esto:


El  Nishiazabu Gonpachi es el restaurante que teóricamente inspiró a Quentin Tarantino el escenario para esta lucha de Kill Bill, depués incrementó su fama cuando Koizumi san llevó a Bush jr. san a cenar a este restaurante situado en Roppongi. Para llegar allí tomaremos el metro hasta Roppongi, en la línea Hibiya y salimos a la calle por la salida 2, desde allí son unos diez minutos andando por la avenida principal. No tiene pérdida. Aunque el restaurante es muy grande, tal vez convenga que reservéis ya que suele estar bastante lleno. Para que no haya dudas:


En realidad os sugiero este sitio para cenar más que nada por el lugar al que vamos a ir después de la cena, una de mis visitas obligadas cada vez que voy a Tokio y, además, esta vez con sorpresa. 

Cuando salgáis del Gonpachi cruzad la calle y subid de nuevo hacia Roppongi. A vuestra derecha veréis un complejo de edificios muy alto llamado "Roppongi Hills". Mirad hacia arriba, vamos allí. Es complicado explicar por donde se entra, pero seguid las indicaciones a la Observation deck (1500¥, intentad llegar antes de las 2130). Hasta hace poco permitían una vista espectacular pero más o menos estándar de una buena parte de Tokio, ahora es mejor ya que permiten subir al helipuerto y ver lo mismo sin panel de cristal por medio, sintiendo el viento y oyendo el ruido que llega de abajo, que es más bien poco, por cierto. Las vistas son espectaculares y es una gran forma de despedirse de esta enorme ciudad, así que por lo general subo el último día que estoy allí aunque en este caso no fuera así.

La Tokyo Tower desde Roppongi Hills. No me dejaron usar trípode,
así que es bastante mejorable

Impresionante la ciudad desde ahí arriba. Curiosamente nunca he subido de día, no sé si la sensación será la misma. 

Roppongi es el barrio más famoso por sus clubes de todo tipo y condición, así que si alguien quiere probar algo de marcha, este es el sitio. Con vuestro permiso, no voy a dar consejos al respecto, que cada cual explore lo que crea conveniente... ;-)

Para los demás vuelta al hotel en metro o taxi (unos 1500¥).

Pues bien, se acabó nuestro penúltimo día en Japón. Mañana será un día muy tranquilo según el programa estándar y algo más movido para los que hayan ido adelantando el trabajo que os he sugerido. De momento, a descansar.












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