domingo, 9 de febrero de 2020

Panolys en la Nueva Nueva España (II): Rematando el desierto


Nos habíamos quedado entrando en nuestro hotel de 29 Palms después de unas cuantas fotos nocturnas al estrelladísimo cielo por cima del Parque Nacional de los árboles de Josué y de la cena in extremis en un localillo de la zona.



A la mañana siguiente, después del desayuno de batalla en el hotel, repostamos para afrontar un largo día de desierto con temperaturas de récord en el Mojave y El Valle de la Muerte. En el primer repostaje nos damos de bruces con la brillantez ingenieril de Noboru Ōe y el consumo del poderoso Eclipse. Bajar de 8 l/100 km suponía llevar al límite mi legendario pie derecho de terciopelo. Repostamos, como digo, y nada más salir de 29 Palms vemos un cartel que rezaba “No services in 110 miles”. Jocosos comentarios a bordo sobre lo bien que habíamos hecho llenando el depósito y comprobando los neumáticos.

...20 millas después tuvimos oportunidad de recordar a Kazuhiro Ōe cuando se volvió a encender el testigo de baja presión en los neumáticos. En medio del Mojave. Por cima de los 40 (o de los 104 de los de allí). A las 0830. Risa nerviosa. Sudor frío por la espina dorsal.

Algunos somos tan torpes que ni con iluminación del Altísimo
encontramos el camino. Mojave lava tube.
Afortunadamente, un tercer miembro de la familia Ōe, Koichiro Ōe -el más espabilado de los tres- trabajaba en la sección de acabado y accesorios de la MMC y había tenido la feliz idea de meter un medidor de presión en el manual de instrucciones del coche. En serio, lamento no tener fotos, pero allí estaba. En fin, que medí, que aquello daba bien y que decidimos tirar palante, al menos hasta Amboy. Allí, en Amboy, volví a medir y ajustar presiones en una gasolinera de película en la antigua ruta 66. Todo correcto así que, a pesar de tener que enfrentarnos a los primeros km de camino sin asfaltar del viaje, seguimos hacia la primera parada AnlTVECI, S (Aquí no le trae Viajes El Corte Inglés, Señora) del viaje: el tubo de lava del desierto del Mojave (35.21378, -115.7532). Dejas la carretera principal (ja, jaja, jajajaja!) por la que hacía 50 km que no te habías cruzado con nadie, tomas un camino de tierra con poco o ningún mantenimiento de unas 5 millas, aparcas en medio del desierto, subes 200 m por una ladera de lava negra buscando un agujero que te han dicho que está ahí… y, oye, ¡que está! Con un poco de canguis, moderado por el hecho de que justo allí, sorprendentemente, había cobertura, nos ponemos los frontales y bajamos al burejo. Fuimos un poco antes de la hora ideal para pillar los rayos de sol, pero no se puede tener todo. Huelga decir que no había nadie ni parecía que lo fuera a haber a lo largo del día. Ah, se me olvidaba, con el lío de los neumáticos y el calor que ya facía decidimos (eufemismo) saltarnos las dunas de Kelso (34.892319, -115.699240), aunque las vimos desde la carretera. El plan original (excesivamente ambicioso a todas luces) contemplaba una parada en las dunas e incluso la ascensión a una de ellas. Íbamos a tener cumplida ración de dunas y de arena más adelante.

En este entorno tan agradable está el tubo de lava. Ni un alma en todo lo que veis. Lo del fondo son volcanes

Tras el éxito del agujero de lava, que he de reconocer que me reportó una ligera e inesperada subida de autoestima por la ausencia de contratiempos, nos vamos hasta Baker. Éste es un pueblín típico de carretera desértica, con cuatro restaurantes, una tienda de cecina de carne de marciano (literal), un par de gasolineras y 44 gradines a las 13:00. Bastante soportable, lo bueno viene ahora. Justo antes de entrar en El Valle de la Mueeeeeeerte cruzamos el viejo camino español. Si, el viejo, aunque de hecho no es el más viejo. 

De este camino ya hemos hablado en el pasado, cuando mencionamos a Armijo, después cuando hablamos de Anza y, finalmente con el lío de Yuma. Por no enrollarnos os recordaré que, ya bien entrado el siglo XVIII, cuando a los virreyes les dio por explorar la Alta California, decidieron que había que buscar un camino terrestre para llegar a ella desde México. Anza lo abrió en 1770ypocos, pero sólo unos años después, en 1781/82 pasó lo de los quechan en Yuma y el camino quedó cortado en la práctica. Como los españoles nunca hemos sido de abandonar a la primera... bueno, a lo mejor sí, pero esta vez no fue así... vamos, que se siguió intentando el viaje desde la zona de Arizona-Nuevo México a California, por caminos mucho más hacia el norte que, de hecho, cruzaban el Colorado por cima del Gran Cañón. La base de la nueva ruta la habían establecido dos Frays (Domínguez y Escalante, ya los traeremos aquí otro día) prácticamente a la vez que Anza hacía la suya. Años después, Antonio de Armijo remató la faena y dejó abierto el camino español. Paradójicamente, cuando eso sucedió aquello ya no era España, pero con toda justicia el camino se llamó, y se llama, camino español. Los americanos del norte, que son un poco ambivalentes con esto, igual derriban estatuas de Fray Junípero que te ponen campanas todo a lo largo del antiguo Camino Real, lo tienen marcado como "National Historic Trail". Bien me parece. De hecho, poco me parece.

Ese pedazo de vergel que atraviesa el camino. Así debe dar gusto caminar o ir en carreta. No debieron comer polvo...

Ya me disculparán VVMM las pintas.
Justo después de la foto pasó a marcar ERROR
Bueno, dejamos los trastos en Shoshone (peaso de nombre para un pueblo) en un hotel que ni recomiendo ni dejo de recomenar, pero tiene buena ubicación para lo que queríamos. Ahí os dejo el enlace. A eso de las 1600, buena hora, ponemos rumbo a Badwater por el lado del valle (36.229924,-116.767264). El termómetro que llevé para hacer la foto graciosa en Badwater dejó de marcar por cima de los 49ºC. Luego supimos que la temperatura oficial ese día fue 51ºC. De Badwater a Zabriskie Point (36.420841, -116.809733)  con unos muy agradables 46ºC y de ahí trepamos a Dante’s View (36.220759, -116.726432) con unos fresquitos 35ºC. Dante’s view está justo al lado de Badwater, pero 1700 y pico metros por encima y ofrece unas vistas del valle y de las montañas de Panamint bastante sobrecogedoras. A mi juicio, imprescindible subir; en un viaje anterior lo hice a primera hora de la mañana y en esta ocasión a última de la tarde, creo que mejor por la mañana, si os cuadra... Bajando de Dante’s view nos volvió a atacar Kazuhiro Ōe, no ya solo con lo de los neumáticos sino diciéndonos que nos habíamos quedado de golpe sin gasofa. Un genio, Kazuhiro. En fin, modo (aún más) ahorro hasta la gasolinera más cercana, que era tb nuestro hotel, cena en el único garito de Shoshone y a la piltra, que mañana hay que madrugar (también). Ah, otra cosa: lechugazo gordo por repostar en Shoshone. Dos dólares por galón por cima de lo normal (de tres y pico a cinco y pico)

El Valle desde Dante's View
Acabamos de entrar en espacio aéreo canadiense, por cierto. No sé si atreverme, hay un pasajero dos filas por detrás que me mira raro y tiene pinta de piesplanos. Mejor ya olvido el temita, total...


Bien, a la mañana siguiente tocaba cruzar El Valle de la Mueeeeerte. Empezamos parando en el centro de visitantes, donde estuve a punto de convertirme. Con una previsión de 50ºC a la sombra para ese día, los testigos de Jehová estaban montando el tenderete proselitista en el EXTERIOR justo al lado. Si eso no es la verdadera fe, se le debe parecer mucho. 


Zabriskie Point
He mentido (si me hubieran convertido los testigos no habría podido hacerlo), antes de eso volvimos a parar en Zabriskie Point, que pilla de paso y queríamos ver con otra luz. Seguimos con parada en las Mesquite Sand Dunes (36.605891, -117.116210) a quitarnos el mono de arenas y dunas con un paseíllo antes de que aquello se convierta en un horno digno del nombre de las cercanas  Furnace Creek y Stovepipe Wells. 


Las Dunas de Mesquite

El siguiente punto era  uno de los imposibles del viaje: pillar algún caza en Star Wars canyon (la mejor perspectiva es desde (36.3588598, -117.5328216)). No pasó ni uno en el rato que estuvimos, así que este punto AnlTVECI, S no pudo ser conquistado. Por cierto, como os podréis imaginar, el nombre familiar a este cañón le viene dado porque en él se rodaron algunas escenas de "La guerra de las galaxias", pero la fama le viene más por las peaso fotos de los cazas (y no tan cazas) que entrena vuelo entre cañones por allí. En fin, disfruten... 

La mayor rabia fue que desde la siguiente parada oímos, que no vimos, varios paratos yendo para allá. De hecho esa siguiente parada también es AnlTVECI, S: el Mobius Arch (36.611139, -118.124909) cerca de Lone Pine. Es una zona de pedruscos de distinto pelo, accesibles de forma bastante cómoda en coche y con la gracia de estar casi al pie del pico más alto de los “estados contiguos”, como ellos dicen, que aún conservaban nieve, lo que viniendo de los 50 y nivel inferior al del mar, tiene su gracia. Perdón, se me olvidaba que nos saltamos la parada en el U2 point. Hacía mucho calor, no nos apetecía más polvo desértico y, total, el Joshua tree de la foto ya no está, se cayó hace tiempo. Por si a alguien le interesa (36.3308800, -117.7452700). Muy AnlTVECI, S.

El Arco de Mobius y el Monte Whitney
Comimos en Lone Pine, en el garito donde servían las “mejores hamburguesas de la ciudad”... no me gustaría probar las pedores. Sí, me he saltado completamente la dieta estas dos semanas. Aún así he adelgazado aún dos kilos más y ya parezco el primo aún más escuchimizao de un maratoniano eritreo. Eso sí, debí batir el récord de más rellenados gratis de vaso gordo de CocaCola. ¡Qué sed, poDió! Por cierto, si ya aquí me miran raro por pedir el CocaCola sin hielo, allí les faltaba ná para llamar a los loqueros. En serio, se quedaban mirando en plan “¿Ha dicho Vd. lo que creo haber entendido? ¿SIN HIELO?” Sí, sin hielo. Si bebo un Cocacola quiero cocacola, no aguachirri. Mi velocidad de trasiego da para que no se caliente, no se preocupe. Lo mismo con el Arnold Palmer. Gran invento el Arnold Palmer, ya os contaré más adelante.

Y, aunque la hamburguesa demostró ser manifiestamente mejorable, creo que es un buen momento para una pausita, que llevamos unos días de lo más intenso y aún nos quedan muchas millas antes de coger la piltra. Justo a las afueras de Lone Pine hay otra parada AnlTVECI, S de la que hablaremos en la próxima entrada.

Con Dios.




martes, 24 de diciembre de 2019

Panolys en la Nueva Nueva España (I): Llegada y entrada en el desierto


NdelA: No, no me he muerto, sólo que no tenía gran cosa que decir. Ahora se me ha ocurrido volver a los orígenes del blog, combinándolo con su etapa histórica y os voy a dar el cognazo voy a facilitar información de un rulillo majo.

NdelA 2: Si hay alguien lo suficientemente insensato como para leer este adoquín, que lo haga, por favor, con la Creedence, los Beach Boys o Nick Waterhouse de fondo. Os ayudará a tragar.



Hubo un tiempo, queridos ninios, en que los dinosaurios dominaban la Tierra. Luego vino el pedrusco gordo y sólo quedaron un par de lagartijas y cuatro musarañas… de las que acabamos surgiendo los homos actuales (homos del latín homo, no del griego ὁμός, que estoy muy sensible con esas cosas últimamente). De los últimos chiquicientos años, desde que el homo salió de África, no hay nada que reseñar (porque, a fin de cuen ¿qué hicieron los romanos por nosotros? Ná. Ná de ná) (Nota: la anterior acotación interparentésica es pura ironía. Roma es lo más grande de la historia). Nada hasta otra gran excursión: la del homo ibericus fuera de la Península. Como casi siempre, ésta se produjo en dos ramas: la trishtona tiró para el Sur y el Este y la malafollá tiró para el Oeste. Las dos querían ir al mismo sitio y las dos llegaron… pero esa es otra historia.

Volviendo a lo nuestro, que son los Panolys por el mundo, en la cena de Nochebuena de 2018 dediqué el tiempo a lo que suelo en tal evento: pensar en el rulo del siguiente verano… y pensé en seguir los pasos de don Pánfilo de Narváez, el único segoviano tonto de la historia (pero porque su pueblo tira más a Valladolid que a Ávila o Burgos), y visitar La Florida. Si señor, ese cabo Cañaveral, ese Apollo tumbao, esas lagunas con manatíes, esos cucudrulus… esas playas, esos parques temáticos ¿he dicho playas?¿He dicho parques temáticos? A ver si la Florida no va a ser tan buena idea después de todo… Cuando me quise dar cuen ya era la cena de Nochevieja y estaba en las mismas: obcecado con cruzar el Atlántico y pensando si Noreste, Sureste, ir a ver a Forrest Gump o a Louis Cyphre… hasta que me dije: Oye, Panoly, por un par de horas más de avión te plantas en la otra costa. Y dicho y hecho, el mismo día 1 del 1 de 2019 comenzó la preparación de Panolys’19 a la Nueva Nueva España.

Y aquí me tenéis, comenzando este relato en el asiento 23E del A330 EC-MNK “Bogotá” de Iberia volviendo a La Capital del Imperio. Como siempre resumo para los que no quieran seguir leyendo: la Nueva Nueva España mola. Mucho. Por cierto, la Nueva Nueva España es California, la Alta California, la de Portolá, Anza y Serra. La de los EEUU.


California, la alta

La Ruta. Más o menos.
Este ha sido, de largo, el panolyviaje con más horas de preparación, que no sabría decir si se han traducido en resultado efectivo, tiendo a pensar que en parte sí, aunque por eso de la eficiencia marginal y tal, cada puntito de mejora me costó la misma vida en estudio previo. También es cierto que, no sé si por el cambio horario o qué, pero la tropa no se ha mostrado demasiado entusiasmada. Tras darle muchas vueltas optamos (eufemismo por “opté”, los panolyviajes son una terrible dictablanda) por una ruta circular con origen y final en LA, subiendo por el este de la Sierra Nevada y bajando por la costa. Una semana parriba y otra pabajo. Antes de meternos en harina, algunos asuntos prácticos, incluso alguno relacionado con la fotografía:
  • A pesar de todos los esfuerzos de programación, el viaje iba a ser caro, así que cualquier ahorro sería bienvenido. A tal efecto, a pesar de que ya tenía todo reservado a mediados de febrero, periódicamente iba revisando precios y opciones. El alquiler del coche lo bajé en 160 leuros literalmente el día antes de partir. Bueno, eso será si los de Rentalcars me hacen el abono prometido, que aún no lo han hecho (actualización: hecho). Para evitar comisiones y cambios abusivos, me saqué una tarjeta de Revolut y la Santa una de N26. Muy bien las dos, aunque algo mejor la de Revolut. Para teléfono sacamos una tarjeta de Holafly… en fin… si te ponías a la puerta de las oficinas de Telekom y orientabas el móvil hacia Frankfurt te daba una cobertura decente los minutos pares no múltiplos de 4.
  • El programa contemplaba 3500 km de coche, con unos 100 de caminos de tierra, así que pedí un RAV4 “o similar” con ÁLAMO, que es la compañía que mejor me va siempre en los EEUU. Ya hablaremos de eso y de la larga familia del insigne Kenzaburo Ōe.
  • Ya hemos hablado de esto en el foro: gran invento el RAVPOWER FILEHUB, así como el NAS Synology recientemente montado en casa. Mola poder hacer copia de seguridad directamente al disco duro de tu casa cada noche, aunque desde el iPad no es cómodo hacerlo de los RAW. Los jpg sin problemas. 3500 archivos redondos solo en la E-M5. Hace un ratín he subido 400 y pico en un pispás a 2 Mb/s gorroneando WiFi en la sala VIP de ONEWORLD en LAX. Señores de Oneworld… no es lo más seguro poner de clave “oneworld” en la WiFi llamada Oneworld de la sala Oneworld.
  • Me llevé la EM5 con el 12-100 recientemente adquirido. Peaso bazuca. No lo he cambiado ni una vez. La lente total, aunque me ha dado un número algo más elevado de lo normal de tomas fuera de foco. La Santa y er mushasho han compartido la EP5 con el 14-150. Buen todoterreno tb que tampoco hemos quitado nunca.
  • Para este viaje no he traído mi sempiterna 5.11 Rush 24, sino que me he ido a algo más ligero pero con espalda rígida de una marca baratuki de la que ya tengo bastante cachivaches… y he comprado más aquí. También hablaremos de ello después.
  • Sé que es la pregunta que os estáis haciendo todos: no, a pesar de ser la Nueva Nueva España, no tienen Casera. De la Pitusa ya ni hablamos, claro.
Orientándonos en el Joshua Tree
Bien. Salto sin paracaídas al día D, hora H, que es el momento en el que, en plan Mel Gibson en “Cuando éramos soldados” ponemos el pie en suelo americano. No voy a teclear lo que pienso de cómo tienen organizado el tema de la inmigración porque aún estoy en espacio aéreo americano (ahora mismo justo sobre Limón, Colorado) y estos son capaces de mandar un par de F22 Raptors a interceptarnos y llevarme de vuelta…(elipsis, elipsis, elipsis). Dos horacas y media después de aterrizar cogíamos el equipaje y buscábamos el autobús hacia la base de Álamo. Esa parte fue relativamente sencilla, el check in del coche lo había hecho en la web, así que llegamos al lío habitual cuando alquilas un coche en un aeropuerto gordo en los EEUU:

-Disculpe, buena moza, ¿cual es mi coche?
-¿Cómo que cuál es su coche? (Mira el papel que llevo en la mano) Mid sized SUV. En esa fila
-Ya, me lo temía ¿el que yo quiera?
-(Me mira pensando “este tío es tonto”, pero no lo dice) Pues claro, y deprisita que me los quitan de las manos

Esta parte era cierta, un enjambre de turistas abriendo y cerrando puertas de modelos remotamente parecidos a un RAV4, ya que no había ningún RAV4. Unos francoparlantes me quitaron por la mano un Nissan Rogue, del que tengo buenas experiencias pasadas, así que me tiré al único vinículo no americano ni coreano (mi religión me prohíbe ambos, aunque habría alguna excepción en el primer caso) que quedaba en ese momento: un poderoso MITSUBISHI ECLIPSE CROSS. Buena pinta y cabía todo el equipaje. Íbamos ya apretados de tiempo, teníamos que pasar por algún hipermercado a comprar, básicamente, agua y el hotel de la primera noche estaba a unos 100 km hacia el este. Por cierto, cualquier cosa que se diga del Walmart es quedarse corto, menos mal que enseguida descubrimos un par de supermercados de un universo completamente diferente al Walmart. Menudo antro, poDió.



Comienza el periplo


Miss Angela.
Noboru Ōe, sobrino segundo del genial Kenzaburo, había trabajado en la Mitsubishi Motors Corporation desde el día siguiente a su graduación en la politécnica de Tokio. Pese a su manifiestamente mejorable dominio del inglés le encargaron, ya al final de su carrera, hacerse cargo de los requerimientos de un responsable de mercadotecnia y nuevos productos de la MMC en Iowa, un tal Mike Medley que, además de ser de los bajos fondos de Savannah, era gangoso. Mike pidió expresamente un motor con el consumo de un milquinientos atmosférico y las prestaciones de un V8 hemi. Por pedir… Noboru pensó que aquella era la petición más fácil que había atendido en toda su carrera. Dos años y medio después llegaba a los EEUU el primer vinículo con el motor requerido por Mike y diseñado por el equipo de Noboru Ōe. Lógicamente, andaba como un milquinientos atmosférico y consumía como un V8 hemi. Justo ese motor, acoplado a una perezosa transmisión CVT, llevaba nuestro poderoso ECLIPSE.

Desgraciadamente, Noboru no era ni el único ni el menos brillante de los Ōe que trabajaban para la MMC. Su joven primo Kazuhiro Ōe era responsable de sistemas, sensores y displays para vehículos de gama media. Sin entrar en detalles, sus sistemas eran tan creativos como su equipo y, básicamente, marcaban lo que querían, cuando querían y como querían.

Kombat Kathy. Acojonaos los Charlies.
Nuestra primera interacción con los Ōe sucedió en la mañana del primer día serio de viaje cuando, nada más arrancar el poderoso ECLIPSE, se nos encendió el aviso de baja presión en los neumáticos. Parada en gasolinera, (leve) rellenado de las cuatro (la de repuesto iba bajo 7 toneladas de equipaje) ruedas y vuelta a la carretera. Vaya, no se ha apagado el chivato. Igual me he liado con las psi y los kg/cm2...espera, ya se apaga. Asunto resuelto…¡ja!


En fin, entre temperaturas crecientes (40 grados a las 1015) nos íbamos acercando a la primera parada programada del viaje en el museo de aviación de Palm Springs 
(33.832975, -116.504781). Pedazo de museo, pedazo de bichos expuestos, qué gente más amable… perfecto todo, oye.


Destacó la visita guiada que nos hizo una amabilísima abuelita a un B17, la sensación que da ver cómo eran esos cacharros por dentro… lo justito pa no caerse y poco más. Lo llamaron Flying Fortress porque lo de “Flying coffin”, aunque era más ajustado, podía tener algún impacto negativo en los alistamientos... solo hay en los EEUU otra cosa más fina que la “piel” de un B17, ya hablaremos de ello.


Añado una reflexión a la vista de las decoraciones de morro de los aviones de la 2aGM: hay que llamar urgentemente a Adolf y al Emperador y darles la guerra por ganada de forma retroactiva. No se puede consentir que se la ganaran unos mushashos tan machistas, chabacanos, heteropatriarcales y maltratadores en potencia. Me too.

Y en Vietnam la cosa se puso mucho pedor. Por eso palmaron, claro.

Que muy recomendable el museo, gente majísima. Ah, y el que quiera y tenga 1800 dolarines a mano se puede dar un paseo en un P51. Por desgracia estaba en revisión ese día…(en serio).

Er mushasho sobre Arch Rock
Bien, viramos al norte, cruzamos la falla de San Andrés y nos llegamos al pueblo de Joshua Tree, ya bien por cima de los 40 aunque al ganar altura refrescó algo. Compramos el pase anual para los parques nacionales (merde! Acabo de caer en que me lo he dejado en el coche) y comimos algo antes de adentrarnos en el parque. En el centro de visitantes nos avisan de que uno de los puntos que quiero ver, Keys view (33.926973, -116.187305), está cerrado por una plaga de abejas. En serio, en el desierto. Por lo que se ve se acercan a los coches a libar del agua condensada de los aires acondicionados. Tachamos Keys view pero cumplimos con el resto, que viene siendo: Arch rock (33.985447,-116.016895)Skull Rock (33.997904, -116.059828)Hall of Horrors (33.998806, -116.144744) y Hidden Valley (34.0120774, -116.1679849), donde nos dimos un agradable paseo a 38ºC.



Árboles de Josué y pedruscos. Así todo el parque.
A Skull Rock volvimos por la noche a hacer un par de fotos antes de empiltrarnos, no sin antes quedarnos casi sin cenar porque se nos hizo tardísimo... las 2100. Y nos dieron de cenar porque la ninia daba pena. Un arma letal la nina mirando con esos ojitos. Por cierto, os comentaré algunos de los sitios donde nos alojamos o comimos, pero solo si destacan por comodidad o calidad o precio o algo. Hasta ahora, nada que reseñar al respecto. Bueno, solo decir que nos quedamos en 29 Palms por comodidad tanto para ir al Joshua como para salir volaos al día siguiente rumbo al desierto.

Pero ya, si eso, seguimos otro día.


Pensábais que os íbais a librar ¿eh?


La luna saliendo en Joshua. Foto muy manifiestamente mejorable.




martes, 29 de marzo de 2016

El rulo Báltico

Soy un firme convencido de que las casualidades no existen: todo en esta vida tiene una razón de ser, una causa, un nosequé... a veces evidente, otras no tanto. 

Premisa 1: El mar Báltico es uno de los mares con un índice de salinidad más bajo que hay por el mundo.
Premisa 2: No es el Ártico, pero podemos decir sin miedo a exagerar que, más que fresquito, es un mar frío.

Suposición: los letones, los estonios y, muy especialmente, los finlandeses, ¿cómo serán? ¿ardientes y salaos?¿o más bien sosetes y flemáticos?

Este nuevo artículo de la subserie "Panolys por el mundo" será una breve entrada sobre unos días en tres de los países con costa al Báltico: Letonia, Estonia y Finlandia. Por motivos x, que ni vienen al caso ni aportan nada al suspense del capítulo, me muevo por allí con cierta frecuencia, pero hace unas semanas mi visita contuvo suficientes elementos WTF como para dedicarle unas líneas.

Albert Einstein pasó por Riga (bueno, en realidad no, 1er WTF)


Pensamientos de don Alberto. Disculpen Vds la calidad
ínfima de la foto, venía jarto de avión, cargado
de trastos, la puerta se volvía a cerrar...
En esta ocasión el viaje comenzó en Riga con un vuelo muy conveniente en lo profesional, pero bastante incómodo en lo personal, ya que llegas a Riga pasada la medianoche. Afortunadamente Riga no es enorme, el aeropuerto es pequeño y en nada llegué al hotel, del que solo sabía que se llama Albert y está bastante céntrico. Cerca de la 0100 (a las 0039, para ser exacto. Google es la leshe) me registré en el hotel y me dieron la clave de la wifi: Emc2. Ein? El hotel se llama Albert, la clave de la wifi es Emc2... aquí hay gato encerrado... a ver si el tal Albert no va a ser un rey letón... Una vez en el ascensor las dudas se disipan, don Alberto Einstein debe tener algo que ver con todo esto, ya que nos entretienen el ascenso con una serie de citas suyas famosas. Me imaginé que Einstein habría pasado por Riga en alguno de sus viajes, que ae habría alojado allí... no sé, algo, pero parece que el motivo para darle a este hotel el nombre de Albert es que Einstien tuvo un amigo letón con el que se carteaba. Y poco o nada más.

Pizza Lulu. Esta semana va a ser muy larga...
De esta parte del viaje y de Riga en general poco tengo que decir, fue fugaz ya que bien temprano me pasaron a recoger y comenzamos el periplo. Sólo me gustaría mencionar que, aunque era realmente difícil, las pizzas a domicilio en Letonia (Pizza Lulu) son sustancialmente peores que las de Lituania (Cili Pizza). En realidad seguramente es que me pillaron con menos hambre y son igual de horrorosas... (Nota, no sé qué es lo que hay escrito en el interior de la caja, supongo que la firma de Ferrán Adriá no será).

Anaqueles sabiamente ordenados en el DEPO
Salí disparado de Letonia a primera hora de la tarde, aunque ya estaba oscureciendo. La noche me tocaba pasarla en un hotel del que hablaremos ahora largo y tendido, justo tras pasar la frontera con Estonia. El trayecto lo hice con un compañero de trabajo estonio que, justo antes de cruzar la frontera, paró en un DEPO (cadena letona de comercios tipo LM o BAUHAUS, de bricolaje y tal, vamos) a comprar... cerveza. Si, es que es curioso lo del DEPO este, aparte del bricolaje original tienen cosas de lo más variopinto. Reconozco que de haber tenido tiempo y transporte fácil me habría traído un buen cargamento de trastos, de esos que acaban en un rincón del garaje para nunca más ser usados, pero que el día que los compras crees que te van a solucionar la vida.






Baden Baden


La entrada al pubi
Os hablaba antes del hotel en el que pasé esa noche. Por facilitar la logística de ese día y del siguiente (sábado) me quedé en un hotel cercano a la casa de mi compañero estonio, en un punto del sur del pais llamado Otepää, condado de Valga, en concreto en el Pühajärve Spa & Puhkekeskus. ¡Toma ya! Tal sitio resultó ser lo que prometía: un balneario soviético algo modernizado tanto en el trato como en el aspecto. Aunque los lugareños decían que había poca nieve para la época del año, para un mesetario sureño era un horror intentar andar por aquellos caminos nevados de noche y sin el calzado adecuado así que me resigné a pasar el rato en el hotel antes, durante y después de la cena. Hablando de cena, la mushasha de recepción me indicó que podía elegir entre el "restoran" y el "pubi" ¿El Pubi? A ver si el lugar finalmente no va a ser tan insufriblemente aburrido como pensaba...

La orquesta cabrikeskus dentro del pubi.
No caería esa breva. El pubi resultó ser un bar cutre con orquesta de la cabra tocando pasodobles estonios y jubilados bálticos en general bailando, pero era lo que había así que me senté y cené lo mejor que pude. Al menos había WiFi, así que me puse a leer la prensa mientras cenaba. Al cabo de un rato me percaté de que una octogenaria finlandesa (creo) sentada enfrente me estaba haciendo ojitos. O era eso o le estaba dando un ictus... Llamé al camarero de inmediato. Fuera lo que fuera lo que le pasaba a la señora, me vendría bien otra cerveza.

La situación se resolvió con bien para todos (debía ser un insecto o algo). He de reconcer que a la mañana siguiente me dieron un masaje de cuello de lo más agradable en los sótanos del spa mientras esperaba que me recogieran. Como os decía, los lugareños hablaban de ausencia de nieve, tanto que habían tenido que cancelar una prueba de esquí de fondo en las cercanías, pero para mi aquello era Siberia. No por el frío, que no hacía, sino por la cantidad de nieve tanto en campo como en carreteras. Alucinante lo que pueden hacer unos buenos neumáticos de nieve y la habilidad de esta gente con el volante. Claro, con tanta nieve tienen que buscar formas creativas de usarla y pasar el rato, por ejemplo ¡Hagamos una competición internacional de patinetes sobre nieve!

Uno de los motivos por lo que estaba en los Bálticos era asistir a una reunión de empleados de una compañía que opera en las tres repúblicas (Estonia, Letonia y Lituania) que se iba a mantener en un pueblín del sur de Estonia llamado Holstre. La cosa no comenzaba bien: rodeado de nieve, la hora de comer y todo lo que nos dan es una indescriptible sopa de pepinillos con trocitos de salchicha y una especie de mayonesa para echar dentro. Todo muy porno, para ser sábado por la mañana. La cosa tenía una pinta manifiestamente mejorable..

Ese pedazo de sopa de pepinillos con salchichas
No dejan de sorprenderme las peculiaridades del ser humano, sea de donde sea. En España nos pensamos que somos raritos y diferentes y tal, pero aquí tienes tres países que, entre los tres, suman los mismos habitantes que la Comunidad de Madrid y una superficie parecida a dos Andalucías. En cada uno se haba un idioma diferente y no relacionado, de modo que no se entienden entre ellos más que en ruso (si son mayores de unos 40 años) o inglés (si son más jóvenes). En esta reunión, cada grupo hablaba en su idioma y el ponente lo hacía en ruso con ocasionales incursiones en inglés para los más jóvenes. No os podéis imaginar lo que mosquea escuchar un discurso de 15 minutos en ruso (¡en riussso!) en el que lo único que entiendes es tu nombre de tanto en vez. No podía evitar pensar que en cualquier momento iba a aparecer el propio Stalin (recuerden ese nombre) al frente de la KGB para trincarme, así que me puse cerca de la puerta por si tenía que salir corriendo... claro, que sin patinete-esquí no iba a poder ir muy lejos.

Eso es una carretera. No está mal de nieve, creo yo.
El siguiente destino era ya un lugar conocido y reconocible: Tallin, pero para llegar allí desde Holstre tenía que coger el autobús en Viljandi

Don José y Don Adolfo
Llegué con algo de tiempo a la terminal de autobuses de Viljandi, que tampoco es que sea NY así que entré a buscar una cafetería. Para mi sorpresa lo que había dentro era una especie de mercadillo (obvio, fuera no podía estar con la que estaba cayendo) así que me puse a echar un vistazo a lo que vendían. Una señora tenía un puestecillo con los típicos desechos de tienta del ejército soviético con algún añadido curioso de objetos supuestamente originales de la Wehrmacht, alguno podría haber sido interesante como recuerdo, pero no sé yo si muy legal. Cuando ya me iba, me di cuen de que en un lateral, en el suelo, había un cuadro con una imagen familiar: ese mostacho, esas botas... ¡no puede ser!¡No puede estar intentando vender ESE cuadro! Miré a un lado, miré al otro, la señora parecía sestear en el otro lado del puesto, así que saqué el teléfono para dejar constancia. La señora, que estaba de bastante buen año, tenía sin embargo un rabillo del ojo portentoso y una agilidad desmedida, por lo que antes de lo que se persigna un cura loco la tenía delante, yo suponía que para decirme que "fotos no" en un perfecto estonio. Pero ¡qué va! de detrás de la quincalla sacó otro cuadro que tenía oculto y que, digamos, hacía buena pareja con el primero. Sus prometo que me los puso juntos para que les hiciera una foto, foto que tengo pero que me parecía demasiado malvada para poner aquí. La mujer me intentó contar algo en estonio y en riuso, pero hasta ahí, de momento, no han llegado mis saberes, así que igual es que los conoció a ambos, vaya Vd. a saber... edad para ello tenía.

¡Esa moto VOLVO!
En fin, que me bajé a coger el autobús y en un par de horitas, que se pasaron bien rápido gracias a una WiFi más que decente a bordo, estaba en Tallin. Las 24 horas siguientes se supone que iban a ser más entretenidas, antes de cruzar el charco hacia Helsinki el domingo por la noche, pero eso os lo cuento en otro rato. De momento, para abrir boca, la capital de un pais que pone esta foto en su folleto de presentación tiene que ser un sitio entretenido ¿no?